Violeta Parra 2

Volver a los diecisiete


Volver a los diecisiete

Después de vivir un siglo

Es como descifrar signos

Sin ser sabio competente
Volver a ser de repente

Tan frágil como un segundo

Volver a sentir profundo

Como un niño f rente a Dios

Eso es lo que siento yo
En este instante fecundo .


Mi paso retrocedió

Cuando el de ustedes avanza

El arco de las alianzas

Ha penetrado en mi nid o

Con todo su colorido

Se ha paseado por mis venas

Y hasta la dura cadena

Con que nos ata el dest in o

Es como un diamante f ino

Que alumbra mi alma serena

Se va enredando , enredando
Como en el muro la hiedr a

Y va brotando , brotando

Como el musguito en la piedra


Lo que puede el sentimiento

No lo ha podido el saber
Ni el más claro proceder

Ni el más ancho pensamiento
Todo lo cambia al momento

Cual mago condescendiente
Nos aleja dulcemente

De rencores y v iolencias

Sólo el amor con su ciencia

Nos vuelve tan inocentes .

El amor es torbellino

De pureza original
Hasta el feroz animal

Susurra su dulce trino

Detiene a los peregrinos

Libera a los prisioneros

El amo r con sus esmeros

Al viejo lo vuelve niño

Y al malo sólo el cariño

lo vuelve puro y sincer o .

De par en par la ventana
Se abrió como por encanto

Entró el amor con su manto

Como una tibia mañana
Al son de su bella diana

Hizo brotar el jazmín

Volando cual seraf ín

Al cielo le puso aretes

Mis años en diecisiete
Los convirtió el querubín .




VLeal 27 oct 2008.

Camilo Mori


A fines del siglo XIX, cuando Camilo Mori nacía, el 24 de Septiembre de 1896, la plástica en Europa estaba dando sus primeras luces de cambio con los pintores impresionistas. Acaso en ese intento de plasmar en una tela rápidamente un momento o unas determinadas luces, hubo un presentir, por parte de la sensibilidad de los artistas, de lo efímero que todo sería ante la crueldad y la destrucción que el drama de las dos grandes guerras mundiales traería consigo. No cabe duda, el siglo XX fue de cambios dramáticos en todas las artes y en todos los sentidos: sociales, políticos, geográficos, tecnológicos, científicos y por supuesto artísticos.

Lo que se anunciaba con tanto escándalo en la aurora de los impresionistas, - recordemos el mentado "Salón de refusées"("los rechazados") - no era más que un tímido asomo a la sacudida que sufriría toda la plástica, que destruida cual Europa, no ve otra salida que un renacer con otra faz, a veces genial, a veces loca, pero siempre un cambio radical y por sobre todo, creativo.

Al observar en Viña del Mar un conjunto de casi setenta de sus obras, pertenecientes a diferentes colecciones privadas y públicas, advertiremos los variadísimos estilos en los que el pintor probó sus capacidades. Significa que se enteró y analizó cada corriente plástica, en otras palabras, que absorbió su época por completo en lo que a la plástica se refiere, dejando huella de una amplia visión de mundo en su pintura. El pintor regional, que vio la luz en el porteño Cerro Bellavista, frente al edificio de los padres carmelitas, es motivo de orgullo para los chilenos. Logró, muy merecidamente, el Premio Nacional de Arte en 1950, a los cincuenta y tres años.

ADIÓS AL COLEGIO, INICIO DE LA ACADEMIA.

Algunas copias al afamado pintor Ramos Catalán marcan el muy temprano despertar a la pintura de Camilo Mori. En el Liceo de Valparaíso, sorprende al profesor del ramo con paisajes del natural y copias de conocidos autores, que presenta en una muestra con motivo del cincuentenario del colegio. Su interés se incrementa desde allí, de tal forma, que abandona el colegio para dedicarse de lleno a la pintura, con la venia de su padre.

El palacio del Parque Forestal, recientemente inaugurado, le permite ingresar a la estricta Academia de Bellas Artes de Santiago dirigida por Francisco Alvarez de Sotomayor, - más tarde director del Museo del Prado - con apenas 17 abriles. Durante seis períodos estudió a fondo las materias obligatorias de la época: "Croquis" con Juan Francisco González, "Dibujo de Busto" con Agustín Undurraga, "Dibujo de Estatua" con Ricardo Richon Brunet - Crítico de Arte por esos años - , y "Paisaje" con Alberto Valenzuela Llanos, el exitoso paisajista colchaguino. De cada uno recibió alguna influencia y una dosis de oficio, que le fueron útiles en sus viajes, pintando por el mundo, cuando llegó la hora de solucionar solo y acertadamente una composición.

LOS VIAJES, LA DIVERSIDAD.

El primero de sus viajes a París lo realiza en 1920. Pensemos en Camilo Mori saliendo de una estricta y españolizante academia y llegando de pleno a la modernidad de la capital mundial del arte, donde ya se habían visto retrospectivas del trabajo de Cézanne, la primera en 1909, y se habían inaugurado pinturas tan diferentes a las nuestras, como Les Demoiselles D'Avignon -1907-, el cubismo sintético de Picasso y Gris, el collage, además del expresionismo y la pintura abstracta de Kandinsky, cuya primera acuarela abstracta se estrenó en 1910.

La pintura del artista cambió. Maduró e hizo suyos los nuevos principios y ello se reflejará para siempre en sus obras. Adquiere el gusto por la simplificación de las formas, notable en comparación a las exigencias académicas anteriores, el color abandona la tendencia oscura, obvia influencia de la "Generación del Trece", llamada también la "Generación Trágica" y aparece cercano a los impresionistas tardíos y expresionistas. Incursiona por el cubismo y el fauve. Lo más importante: ha abierto su mente al cambio con la más entera libertad. Este nuevo conocimiento volvería a Chile con él.

Viaja por Europa y expone durante un par de años en los Salones Oficiales de París y de Madrid. Su situación económica y de salud es precaria. Tanto, que le debe ser extirpado un riñón, pagándole al médico con sus pinturas.

MONTPARNASSE.

De vuelta al país, funda el Grupo Montparnasse en 1923, junto a Julio Ortiz de Zárate, Luis Vargas Rosas, Enriqueta Petit y José Perotti. Plantearon los postulados de Cézanne y de los artistas europeos de post guerra (Primera Guerra Mundial), y la libertad plástica por supuesto, marcando un hito en la reposada tradición pictórica nacional.

Desnudos a gran formato, bodegones estructurados orientados hacia la recuperación de las formas cezanneana y los rostros algo deformados de modelos de vida ligera, causaron escándalo en la exposición organizada por el grupo para la primavera de 1923 en la Casa de Remates Rivas y Calvo. Pero la nueva concepción del arte prendió rápido y en el "Salón de Junio" de 1925, el grupo aparecía con nuevos adeptos: Bianchi, Vila, Caballero, Dominicis, Eguiluz, Gazmuri,González, Huidobro, Isaías, Malvar, Vidor, Yáñez, además de Vicente Huidobro en la poética, ¡exhibiendo junto a Juan Gris, Picasso, Léger, Marcoussis, Lipchitz y Valadon!. Todo un suceso que marcaría a la plástica nacional

Tras esta exposición, ya casado con Maruja Vargas, regresa a Europa, donde alternó con los grandes pintores de su tiempo y con músicos, literatos y plásticos chilenos que vivían en la capital francesa. Vuelve a Chile para ser Comisario del Salón Oficial de 1928.

LA GENERACION DEL 28.

La renovación plástica, ya se había instalado en Chile. Y Camilo Mori era el conductor espiritual de una nueva y abundante camada de artistas que adherían a las corrientes modernas y exigían cambios en las enseñanzas del arte.

