Esta singular novela, colmada de reflexiones y vivencias, nos presenta a dos personajes que se embarcan rumbo a la isla de Creta. El más joven, conocido como “el patrón”, se dispone a explotar una mina de lignito, mientras que el otro, llamado Zorba -un hombre entrado en años-, lo acompaña decidido a trabajar para él, dando inicio a una curiosa relación, tan entrañable como significativa.
El patrón pronto adivina gran parte de la esencia de Zorba -misma que irá descubriéndose de manera constante-: “su alma avanzaba mucho más ligera que el mundo”. En su sentir, actuar y pensar radica, básicamente, la considerable profundidad de la obra.
La mina es el pretexto perfecto para que dos personas que ven enlazadas sus vidas con intensidad, puedan dedicarse a actividades que colman sus expectativas. Zorba se entrega a la labor de explotar y dirigir el negocio, mientras que el patrón se dedica a la escritura. Esta última ocupación suscita innumerables críticas por parte del primero, para quien los libros ofrecen una visión distorsionada de la realidad. Una y otra vez incita al patrón a abandonarlos y a vivir con plenitud, experimentando el placer de las cosas sin intermediarios.
Por una parte, Zorba es un personaje capaz de ver las cosas con la mirada fresca e inocente de la primera impresión mientras que, por otra, logra incursionar en los avatares de la condición humana en forma certera. Asimismo, su visión de la femineidad se encuentra libre de cuestiones terrenales, y la manera en que la aprecia en su fundamento más hondo me pareció muy quijotesca.
"Detrás de cada mujer se erguía, austero, sagrado, lleno de misterio, el rostro de Afrodita."
El patrón pronto adivina gran parte de la esencia de Zorba -misma que irá descubriéndose de manera constante-: “su alma avanzaba mucho más ligera que el mundo”. En su sentir, actuar y pensar radica, básicamente, la considerable profundidad de la obra.
La mina es el pretexto perfecto para que dos personas que ven enlazadas sus vidas con intensidad, puedan dedicarse a actividades que colman sus expectativas. Zorba se entrega a la labor de explotar y dirigir el negocio, mientras que el patrón se dedica a la escritura. Esta última ocupación suscita innumerables críticas por parte del primero, para quien los libros ofrecen una visión distorsionada de la realidad. Una y otra vez incita al patrón a abandonarlos y a vivir con plenitud, experimentando el placer de las cosas sin intermediarios.
Por una parte, Zorba es un personaje capaz de ver las cosas con la mirada fresca e inocente de la primera impresión mientras que, por otra, logra incursionar en los avatares de la condición humana en forma certera. Asimismo, su visión de la femineidad se encuentra libre de cuestiones terrenales, y la manera en que la aprecia en su fundamento más hondo me pareció muy quijotesca.
"Detrás de cada mujer se erguía, austero, sagrado, lleno de misterio, el rostro de Afrodita."
El patrón destaca las diferencias entre la gente culta y la naturalidad de Zorba, quien posee la sabiduría genuina de quien conoce las leyes primordiales que rigen al hombre y al mundo, cosa que lo obliga a meditar sobre su propia vida, midiéndola a través de la sapiencia del viejo.
"Mirábalo a Zorba al fulgor de la luna y me maravillaba la fe en sí mismo, la sencillez con que se acomodaba al mundo viviente; cómo su alma y su cuerpo formaban un todo armonioso; y como toda cosa, mujeres, pan, agua, carne, sueño, se confundían alegremente con su carne y se convertían en Zorba. Nunca jamás había presenciado tan amistoso entendimiento entre un hombre y el universo."
Sin embargo, de acuerdo con la postura de Zorba, el culto patrón, ligado a las ataduras de la razón, no logra comprender algunos aspectos fundamentales de la existencia.
Esta idea se ve reforzada incluso antes de que se conocieran, ya que el patrón se había despedido de un entrañable amigo, quien también le llamó la atención en cuanto a su afición por los libros, tildándolo de "rata papiróvara".
Esta idea se ve reforzada incluso antes de que se conocieran, ya que el patrón se había despedido de un entrañable amigo, quien también le llamó la atención en cuanto a su afición por los libros, tildándolo de "rata papiróvara".
"Pero ¿Cómo podrías tú entenderlo con ese espíritu dañado por los libros?"
"Te diré una idea que se me ha ocurrido, patrón; pero no tienes que enojarte: sería la de meter en una pira todos tus libros y darles fuego. Quizá después de eso, como no eres tonto y eres un buen tipo, podría sacarse algo de ti."
