Rainer Fassbinder 2
“Los otros chicos no me comprendían. Creían que estaba loco” | |
R. W. Fassbinder | |
El treinta y uno de mayo de 1945 nace en Bad Wörishofen Rainer Werner Fassbinder, hijo único del doctor Hellmuth Fassbinder y de su esposa traductora de idiomas Liselotte Eder. Posteriormente, Rainer y su madre falsearon de común acuerdo el año de su nacimiento, que hasta su muerte en 1982 se tuvo por 1946. ¿El motivo? Circulan varias versiones: la más comentada es que ese falseamiento se debía a la ilusión del futuro genio de estrenar su película número treinta cuando él cumpliera treinta años de edad; otras hacen referencia a un simple capricho. | |
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Ni su padre ni su madre se tomaban demasiado interés por el chico: “Se divorciaron en 1951, cuando yo tenía cinco años... pero ya antes de que se divorciaran no había quién me dijera lo que debía o no debía hacerse”. Y lo cierto es que durante toda su vida hizo constantes, amargas e incluso exageradas alusiones en torno a su infancia: “Desde niño soy lo que se suele llamar un maníaco-depresivo, con períodos de euforia y depresión que se suceden sin motivo aparente. Esto se manifestaba de forma bastante parecida a la actual. A veces me sentía feliz y jugaba con los otros niños; bruscamente, perdía las ganas de jugar y me sentaba en un rincón a solas. Los otros chicos no lo comprendían. Creían que estaba loco”. Después que los abandonó su padre, Liselotte y Rainer se trasladaron a Colonia y alquilaron un apartamento: “Yo estaba muy disgustado con mi madre, pues se echó un amante de diecisiete años. Yo tendría ocho o nueve. Ese chico de diecisiete trataba de actuar como si fuera mi padre. Me causaba risa”. | |
Entre los siete y los nueve años lamentó que viviera casi completamente solo, debido en parte al hecho de que su madre enfermó de tuberculosis y tuvo que pasar un año entero en un sanatorio. Durante ese tiempo, el niño se fue haciendo cada vez más independiente e incontrolado, hasta el punto de que Liselotte tras su enfermedad enviaba al inquieto, ruidoso y testarudo Rainer al cine: “Desde los siete años de edad iba al cine cada día, a veces hasta dos y tres veces, y veía toda clase de películas”. | |
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Por lo que respecta al colegio, le iba bastante mal: en todas las escuelas a las que asistió, dio muestras de no adaptarse a disciplina alguna. Sólo se le quedó grabado el principio que regía en una de ellas, que seguía la máxima de Rudolf Steiner: “A los niños no se les debe forzar a hacer nada, sino que deben decidir siempre por sí mismos lo que crean correcto, dejarles hacer aquello por lo que demuestren interés y no obligarles a hacer nada que no les interese”. En sus películas, equipararía la educación a los intentos de imponer los buenos modales de la clase media a un niño o a un personaje proletario que ha crecido sin ellos (como en La ley del más fuerte, 1974). Así, la chaqueta de cuero que normalmente lucía, su sombrero, los vaqueros gastados, las camisas raídas y sin botones, las botas sucias, su barba desarreglada y su pelo despeinado se convirtieron en símbolo de rebelión contra esa sociedad modeladora que él tanto despreciaba. | |
Rainer comenzó a sentirse verdaderamente dueño de su destino cuando a la edad de quince o dieciséis años se fue a vivir con su padre por una larga temporada. Seguramente, el muchacho había idealizado el ausente mundo paterno, en especial porque su madre, sin saber cuánto iba a vivir a causa de la tuberculosis, había hecho un esfuerzo por no denigrar a quien dado el caso podría ser la única persona que se hiciera cargo de su hijo. No obstante, ella no perdió el tiempo y mientras tanto se casó con un periodista, Wolf Eder, el cual prohibiría la entrada en la casa al muchacho mientras él estuviera presente, ya que en modo alguno aceptaba su forma de vida. Hasta la muerte de Eder en 1971, hijastro y padrastro se evitaron mutuamente. | |
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Además de trabajar para su padre y prostituirse, también llegó a desempeñar el puesto de encargado del archivo del diario regional ‘Süddeutsche Zeitung’. Sin embargo, dejó pronto todas esas actividades, ya que su auténtico interés se dirigía hacia el cine y el teatro. A la vez que comienza a estudiar fotografía, se apunta a clases de arte dramático en la Fridl-Leonard Studios, donde conoció a su posterior musa Hanna Schygulla. Rainer nunca cruzó una palabra con ella y ésta “lo encontraba feo y a la vez fascinante. Tenía la impresión de que yo no le gustaba”. Se equivocaba. El futuro director se enamoró secretamente de esa joven promesa y la imaginaba como su Marlene Dietrich particular. | |
En 1965 se presenta a los exámenes de ingreso en la Escuela Superior de Cine y Televisión de Berlín Oeste, pero lo rechazan. Fue precisamente en ese año cuando al independizarse inicia sus relaciones con el actor griego Christoph Roser (que le dará el dinero para dirigir sus dos cortometrajes) y una futura actriz secundaria habitual de sus películas, Irm Hermann (el magnífico personaje mudo de Petra von Kant). Pancha 17 nov.2008 (Sacado de www.rafamorata.com) |