Los conflictos estudiantiles dan pie a que el Ministro de Instrucción Pública cierre la Escuela de Bellas Artes y mande a Europa a los más destacados jóvenes - 26 en total, entre los que se cuenta Camilo Mori - a estudiar las corrientes nuevas y a hacer copias de las famosas obras de arte para mandarlas al país. Esta nueva generación regresa en1931, en su mayoría a realizar la docencia. La enseñanza del arte ha pasado a manos de la U. de Chile y se ha creado en ella, la Facultad de Bellas Artes. Nuestro artista fue profesor de la Escuela de Arquitectura desde 1933, por casi treinta años.

EL RETRATISTA.

El retrato es una de las grandes vertientes del trabajo de Camilo Mori, que practicó en diversos estilos, inicialmente apegados al academicismo clasicista, de perfectas degradaciones y tonos al natural. Poco a poco los rostros se simplifican y son más estructurados. Podemos comparar en la muestra por ejemplo, el delicado "Retrato de Maruja", con los detalles del pelo y de la blusa blanca de encaje, con la sólida estructura de "Pablo Garrido y su guitarra", fechado 1925 o con el trazo negro y formalmente delimitante en "Retrato de Nora", de grandes y sueltas pinceladas, crudo realismo respecto al deterioro humano, fauve y con acentos dramáticos aumentados por el rojo del fondo.

Sus modelos preferidos fueron sin embargo, su esposa Maruja y su único hijo; "Pincoy", al que dedica desde la infancia hasta la adolescencia, múltiples versiones. Siempre parece endulzarse el pintor al trabajar los ojos oscuros del niño. En una de sus destacadas composiciones aparecen juntos, madre e hijo: "Navidad". Aunque el tiempo ha hecho estragos en el colorido original, se alcanza a distinguir en el plano posterior, el árbol de Pascua y sus luces y algunas simples formas de los animales de un pesebre. El plano cercano muestra a la madre de perfil, un tanto difusa, centrada la atención en la expresión de los ojos del niño que lleva en brazos. Ese "difuso" aparece en muchas obras, como si no quisiera el autor separar los contornos del fondo y contrasta con la gruesa línea oscura que define la forma en otras de sus telas.

VARIADA TEMATICA.

Camilo Mori pintó muchos paisajes. Algunos con intención de expresividad en la materia, como "Bajada de carretas", que soluciona el primer plano con la cromática de la sombra de la empinada callejuela porteña. Otros, de corte impresionista, recuerdan la pintura de Pizarro: "París nevado", por ejemplo. También pintó con una síntesis formal envidiable para cualquier pintor moderno, en "Vista de Florencia", o "A la misa del alba". Su ciudad, Valparaíso, fue motivo constante de obras y la preciosa visión del puerto de noche quedó registrada en "Nocturno en Valparaíso" y varios otros títulos.

Influencia de Goya y de Velázquez pueden pensarse en el enano que recrea en "La tierra era mi luna", en la que parece mezclar el óleo con la tinta, ocupando ésta para una marcada grafía, lo que significaría haberse adelantado a su tiempo en otras áreas, como las técnicas mixtas. En "Músicos ambulantes", si bien ha perdido color y definición con el tiempo, la intención no ha sido expresamente cubista, como se dice. Se producen formas geométricas entre el organillo y el tambor, pero los músicos están simplificados como en muchos de sus lienzos, más conservando siempre las proporciones.

Una pintura increíble, pues recuerda la de Bacon, es la figura roja de un hombre colgado de ninguna parte, que se titula "Ecce Homo". Por los derroteros de los sueños, haciendo coexistir realidades imposibles, están "Recuerdos de Venecia", "Evocación de New York" o "Mi ventana porteña". La muestra cuenta, además, con bodegones al collage y partición en planos, obras abstractas como "Reflejos", trabajos en el campo del afiche y en acrílicos, como "La familia", dibujos a la tinta y serigrafías. Puede con toda razón nombrársele un artista fecundo y versátil.

OTRAS ACTIVIDADES Y VIAJES.

Participó en lo gremial en la Asociación de Pintores y Escultores, hizo aportes a la ley que exige que los edificios fiscales cuenten con obras de arte. También aportó a las bases del Premio Nacional de Arte. Fue muchas veces jurado de los Salones Oficiales. En 1938 es enviado a decorar el pabellón de Chile en la Feria Mundial de Nueva York, donde vive hasta 1940. Su obra se encamina en ese entonces por la pintura metafísica.

El último viaje a Europa lo realiza en 1957, acercándose en esta oportunidad al expresionismo abstracto. Investiga sobre el valor del color por sí, la mancha, la fuerza de la oposición cromática, la improvisación con el pincel y la subdivisión del formato. En sus últimos años, incursiona por el realismo del cartel, influencia venida de Norteamérica.

Recibió gran cantidad de premios durante su vida, que culminan en el Premio de Honor del Salón Oficial de 1942 y más tarde en el Premio Nacional de Arte en 1950.

Maria Mansilla sacado de www.scaner.cl 24 oct.2008

Enrique Lihn 2


AHORA SÍ QUE TÚ Y YO...

Ahora sí que tú y yo estamos más lejos uno del otro
que dos estrellas de diferentes galaxias.
Ningún astrónomo logrará tenernos juntos
en su vertiginoso campo visual
ni el fotógrafo de Cartagena ante su Polaroid
así fue hace la infinidad de siete años
el resto de las imágenes son nubes de la memoria
y de aquélla y de todas se ha retirado la vida.

Billy Wilder


Condensar en unas pocas líneas una carrera de seis décadas de trabajo cinematográfico es una tarea muy compleja, la de Billy Wilder (Sacha, Austria 1906 - Los Angeles, EEUU 2002) es única, tan intensa como brillante.

Guionista genial, productor y director excepcional, culto, inteligente y con un agudo y ácido sentido del humor, Wilder supo impregnar su fuerte personalidad a su obra cinematográfica.

Austriaco de nacimiento, se traslada muy joven al interesante Berlín de los años veinte para continuar su carrera periodística. Su buen hacer como escritor le lleva a escribir guiones para el que tal vez era en ese momento el más prestigioso estudio de cine de Europa, la UFA.

En sus platós se fraguaba desde los años diez el expresionismo como nueva forma cinematográfica y los directores Lubitsch, Murnau o Fritz Lang, el gran director de fotografía Karl Freund o los actores Pola Negri y Emil Jannings entre otros, no sólo hacían grande al cine alemán sino que marcaban una época importantísima en la historia del cine mundial.

Cuando el panorama político de Alemania cambia en la década siguiente debido a la subida al poder del nacionalsocialismo, Wilder abandona Alemania, como lo habían hecho anteriormente Lubitsch o Lang, y se estrena en Francia como director con Curvas peligrosas (Mauvaise graine, 1932). Sin embargo su carrera en este país sólo dio como fruto esta única película. Wilder soñaba con trabajar en Hollywood y a partir de los años cuarenta cumplió su deseo y desarrolló en tierras americanas el resto de su carrera.

Muchos lo consideran el mejor guionista de la historia del cine. Fue un maestro como dialoguista y como creador de personajes. Alguno de ellos son ejemplos de su gran genio como escritor, el de Phyllis Dietrichson (Barbara Stanwyck) la femme fatale de Perdición (Double Indemnity, 1944), Norma Desmond (Gloria Swanson) la recluida estrella de cine mudo de El crepúsculo de los dioses (Sunset Blvd., 1950), Joe/Josephine (Tony Curtis) y Jerry/Daphne (Jack Lemmon) el delirante dúo masculino/femenino de Con faldas y a lo loco (Some Like It Hot, 1959) o el solitario C.C Baxter (Jack Lemmon) de El apartamento (The Apartment, 1960).