"¡No cabe duda de que existe un infierno adonde van a parar los cagatintas como tú!"
Toda la obra destila sabiduría; el escritor logra transmitir la idea de que lo más simple puede llegar a ser lo mejor de la vida. De acuerdo a este planteamiento, el patrón debería dejar los libros y conocer la vida tal como es; captar la esencia de las cosas a través de su propia percepción. Es un concepto interesante, aunque yo no llegué a penetrar en el gran estorbo que podrían suponer los libros. Creo que la disposición natural de apreciar la vida desde sus más recónditos cimientos -muy factible y que además puede ser superior a la de cualquier otra persona-, no tiene que confrontarse con lo que descubrimos a través de la palabra escrita.
Estos personajes pronto se encuentran con otros que van redondeando una historia enfocada, sobre todo, a mostrar el goce primordial de la existencia. Zorba se relaciona con una vieja señora a la que su imaginación otorga la apariencia que él prefiere, mientras que el patrón lucha contra sus demonios interiores -adquiridos a través de ciertas enseñanzas búdicas- que le hacen mirar a las mujeres a través de un cristal más bien pecaminoso.
Más adelante se establece cierto paralelismo entre ambos personajes: Zorba se maravilla con las piedras que al bajar, "adquieren la animación de un ser viviente", y a partir de esto surge la idea de que las cosas pueden apreciarse con la frescura de la primera impresión, tanto si se trata de un "poeta visionario", como de alguien como él:
Son muchos los sucesos en que participan ambos personajes. El pueblo en que viven, por ejemplo, se manifiesta como un lugar primario en el cual los habitantes dejan salir sus más bajos instintos a la primera oportunidad. Algo similar ocurre con un monasterio al que acceden gracias a un interés inherente a la mina.Zorba habla también del miedo a la vejez, del valor del dinero y el éxito. Este hombre no pierde piso y sabe muy bien lo que le conviene, aunque jamás haya perdido la capacidad de asombro, "semejante a un niño". Su sabiduría es tan primitiva como empírica, de acuerdo al propio libro, pero es eso mismo lo que la hace tan atractiva. Incluso cuenta los crímenes contra búlgaros y turcos que cometió por la patria, aclarando que ahora sólo piensa en si será una buena persona con quien se encuentra en el camino. Las experiencias lo han llevado por un sendero virtuoso, aunque esto no es -necesariamente- algo que suceda con frecuencia. Aquí vuelvo a la idea de esa disposición natural, ahora enfocada hacia el bien, que predomina en él, sin que por esto se altere la verosimilitud de un personaje sin duda bien trabajado, aunque al mismo tiempo esté dibujado de tal manera que corresponda a la intención del autor.
También me llamó la atención esta manera de describir el vino:
Más adelante se establece cierto paralelismo entre ambos personajes: Zorba se maravilla con las piedras que al bajar, "adquieren la animación de un ser viviente", y a partir de esto surge la idea de que las cosas pueden apreciarse con la frescura de la primera impresión, tanto si se trata de un "poeta visionario", como de alguien como él:
Son muchos los sucesos en que participan ambos personajes. El pueblo en que viven, por ejemplo, se manifiesta como un lugar primario en el cual los habitantes dejan salir sus más bajos instintos a la primera oportunidad. Algo similar ocurre con un monasterio al que acceden gracias a un interés inherente a la mina.Zorba habla también del miedo a la vejez, del valor del dinero y el éxito. Este hombre no pierde piso y sabe muy bien lo que le conviene, aunque jamás haya perdido la capacidad de asombro, "semejante a un niño". Su sabiduría es tan primitiva como empírica, de acuerdo al propio libro, pero es eso mismo lo que la hace tan atractiva. Incluso cuenta los crímenes contra búlgaros y turcos que cometió por la patria, aclarando que ahora sólo piensa en si será una buena persona con quien se encuentra en el camino. Las experiencias lo han llevado por un sendero virtuoso, aunque esto no es -necesariamente- algo que suceda con frecuencia. Aquí vuelvo a la idea de esa disposición natural, ahora enfocada hacia el bien, que predomina en él, sin que por esto se altere la verosimilitud de un personaje sin duda bien trabajado, aunque al mismo tiempo esté dibujado de tal manera que corresponda a la intención del autor.
"El universo era para Zorba, como para los hombres primitivos, una visión pesada y compacta; las estrellas se deslizaban sobre él, el mar rompía contra sus sienes; vivía, sin la mediación de la razón, la tierra, el agua, los animales, Dios."Entre tantas cosas, me gustó una reflexión que habla de un “vendaval” y que podría aplicar a cualquier situación complicada: "¡No has de entrar en mi cabaña, no te he de abrir la puerta, no me apagarás el fuego, no lograrás nunca derribarme!"