Colaboró con dos guionistas de excepción; durante los años cuarenta con Charles Brackett, con el que escribe entre otras, El mayor y la menor (The Major and the Minor, 1942), Días sin huella (The Lost Weekend, 1945) o la magnífica El crepúsculo de los dioses. Con Brackett también escribe guiones para otros directores, Mitchell Leisen, Dieterle, Howard Hawks o Lubistch. Para este último escriben dos joyas cinematográficas Ninotchka (id., 1939) y La octava mujer de Barbazul (1938).

Durante los años siguientes trabajó con el gran guionista I.A.L. Diamond. Con faldas y a lo loco, El apartamento y Uno, dos, tres (One, Two, Three, 1961), entre otras, son fruto de esta colaboración, en los que pudieran ser los mejores y más fructíferos años de su carrera.

Su labor como director es inseparable de su trabajo como guionista. Su gran sentido y sencillez para trabajar la comedia, su habilidad única para la dirección de actores y su ácida visión de los problemas humanos y sociales (es el único que aborda temas tabú en el Hollywood de los años 40 y 50 como el sexo, que hace más explícito, la mordaz crítica al mundo de cine o su «crítica a las costumbres privadas y públicas norteamericanas»...) (1) le han convertido en el primer director de la comedia "moderna".

De su maestro, Ernst Lubitsch, por quien sentía un enorme respeto y admiración, aprendió que el cine nunca debe aburrir y cuando se trabaja la comedia cada escena ha de ser hilarante.

Quién no recuerda a Marilyn Monroe mientras el aire del metro levanta su falda en La tentación vive arriba (The Seven Year Itch, 1955), a Jack Lemmon quejándose de sus tacones a Tony Curtis mientras caminan por la estación de tren en Con faldas y a lo loco, a Jack Lemmon escurriendo los spaghettis en una raqueta de tenis en El apartamento o a un desaforado James Cagney gritando «¡Uno, dos, tres!» en la película de igual título.

Wilder, sin embargo, abordó variedad de géneros, algunos con notable éxito, como el cine negro. En su filmografía encontramos joyas como Perdición que se ha convertido en un clásico del género o Testigo de cargo (Witness for the Prosecution, 1957), película basada en el libro del mismo título de la escritora británica Ágatha Christie y protagonizada por un maravilloso Charles Laugton y Marlene Dietrich en una de las mejores interpretaciones de su carrera. También realizó películas románticas como Sabrina (id., 1954), quizás su trabajo más amable, o películas donde abordaba la rancia decadencia del mundo de Hollywood como El crepúsculo de los dioses con un papel hecho a medida para una magnífica Gloria Swanson o Fedora (id., 1978), una de sus últimas obras.

Para Wilder «...hacer una película es presentarse delante del telón del escenario y decir: He inventado un juego nuevo. Estas son las reglas. Juguemos juntos» (2)

Sus reglas eran para todos los públicos, sus películas para un público inteligente.

Pocas carreras han sido tan sólidas como la de Wilder. En la historia del cine se han dado pocos talentos como el suyo, excepcional, inteligente, lúcido y brillante. Quizás, Chaplin, Lang, Bergman o Renoir serían ejemplos comparables.

«William Holden: – Usted es Norma Desmond, de las películas mudas, era una estrella.
Gloria Swanson: – ¡Y grande! Pero el cine ya no lo es.
» (3)

Efectivamente, el cine actual ya no lo es o no lo es en la misma medida. Grande, porque guionistas como I.A.L. Diamond o Charles Brackett, directores de fotografía como Charles Lang o John F. Seitz, músicos como Victor Young, Franz Waxman o Miklós Rózsa y actores como Charles Laughton, Barbara Stanwyck, Gloria Swanson, Jack Lemmon, Fred MacMurray y un largo etc, pusieron su gran talento a disposición de Billy Wilder (productor/guionista/director) y por suerte de nosotros, el público.

Marcelo 24 oct.2008

Fausto


La antigua leyenda de Fausto y su pacto con el demonio tentó a innumerables escritores. Publicada en dos partes, en 1808 y 1833, respectivamente, la versión de Wolfgang von Goethe, habría de perdurar entre las obras más hermosas de la literatura universal, tanto por su sabiduría como por su belleza poética.

A lo largo de la historia de la música han sido muchos los compositores que han concebido obras inspiradas en esta leyenda y específicamente en la vertiente literaria emanada del trabajo de Goethe.

En el campo de la música escénica figuran con mayor fuerza tres grandes óperas que con mayor o menor apego siguen la obra de Goethe: “Mefistófeles” de Arrigo Boito, “La condenación de Fausto” de Hector Berlioz y “Fausto” de Charles Gounod.

La producción operística de Gounod (1818–1893) acumula una docena de títulos, la cual con la excepción de “Romeo y Julieta” es bastante desconocida, ya que se ha visto opacada frente al gran éxito y difusión que ha alcanzado “Fausto”, su cuarta ópera en orden cronológico de composición.

A los veinte años de edad Gounod se trasladó a Italia, por haber ganado el codiciado Premio de Roma con su cantata “Fernand”. Allí estuvo tres años y fue en estos momentos cuando el joven compositor manifestó su interés por poner en música el drama de Goethe.

A partir de entonces y en el curso de las dos décadas siguientes fue escribiendo los temas de los diferentes episodios que el desarrollo de la obra iba sugiriéndole. Se señala que una de las primeras aproximaciones a la composición de lo que aún no se visualizaba ni como ópera ni como cantata fue la escena de la noche de Walpurgis, que luego ocuparía el comienzo del quinto acto de la ya planeada ópera “Fausto”.

El paso decisivo para encarar esta ópera vino cuando Charles Gounod presenció la obra teatral “Fausto y Margarita” de Michel Carré. Por entonces el compositor estaba en los preparativos para estrenar “Sapho”, su primera ópera, y fue a través del libretista de esta obra que Gounod conoció a Jules Barbier, quien ya tenía redactado un libreto sobre “Fausto” que Jacobo Meyerbeer había rechazado.

Fue este un momento que Gounod no quiso dejar pasar y pidió a Barbier que solicitara a Carré los derechos para poder fusionar ese libreto ya disponible con elementos de su “Fausto y Margarita”. La aprobación llegó y en 1857 Jules Barbier y Michel Carré aceptaron el encargo de Charles Gounod de confeccionar un libreto definitivo, en el cual éstos restaron importancia a los aspectos filosóficos del original literario y dieron un peso más gravitante a la relación amorosa entre Fausto y Margarita.

En esta labor de redacción del libreto, no obstante señalarse que fue un trabajo conjunto de Barbier y Carré, debe puntualizarse que fue Jules Barbier el que realizó una labor mucho más importante.

Una vez que el proceso de composición hubo terminado, “Fausto” fue ofrecida al Teatro de la Opera de París, pero su empresario no la aceptó. Así entonces, fue Leon Carvalho, director del Teatro Lírico de París, quien la acogió, pero postergando en un año su estreno debido a que otra ópera relacionada con el mismo tema de Goethe seria presentada en fecha cercana en la capital francesa.

A modo de reivindicación ante este atraso, Carvalho pidió a Gounod componer una ópera más liviana para presentarla en el intertanto, y así fue como surgió “El médico a palos”, basada en la obra de Voltaire. Esta tuvo un libreto de la misma dupla Barbier-Carré y fue estrenada en la Opera de París, en enero de 1858.

Pasada la forzada espera, “Fausto” tuvo definitivamente su estreno el 19 de marzo de 1859 en el Teatro Lírico de París, con éxito sólo moderado. Luego se agregaron los recitativos cantados, nuevos fragmentos, e incluso un ballet en el quinto acto, acercando cada vez más la obra a los cánones de la “Gran Opera” francesa.

Para “Fausto” pronto comenzaría una carrera de triunfo, que la convertirían, junto a “Carmen” de Georges Bizet, en la ópera más famosa del repertorio francés. La popularidad de “Fausto” en la segunda mitad del Siglo 19 fue enorme, con una altísima frecuencia de representaciones no sólo en París, sino también en muchas otros grandes ciudades. En Londres, por ejemplo, desde su estreno en 1863 fue representada todos los años por cinco décadas. “Fausto” fue también la ópera elegida para inaugurar el Metropolitan Opera House de Nueva York, en 1883.

En el plano anecdótico señálese que en Alemania la ópera adoptó el título de “Margarita”, la heroína de la obra. Y esto porque los germanos consideraron inapropiado cuando no indigno el título de “Fausto” para una ópera cuyo libreto no respetaba a Goethe.

ARGUMENTO

“Fausto” se desarrolla en cinco actos, que toman lugar en Alemania, en el Siglo 16.

Acto primero

En su estudio, el anciano Doctor Fausto decide poner fin a su vida bebiendo un veneno. Al oír desde el exterior los cantos del día de Pascua de Resurrección siente nostalgia de su juventud y llama al demonio a que venga en su ayuda.

Al momento aparece Mefistófeles, quien le ofrece fortuna, gloria y poder, pero a Fausto sólo le interesa la juventud. Mefistófeles esta dispuesto a darle la eternidad, pero a cambio de su alma. Como Fausto duda, el Demonio hace aparecer la imagen de la bella Margarita, una joven del pueblo, lo que convence al Doctor, quien firma el pacto.

Entonces el viejo se transforma en un joven ricamente vestido, listo para emprender una serie de aventuras guiado por Mefistófeles.

Acto segundo

La acción transcurre en una animada taberna, durante la kermesse de Pascua de Resurrección.

Un grupo de soldados se va a la guerra. Entre ellos está Valentín, llevando al cuello una medalla de su hermana Margarita, como signo de protección. Valentín encarga a Siebel, un adolescente, que cuide de su hermana.

Aparece Mefístófeles e interrumpe los cantos con una canción propia y predice a Valentín su próxima muerte. Cuando Mefistófeles interviene sobre el vino de la taberna todos se dan cuenta que es el mismo diablo y lo hacen huir mostrándole sus espadas en cruz.

Mefistófeles aparta a Fausto hacia otro lugar, por donde pasa la modesta y sencilla Margarita a quien Fausto aborda sin éxito aparente.

Acto tercero

El joven Siebel coloca flores en la puerta de la casa de Margarita, pero el Demonio hace que se marchiten.

Siebel toma agua bendita y rocía sus nuevas flores con el líquido. Ahora el diablo no puede marchitarlas.

Mefistófeles lleva a Fuasto ante la casa de Margarita, donde el ahora joven galán admira la sencillez de su vida. El diablo coloca un pequeño cofre con joyas y un espejo sobre un asiento; cuando viene Margarita, impresionada por su encuentro con Fausto, aparta las flores y toma las joyas, con las que se adorna coquetamente.

Mientras Mefistófeles entretiene a Marta, la vecina de Margarita, ésta se deja seducir por Fausto, a quien el demonio empuja para que entre en la casa con ella.

Acto cuarto

Cuadro Primero

Habitación de Margarita. La muchacha espera un hijo de Fausto, al que no ha vuelto a ver. Margarita lamenta su destino, mientras recibe las burlas de los antiguos amigos que pasan bajo su ventana.

Sólo Siebel se mantiene fiel a ella y viene a consolarla, ofreciéndose luego a vengarla, pero ella sólo espera la ayuda de Dios y va a una iglesia.

Cuadro Segundo

En el Interior de una iglesia, Margarita suplica a Dios que escuche su plegaria, pero se interponen las voces del Infierno, en especial la de Mefistófeles, que le anuncia que su alma está perdida.

Los cánticos religiosos son sobrepasados por las voces de los demonios que maldicen a Margarita, quien se desmaya ante tanto tormento.

Cuadro Tercero

Plaza cercana a la casa de Margarita. Desfila una tropa de soldados victoriosos, donde viene Valentin. Al ver a Siebel, le pregunta por Margarita y se entera que ella ha ido a la iglesia. Al partir los soldados, Valentin entra a su casa, pese a las advertencias de Siebel.

Llegan Fausto y Mefistófeles, quien canta una serenata sarcástica que Fausto prefiere no escuchar.

La puerta se abre, pero quien aparece es Valentin, reclamando una explicación. Fausto y Valentín se baten a duelo, resultando victorioso el primero, quien huye junto a Mefistófeles. Llegan unos vecinos, Marta y luego Siebel y Marguerite.

Valentin, moribundo, maldice a su hermana.

Acto quinto

Cuadro Primero

Montañas del Hartz, donde tiene lugar la “Noche de Walpurgis”. Mefistófeles guía al horrorizado Fausto. Buscando hacerlo olvidar a Margarita, el demonio transforma el siniestro paisaje en un sitio encantado al que acuden las almas de los muertos, brujas y duendes, y también las bellezas de la antigüedad: Cleopatra, Aspasia, Taïs y Helena de Troya.

Fausto se une al grupo en un brindis, pero súbitamente aparece ante él la visión de Margarita, pálida y silenciosa, con la seña de una herida. Fausto pide entonces a Mefistófeles que lo lleve de inmediato hacia ella.

Cuadro Segundo

Margarita está en la cárcel por haber matado a su hijo, y será ejecutada al amanecer. Gracias a las llaves que Mefistófeles le ha robado al carcelero, él y Fausto entran en la celda mientras ella duerme.

Fausto echa a Mefistófeles y despierta a Margarita, quien lo reconoce con alegría. El demonio regresa, apresurando el escape, pero Margarita retrocede aterrada al escuchar esa voz.

Los apremios son en vano: la muchacha encomienda su alma a Dios y cae muerta; “condenada” según Mefistófeles “salvada” según las voces celestiales. El techo de la celda se abre para dejar subir al cielo el alma de Margarita.

Fausto cae de rodillas y Mefistófeles se hunda hacia las entrañas de la tierra bajo la luminosa espada de un ángel.

La ópera concluye con el Himno Pascual de la Resurrección entonado por un triunfante coro.

Música 28 oct 2008 sacado de www.beethovenfm.cl

Educando a Rita




En Educando a Rita,el profesor anárquico y bebedor,que se salta los esquemas y convenciones universitarias,vuelve a ellas debido a las enseñanzas de una joven de barrio con poca cultura pero con unos deseos obsesivos de cambiar,de ser otra persona.
La película entera es un canto a la libertad en la educación y un recorrido por la dependencia que cada uno de los protagonistas tiene en sus criterios y experiencias.En los últimos momentos de la película se nos permite adivinar que tanto la alumna como el profesor se han ayudado a cambiar mutuamente y se han liberado.


Susan
, una peluquera aburrida con su vida y agobiada por las presiones de su marido para que tengan hijos, se apunta a clases de literatura en la universidad para sentirse mejor consigo misma. Susan cambió su nombre por Rita, debido a la escritora Rita Mae Brown. El profesor de la universidad abierta (Open University) a la que asiste, Frank Bryant, le enseña a conocerse a sí misma y a tomar sus propias decisiones libremente. Frank admira su libertad y espontaneidad y la enseña a valorarse a sí misma por lo que es y no solamente por lo que puede aprender. A medida que Rita va aprendiendo, la relación con su marido se hace cada vez más distante. El profesor tiene a su vez problemas con la bebida y de identidad personal y profesional. Rita le ayudará a su vez a encontrar su camino.

Algunos tema para iniciar el debate

Educando a Rita explora temas como las estrategias de inclusión de las instituciones educativas, la educación permanente, la educación abierta, la educación a distancia, el aprendizaje de los adultos, el apoyo o la falta de apoyo de los familiares y amigos hacia el adulto que aprende, el peso de los antecedentes educativos, las expectativas y prejuicios del docente respecto del rendimiento académico de los estudiantes, la disposición hacia el aprendizaje, las transformaciones personales basadas en aprendizajes, los criterios para la evaluación de los desempeños de los estudiantes, el valor de la socialización en las instituciones de nivel superior, las tutorías.

El afiche de la película permite apreciar la idea del tutor como sostén y como guía para el crecimiento. Se dice de Educando a Rita que es un viaje hacia el autodescubrimiento, un cuento de hadas con final abierto, un documental social.

La historia de Rita se sitúa en la Open University, una institución pionera que comenzó a funcionar en abril de 1969, que tuvo sus primeros desarrollos en actividades de extensión universitaria cubriendo actualización profesional, temas sociales y comunitarios y temas de interés personal y que posteriormente expandió sus programas de grado y más tarde de postgrado universitario. Fue creada en función de la creencia de que las tecnologías de la información y la comunicación podían promover aprendizajes de alto nivel de calidad a personas que no hubieran tenido la oportunidad de asistir a universidades convencionales y dar de este modo una solución al problema de la exclusión. A partir de la década del ´70, muchas instituciones y programas de nivel superior de todo el mundo siguieron sus pasos y adoptaron o adaptaron su modelo con éxito.


Analizar los personajes


Rita/Susan (Julie Walters)

  • Su entorno familiar. Marido. Padres. Boda de su hermana. Reuniones en el pub. Aspiraciones familiares. Machismo.

  • Su ansia de aprender. Sus deseos de cambio. Cambios de humor. Vida con su marido. Peluquería. En el restaurante. Con su compañera de piso. En la universidad.

  • ¿Qué cambios se producen a lo largo de la película en su comportamiento y en la percepción de su aprendizaje?

  • Recordar personas o situaciones con alguna similitud a las de Rita o su familia.

Frank Bryant (Michael Caine)

  • Su entorno universitario. Esposa. Claustro. Rector. Otros.

  • Su desilusión por la enseñanza y la poesía. Su alcoholismo. Sus relaciones con los alumnos universitarios. Su comportamiento en la universidad.

  • Su relación con Rita. Como profesor. Como persona.

  • ¿Qué cambios se producen a lo largo de la película en su comportamiento?

Las relaciones entre ellos

  • ¿Que les hace cambiar mutuamente?

  • ¿Qué aprende Frank de Rita?

  • ¿Qué aprende Rita de Frank?

  • Interpretar el final en el aeropuerto

Las relaciones profesor-alumno en tu entorno

¿En qué se diferencian de las de la película?

¿En qué se parecen?


Frank Bryant/Michael Caine da a leer a Rita/Julie Walters un poema de Blake y descubre sorprendido que ella ya lo conoce:

¡Oh rosa, enferma estás!

gusano invisible que vuela en la noche

en la aullante tormenta encontraste

el reposo de gozo granate

Y su oscuro secreto, amor,

tu vida destruye


ducando a Rita. Educating Rita

Reino Unido. 1983. 115 min. Color.

Director: Lewis Gilbert.

Montaje: Frank Watts.

Guión: Willy Russell.

Música: David Hentschel.

Intérpretes: Michael Caine, Julie Walters.


Marcelo 20 Oct.2.008

Fesancor


El Festival Chileno Internacional del Cortometraje de Santiago -FeSanCor- es organizado por la Corporación Cultural Arcos, entidad creada con el objeto de abrir nuevos canales de comunicación entre el área de la formación académica, la creación y producción artística y los requerimientos culturales de la sociedad.

En sus 15 versiones anteriores el Festival ha exhibido más de tres mil cortometrajes de todos los continentes alcanzando una cifra cercana a los ciento noventa mil espectadores.

VLeal. 20 oct.2008 sacado de www.onoff.cl

Canal del Estado


Me entretuve recordando las últimas iniciativas del mismo canal que han provocado «impacto»:

-La teleserie sobre un terrateniente del siglo que pasó, explotador y (¡otra vez!) violador. Tema viejo y resobado, pero que han podido tratar con dignidad la novela (Gran Señor y Rajadiablos, de Eduardo Barrios... hace sesenta años justos) y el cine (Julio comienza en Julio... hace treinta). De la teleserie del 7, como de cualquier teleserie, nada era rescatable, salvo quizás la filmación. «Argumento» de radioteatro de los años 40. Personajes planos e inverosímiles, de sentimientos huachacas y diálogos ridículos. Música, o sentimentaloide o efectista. Actuación... ¿qué actuación cabe, con los elementos anteriores, y teniendo además que cerrar cada libreto diario alguna truculencia que deje a su protagonista en foto fija y con una mirada de espanto? Y por fin —es el Estado el que nos entretiene— sexo, mucho sexo explícito y ahora además brutal, y una violencia récord: siete personajes muertos a mano armada en el último capítulo.

-La «elección» del «mejor chileno», ganada estrechamente por Salvador Allende sobre Arturo Prat. No ha sido esto lo importante. De ser inverso el resultado, los vicios de la «elección» hubieran sido exactamente los mismos. A saber: la ninguna seriedad del programa —copiado de un modelo extranjero, por supuesto... NINGUN «éxito» de nuestra TV deja de ser copia—; la forma irregular y manipulable de la selección de los candidatos, y de las votaciones; y —sobre todo— el nivel no primario, sino parvulario, de la presentación, defensa y crítica de las distintas postulaciones. Tan bajo, que en un desayuno con los participantes el Canal les sugirió mediante un memo los «cargos» contra los respectivos candidatos, alrededor de los cuales giraría el debate de TV. Y así se discutiría si Allende era ebrio y «ñoña» la poesía de Gabriela Mistral; si el heroísmo de Prat fue un montaje propagandístico, etc.

Es cierto que algunos de los presentadores de candidaturas superaron (no era difícil) el nivel propuesto por Canal 7, pero no pudieron alterar la disparatada estructura global del programa. De este modo, se convirtió en una chacota lo que hubiese podido ser un análisis serio y pluralista, sin «competencia» ni farándula, de quiénes han sido los mejores chilenos. Algo propio del Bicentenario y del canal que dice ser de todos nosotros.


De estos recuerdos inmediatos pasé al de otros «impactos» anteriores del mismo canal: una cárcel de mujeres (a la cual se le anuncia segunda parte) donde todas las presas y las gendarmes eran sádicas, o lesbianas, o ambas cosas... un señor que cortaba en pedazos a la gente con una motosierra... unos caballeros y damas de «treinta» (años) que se acostaban indiscriminadamente unos con otros, hasta que se agotaron los cruces posibles y terminó la serie...

¿Quién se acuerda de nada de esto? ¿Quién se acordará mañana del «mejor chileno» y del perverso hacendado? ¿Qué valor social, cultural o aun de entretención razonable han tenido tantos esperpentos?


Al obvio daño de formación que ellos producen en niños y adolescentes el Canal responde, muy serio, que transmite sus engendros en horario de adultos, siendo de responsabilidad paterna que —a esa hora— no los vean los menores de edad. ¿Nos hemos detenido a sopesar la insensatez de este argumento? «Reparto cocaína gratis —dirá mañana el Estado—, pero sólo en la calle y después de las diez de la noche. Si la reciben menores, culpa es de los padres por no tenerlos acostados en su casa».


El Canal se jacta, también, de sus transmisiones culturales. Son mínimas y, salvo honrosas pero pocas y espaciadas excepciones —los programas del cineasta Ruiz, por ejemplo—, irrelevantes. Viajes exóticos con comentarios superficiales, o programas «envasados» de las mismas características, y una preferencia por el escándalo y (sorprendentemente) por la irreligiosidad anticatólica.


¿Noticiarios? Los mismos de los otros canales: política menuda, crímenes y en general violencia, fútbol y un paupérrimo servicio exterior.


Hay que repetir la reflexión de siempre. La culpa de todo lo que precede no la tienen quienes producen el Canal 7. Se les exige autofinanciarse, y para ello tienen que ser comerciales, ganar avisos, obtener el «rating» que atrae éstos. Para lo cual hacen lo que hacen todos, en todo el mundo: TV/chatarra. La pregunta, entonces, es otra: ¿para qué necesita el Estado de Chile hacer TV/chatarra? La obvia respuesta: para nada. Y la conclusión, la de siempre: si el Estado de Chile requiere (lo que es muy discutible) una TV propia, «pública», «nacional», auténticamente cultural, etc., ésta no puede ser a la vez TV comercial: debe ser subsidiada. O subsidiarla, o venderla y gastar la plata en algo útil.


Boris 15 oct 2.008 extracto sacado de www.lasegunda.com (Gonzalo Vial)

Frederick Forsyth


A FREDERICK FORSYTH NO LE GUSTA IR a Nueva York porque teme a sus mujeres. Que por qué. Le parecen "terroríficas", con sus carreras universitarias y dispuestas a subir tan alto como los hombres.

-Y ¿por qué no, señor Forsyth?

-Porque hay cosas que las modas no pueden cambiar: a los niños les gusta jugar a matar, las niñas prefieren cuidar muñecos o disfrazarse de enfermeras. No es natural en la mujer escalar montañas.

Tuvo suerte Frederick Forsyth porque la discusión surgió cuando la entrevista estaba a punto de terminar. No había más tiempo pactado, así que... mejor empezar por el principio.

Londres. La ciudad vuelve a su ser después de un largo fin de semana de calor prematuro y luto por la serie de atentados contra minorías sociales. Mangueras y escobones cruzan las aceras del Soho; temprano llegaron los equipos de limpieza a retirar el precioso altar improvisado por la razón a los pies del pub reventado. Al otro lado de la calle, nadie parece conocer al escritor superventas Frederick Forsyth en la recepción del Groucho Club, lugar de encuentro de la modernidad londinense; ciertamente, un marco nada apropiado al personaje.

Estamos ante el hombre que ha inventado el mejor "trabajo" de la historia: jornada continuada de 45 días febriles cada tres años: el resto del tiempo regenta una granja de 450 corderos. El trabajo, además de comodísimo, ya me dirán, le permite lucir todos los distintivos del dinero: sólido bronceado, manicura cuidada a domicilio, rolex tamaño tubérculo y así hasta donde lleguen los 200 millones de pesetas que por término mínimo le granjea cada libro. Ya comprenderán que... pecata minuta la piel de los corderos.

De cualquier modo, es Forsyth un millonario amable y asequible, de formas muy británicas, perpetuamente tocado de camisa rosa, paradójico emblema de una hombría incuestionable. Dijo que lo dejaba, después de 10 novelas (multipliquen), 45 millones de ejemplares vendidos, 42 años escribiendo, 12 de ellos como corresponsal político y de guerras, dos matrimonios, dos hijos, toros, vinos y 60 años de rosas. Pero no, no, no, no, no: Frederick Forsyth sólo había cambiado de montaña. "Compáralo con un explorador que escala el Everest: la primera vez le resulta muy excitante, pero a la décima, seguro que empieza a apetecerle intentarlo con otra montaña. Yo voy a intentarlo con otra montaña. Realmente lo que dije es que no quería escribir más thrillers políticos, porque ya he escrito diez, ¡diez!; y de ahí dijeron que no iba a escribir más".

Pregunta.-Nadie hubiera imaginado que acabaría escribiendo una novela romántica.

Respuesta.-Ésa es la gran jugada: cambiar el estilo, el formato, el tema y buscar un público nuevo.

P.-Realmente esta novela parece un testamento: tanto asunto trascendental, tanta declaración...

R.-Bueno, fundamentalmente es una novela de amor, de un amor que, al ser imposible, primero se convierte en una devoción al dios del dinero y, más tarde, por una cuestión que es el misterio del libro, conduce a una reflexión sobre el alma humana, la redención, el diablo...

P.-¿Qué fue lo que le atrajo de la historia original, El fantasma de la ópera?

R.-Todo surgió hace 18 meses de una cena con Andrew Lloyd Webber, que es el autor del musical y un gran amigo mío, que ha conseguido el mayor éxito comercial jamás logrado a partir de un texto: 40 años en escena a razón de 10 representaciones simultáneas y diarias en todo el mundo, 1,4 billones de dólares de beneficios. Después de haber comido y bebido copiosamente, entre risas empezamos a elucubrar qué habría sido del fantasma, que según la leyenda nunca más fue visto. Probablemente inducido por el vino, dije: yo inventaré el fin de la historia. Una semana después, aquello había ido más allá del chiste. Andrew me pasó una vieja edición del original, un libro desaparecido que nadie ha leído. Descubrí que, mientras que el musical y las películas convierten a Erik en un monstruo cruel, la obra de Gaston Leroux es una historia de amor trágico al estilo de La bella y la bestia.

P.-A juzgar por su prólogo, también debió fascinarle su autor, porque tiene bastante en común con él: ambos se hartaron del periodismo en la treintena y se emplearon en escribir novelas con el único objetivo de ganar dinero.

R.-Sí, los dos fuimos corresponsales en el extranjero y nos retiramos a escribir novelas por dinero. Pero Leroux escribía de una forma furiosa, dos o tres al año, que tenían muy limitado éxito: tres meses y desaparecían, mientras él se gastaba todo el dinero. Murió en 1927 miserablemente.

P.-Una parte considerable de su versión del mito habla sobre la vocación periodística. Han pasado 31 años, señor Forsyth, ¿todavía la echa de menos?

R.-Sí, todavía. Cuando uno ha sido corresponsal extranjero y suceden cosas como ésta de Yugoslavia, desearía estar dentro de Kosovo con el ELK; aunque sabes que te pueden matar. Pero entonces se lo cuentas a tu esposa y lógicamente ella te dice que eres tonto.

P.-Uno de esos personajes periodistas de su novela dice que el periodismo es el mejor trabajo del mundo.

R.-Ese personaje tiene 24 años, y para él, las calles de Nueva York son una aventura tremenda. Yo sentí lo mismo cuando fui corresponsal de Reuters en París a los 23 años, cubriendo los tiempo de Charles De Gaulle: corría tanta adrenalina... Viajaba, conocía gente, veía cosas...

P.-¿No cree que, eso que cuenta de la guerra, más que un trabajo parece una devoción o un veneno adictivo o algo así?

R.-¿Veneno? Sí, puede ser una vocación envenenada. Es algo que se lleva dentro. Si uno es contable y lo deja, no va a echar de menos las columnas de números: oh, qué maravilla. No. Pero hay trabajos que realmente nunca te abandonan.

P.-¿Cree que un corresponsal de guerra, como usted fue en Biafra, su último destino, debería retirarse cuando la muerte deja de impresionarle?

R.-Mira, como dice John Simpson, que está en Belgrado cubriendo la guerra para la BBC, "he estado en 44 guerras pero nunca, nunca llegará el momento en que vea un cuerpo deshecho por las bombas y no sienta nada".

P.-Entonces es que mienten, porque no me diga que nunca ha escuchado a los corresponsales de guerra hablando de la muerte de otros con una frialdad escalofriante.

R.-Bueno, es verdad que no son tan sensibles como cualquier otro que nunca haya estado en un guerra. Pero yo no he conocido a ninguno que me haya dicho: nada me impresiona. Tal vez la capacidad de impresión disminuya, sí. Es lógico: la primera vez que ves un cadáver, guau; la segunda, buh; la centésima... (bosteza y se ríe). Tienen que tener un umbral muy alto para el horror, porque si no, no pueden hacer su trabajo. Como las enfermeras, que tienen que aceptar el hecho del dolor.

P.-El mismo personaje de su libro aprovecha la ocasión para impartir una lección magistral: el periodista debe desconfiar de todo. ¿Está de acuerdo?

R.-Han pasado 41 años, ha recorrido el mundo y le dice a sus alumnos que, como los periodistas somos testigos de la historia, si mentimos, los historiadores después darán esas mentiras por ciertas.

P.-Existe otra máxima periodística bien conocida que reza: "No dejes que la verdad te arruine un buen reportaje".

R.-Yo diría que esta máxima es más válida para los agentes publicitarios y asesores de imagen y toda esta gente que rodea a los políticos. Porque normalmente, la verdad es una buena historia. Nadie que vaya hoy a Kosovo va a tener que inventar ninguna masacre: la historia está ahí.

P.-En sentido contrario a la máxima, señor Forsyth, usted parece obsesionado con la verosimilitud de sus novelas. ¿No es la literatura el reino de la fantasía y la imaginación?

R.-Sí, me gusta la verosimilitud. Depende de lo que estés escribiendo. Cuando no hay pruebas sobre lo que escribes, puedes inventar; pero si yo digo que en Madrid no hay aeropuerto...

P.-Pues apenas mentiría. ¿Sabe lo que Gabriel García Márquez dijo en su taller de escritura sobre El Chacal?

R.-No, no lo sé, nunca lo he oído; ¿y qué dijo?

P.-Pues dijo que su novela sería una de las mejores del siglo si se hubiera atrevido usted a asesinar al general De Gaulle.

R.-¿Atreverme a matarlo? ¿Pero si estaba vivo? La historia que se cuenta es del 63 y él murió en noviembre del 70, y la novela se publicó en el 71.

P.-Sí, pero usted podría haberle matado en la ficción y así, según mantiene Márquez, al cabo de 200 años la gente no sabría realmente si el general murió en su lecho o en un ataque terrorista.

R.-Pero cómo iba a escribir eso en el año 70 si lo habían enterrado hacía apenas una semana. Sí, existe la posibilidad de cambiar la realidad 200 años más tarde y hacerla creíble, pero el mismo año de su muerte... Cómo vas a pretender que murió en el 63 si continuó gobernando Francia durante siete años más. Una vez se me acercó un joven de unos 20 años y me dijo que tenía una imaginación prodigiosa por haber inventado un personaje como el general De Gaulle. Nunca había oído hablar de él en las lecciones de Historia, porque no se da más que hasta la muerte de Kennedy.

P.-¿Y usted no cree que lo maravilloso de la literatura es precisamente eso, su capacidad de convertirse en algo más real que la realidad?

R.-Sí, yo también encuentro que hay personajes de novela más reales e interesantes para la gente que el señor Aznar, por ejemplo, o cualquiera de esos tipos grises. Son más reales aunque no hayan existido.

P.-Forsyth, ¿tiene usted cierto complejo de oráculo?

R.-No, realmente. Me limito a hacer cálculos: no era difícil saber que Margaret Thatcher iba a acceder al poder, ni que Rusia invadiría Afganistán.

P.-No hace mucho predijo que el Gobierno de Bruselas perdería toda su credibilidad, lo que en efecto ha sucedido.

R.-Tampoco creo que eso fuera muy difícil de prever. Era algo tan enfermo y corrupto: un secreto a voces. La salida de los comisarios era sólo una cuestión de tiempo, pero no importa: todos ellos volverán.

P.-¿Cree que este concepto de los estados unidos de Europa tiene algo que ver con las recientes demostraciones de racismo que, según los expertos, responden a un fenómeno nuevo y similar al Ku Kux Klan estadounidense?

R.-No, creo que son dos entidades diferentes. El fascismo y el nazismo siempre han estado ahí, aunque políticamente sean insignificantes. Después de estas tres bombas que han estallado en Londres, la prensa y el señor Blair han empezado a hablar de diez divisiones de nazis y bla, bla, bla. Y todo fue provocado por un maníaco en solitario. Se trata de un ingeniero, capaz de entender la información que circula por Internet sobre cómo fabricar una bomba. En Estados Unidos se venden auténticos manuales de cómo ser terrorista. Lo que sí está haciendo crecer el racismo son las fuertes emigraciones a Europa, porque el último extracto intelectual de la denominada sociedad blanca cree que ésta es la causa del desempleo. Entonces atacan la tienda de la esquina porque es de un paquistaní. La verdad es que ése que ataca no tendría trabajo en ninguna circunstancia, porque es un idiota.

P.-Predijo también que antes de acabar el milenio tendríamos un nuevo Hitler. Pero lo dijo mirando a Moscú y ...

R.-El gran miedo de Occidente es que en las próximas elecciones rusas puede surgir un hombre capaz de aglutinar el creciente y extremo nacionalismo. ¿Qué era Hitler sino un nacionalista extremo?

P.-Me parece que con Milosevic ya tenemos suficiente profecía. ¿No cree que el poder del dictador serbio podría haberse evitado?

R.-Milosevic era un paparatchik anónimo, sin cara identificable, uno de los instigadores del sueño de la Gran Serbia. Él no es para nada un nuevo Hitler: primero porque no gobierna un país grande y poderoso. Es un gánster político, y además es muy estúpido: lo es cualquiera que empiece a gobernar un territorio como Yugoslavia y acabe con una provincia del tamaño de Castilla.

P.-¿El objetivo de la OTAN tiene algo que ver con la minoría kosovar?

R.-No hay una motivación imperialista si es eso a lo que te refieres. ¿Qué interés puede tener EEUU en Kosovo, acaso se trata de un gran mercado donde vender chrislers o de un productor de petróleo? La OTAN tenía prueba aportadas por los servicios de inteligencia británicos y americanos de que Milosevic emprendería la solución final entre la primavera y el verano. ¿Iban a quedarse mirando la limpieza de casi dos millones de personas? Yo no critico el motivo, pero sí el modo en que se está llevando. Sobre todo por las interferencias políticas de Blair y Clinton: es una campaña lanzada por amateurs que supervisan a los profesionales. Tampoco se puede llevar a cabo una guerra comandada por 19 miembros a los que tienes que consultar cada vez que lanzas una bomba. El consejo de la OTAN no funciona.

P.-Volvamos a la novela. Hay un personaje que dice que el miedo siempre va acompañado de una fuerte fascinación. ¿Semejante axioma podría ser la base de todas las tiranías?

R.-A la gente le fascina el horror, y tal vez eso esté en el fondo de la atracción que produjeron individuos como Hitler o Stalin. Los grandes villanos de la historia han sido fascinantes para el pueblo, la gente todavía admira a Atila, a Gengis Kan. Los monstruos son más fascinantes que la gente buena.

P.-Forsyth, todos los poderosos ocultan alguna frustración.

R.-La que sí puedo decirte es que gente poderosa siempre está impelida a acumular más y más poder o más y más dinero, aunque no lo necesiten, y que probablemente esa fuerza que les guíe sea una carencia: buscan una compensación. Se dice que normalmente los hombres que fuman grandes cigarros tienen el pene pequeño.

P.-Ah, he de fijarme. ¿Y usted por qué dice que las mujeres no pueden ser femeninas si aspiran al poder; es que el poder tiene que ser tan masculino?

R.-Bueno, esto sonará muy sexista, pero yo creo que hay ciertos aspectos de la condición femenina que no se pueden cambiar. La natural tendencia de los hombres es competir, conquistar, explorar, escalar montañas, cruzar ríos, ir al fin del mundo. Hay ciertas mujeres que sienten esta inclinación: son precisamente aquellas que tienen muy pronunciada su parte masculina. No es que las mujeres no puedan subir montañas, es que normalmente no les gusta.

P.-Mire, piense lo que piense, el poder del mundo está cambiando y esto nadie lo para.

R.-El poder es como una montaña, hay que perseguirlo tiempo y tiempo. Una de dos, o esto cambia o será que las mujeres se convertirán masivamente al lesbianismo. Hay mujeres, las hay, que les interesa el poder: Bhutto, Golda Meier, Thatcher... pero cuando hablas con ellas, en su cerebro hay un gran componente masculino, que no tiene nada que ver con su físico. Bhutto es muy glamurosa y a Thatcher le encanta flirtear.

P.-Hay algo precioso reflejado en la novela que es el instinto femenino de protección hacia los otros. Usted tan masculino, ¿dónde lo aprendió?

R.-Observando la vida. Es biológico, parte de la naturaleza femenina y su capacidad de hacer niños. La compasión, el deseo de proteger, de ayudar, es más fuerte en las mujeres.

P.-Cuando dejó el periodismo dijo que estaba harto de la soledad del corresponsal y que quería fundar una familia. Unos 30 años después, ¿se siente solo en su granja?

R.-Bueno, más que harto lo que estaba era arruinado. Y en cuanto a ahora: no estoy solo, vivo con mi segunda esposa y me visitan los dos hijos que tengo del primer matrimonio. Si quiero estar solo, lo que suele ocurrirme el 50% del tiempo, me encierro en mi estudio, que es un granero rehabilitado.

P.-Señor Forsyth, ¿por qué continúa escribiendo si su único móvil es el dinero?, ¿no tiene suficiente, o tal vez le ocurre como a los poderosos?

R.-No tengo otra razón a parte del dinero, no. Escribo cada tres años, más o menos cuando se me acaba el dinero. Nunca llego a arruinarme, pero a las mujeres les gusta gastar, los chicos tienen muchísimos gastos, la granja no da beneficios...

P.-¿De qué tipo de familia procede usted?

R.-Muy corriente. Mis padres eran tenderos en una pequeña ciudad del sudeste de Inglaterra, Ashford, en Kent. Nada extraordinario: fui hijo único, mi primera memoria es la II Guerra Mundial. Según los estándares de la moderna corrección, fui educado en una horrible ordinariez: mi padre quería a mi madre, mi madre a mi padre, los dos me querían y yo, a ellos. Es claramente una receta para un ser humano asquerosamente normal.

P.-Pero fue hijo único, todos los hijos únicos salen raros.

R.-¿De verdad? Mi mujer también es hija única, por tanto debemos ser una pareja rara. A partir de ahora les preguntaré más a mis amigos si son únicos o no.

P.-Sinceramente, señor Forsyth, ¿es usted un buen cristiano?

R.-No soy agnóstico, pero no suscribo todo el menú católico, que en gran parte me parece una superstición. Soy un nuevo gourmet de la religión: sólo en pequeñas porciones.

Una humanidad espesa tapiza el césped de la plaza del Soho. Individuos con sándwich se disputan 200 metros cuadrados de verde dudoso: es la búsqueda de la tierra en el meollo de la mega urbe a la hora del lunch.

Nadie, absolutamente nadie mira a Frederick Forsyth que posa para el fotógrafo con una sonrisa nada natural. Camina tranquilo el escritor: un escritor aquí no es una estrella de feria. Lleva sobre sus hombros una leve joroba de años y tal vez de excesos: seguro que en otro tiempo marcharía de pecho henchido el galante reportero.

Boris 15 oct.2008

El Actors Studio


Cuando la Compañía del Teatro de Arte moscovita pasó por Norteamérica, dos de sus mienbros se quedaron en ese país y pronto se dedicaron a la enseñanza desarrollando el sistema de su maestro Constantin Stanislavsky.

Ellos eran , Maria Ouspenskaya y Richard Boleslavski. Fue con ellos, con quienes jóvenes actores norteamericanos como Lee Strasberg se sumergieron en las enseñanzas de Stanislavsky de acuerdo a las puntuaciones que de este hacía Boleslavski. Conducidos por las ganas de llevar lo aprendido a los escenarios norteamericanos, Lee Strasberg, Harold Clurman y Cheryl Crawford fundaron el Group Theatre (1931-1941), todavía hoy considerada la mejor de todas las compañías norteamericanas de teatro. El Group Theatre era la primera compañía americana entrenada completamente para funcionar como conjunto. Entre los miembros invitados a formar parte de esta compañía notable estaban Roberto Lewis y Elia Kazan. El Group Theatre finalmente se disolvió en 1941, por razones que se extendían desde las cuestiones financieras hasta las " diferencias artísticas ". Fue recién seis años más tarde cuando los fundadores originales del Actors Studio decidieron que era hora "de avivar las brasas" antes de que el fuego se muriera totalmente. El Actors Studio fue fundado en octubre de 1947, por Cheryl Crawford, Elia Kazan y Roberto Lewis. Se invitó a cincuenta actores profesionales jóvenes a que se hicieran miembros. Roberto Lewis condujo las reuniones para los miembros avanzados, y Elia Kazan llevó a cabo las sesiones para los principiantes. Antes de fin del primer año, Lewis dimitió. Durante 1948 y 1949 varios profesores condujeron las clases de actuación, entre ellos Sanford Meisner, Daniel Mann y Elia Kazan. Hasta que finalmente invitaron en 1949, a Strasberg para que se incorporara al Actors Studio. Después de poco tiempo, él fue el único profesor de actuación allí. Y antes de 1951 Strasberg fue designado Director Artístico del Actors Studio, una posición que la conservó hasta su muerte en 1982.

El Sistema de Enseñanza
-----------------------
En el sistema de enseñanza del Actors Studio, fundamentado en el de Stanislavsky, se busca exitar estadios subconcientes del actor mediante un trabajo técnico conciente. Las clases consiten primero en la exposición de un tema por parte de un alumno; en la discusión que de su trabajo hacen los demás; y en las conclusiones que de la controversia saca su atemperador y profesor. El alumno expositor, sobre unas circunstancias temáticas dadas, improvisa su actuación mímicamente o utilizando la palabra. El método trata de provocar nexos de unión o identificación entre el intérprete y la criatura escénica. Del Actors Studio han surgido nombres de primera magnitud: James Dean, Marlon Brando, Montgomery Clift, Jack Palance, Julie Harris y Carroll Baker, entre otros. Las vidas agitadas de algunos de los alumnos que pasaron por el Actors han contribuido a elevar las voces de aquellos que han considerado que el método de enseñanza allí desarrollado contribuye a despertar y estimular los aspectos enfermos de la personalidad de los estudiantes. Sin embargo hoy ya dejada de lado esa discusión, no cabe dudas de que el Actors Studio es un hito en el camino hacia la profesionalización y jerarquización del trabajo del actor.

Marcelo 13 oct.2008