También me llamó la atención esta manera de describir el vino:
"Después del brindis, apuramos el vino, exquisito vino cretense, púrpura como sangre de liebre. Cuando lo bebéis es como si comulgarais con la sangre de la tierra y os sentís convertidos en ogros. Las venas os desbordan de energía, el corazón de bondad. Así fueseis un cordero, os volvéis león. Olvidáis al instante las mezquindades de la vida y toda sujeción estrecha se desgarra. En comunión con los hombres, con las bestias, con Dios, os sentís confundidos con la vida del universo."Desde mi punto de vista, lo fundamental de esta novela radica en que, al margen de la visión alterada de la realidad que pudieran transmitir los libros (cosa por demás discutible y que, aunque aparece a lo largo de todo el libro, nunca se plantea con demasiada contundencia), el autor escribe un estimulante canto a la vida, esparciendo por los rincones de estas páginas la idea que hay que gozarla al máximo, observarla a través de nuestros propios ojos y no de un tamiz que pueda perturbar su percepción más nítida.
Nikos Kazantzakis
- Nace: 18 de febrero de 1883
- Lugar: Heraklion, Creta
- efemérides 18 de febrero
- Muere: 26 de octubre de 1957
- Lugar: Friburgo de Brisgovia, Baden Wurtemberg, Alemania
- efemérides 26 de octubre
Biografía: Escritor, filósofo y traductor griego, posiblemente el escritor griego más importante del siglo XX. Nikos Kazantzakis nace en el seno de una familia campesina, de padre cerrado y poco comunicativo y madre afectuosa. Realiza sus estudios primarios y secundarios en Grecia, en ese momento Imperio Otomano (1299-1923). En 1902, Nikos Kazantzakis ingresa en la Universidad de Atenas para cursar Leyes y en 1907 se traslada a París (Francia) para estudiar filosofía, donde tuvo como profesor a Henri Bergson y colaboró con numerosas publicaciones griegas. En 1911, luego de una tormentosa relación sentimental, conoce a la escritora Galatea Alexiou y se casan, viviendo en un pequeño departamento de Atenas. Durante la Guerras de los Balcanes (1912-1913), Nikos Kazantzakis participa en forma voluntaria, ejerciendo cargos diplomáticos. Tiempo después se trasladó y residió temporalmente en París y Berlín (Alemania), siendo un periodo crítico en su vida, donde recibió influencias del romanticismo y el budismo. Nikos Kazantzakis visitó Italia y Rusia en 1925, donde quedó impresionado con Vladimir Lenin y simpatizó con el comunismo, aunque tiempo después lo desilusionó. En 1926 volvió a Grecia y se divorció de su mujer en 1926, comenzando una serie de viajes que lo llevarían a España en 1932 y luego a Chipre, Egipto, Checoslovaquia y Niza entre otros destinos. En 1945 se casa con Eleni Samiou, quien lo acompaño y le dio apoyo incondicional el resto de su vida y un año después edita la obra "Alexis Zorbas", que lo haría conocido cuando la adaptaron al cine en la película "Zorba el griego" (1964). Fue propuesto para el Premio Nobel de Literatura por la Sociedad de Escritores de Grecia en 1946. En 1957, Nikos Kazantzakis viajó a China y Japón, donde el cuadro de leucemia que sufría se agravó y fue trasladado a Friburgo (Alemania), donde murió.
obras destacadas
- Alexis Zorbas (1946)
- Odisea (1938)
- Cristo de nuevo crucificado (1948)
- La Última Tentación de Cristo (1951)
- Buda (1941)
- Libertad o muerte (1950)
Sirtaki (Sirtáki, o Syrtáki - en griego συρτάκι) es una danza popular de origen griego.
A pesar de la creencia extensa, no es una danza griega tradicional. De hecho, fue creado en 1964 para la película "Zorba el griego", ya lo relata el actor Anthony Queen (mexicano) en una entrevista para televisión, diciendo que en aquella película él no podía bailar porque tenía un gran problema en la rodilla y se le ocurrió arrastrar la pierna para poder ejecutar ciertas escenas de la misma. En ella se mezclan las versiones lentas y rápidas de la danza de Hasapiko (Hasápikos, Chasápikos).
La danza y la música (creada por Mikis Theodorakis) también se llaman la danza Zorbas o de Zorbá.
Una característica distintiva de la danza y de la música de Sirtaki es su aceleración. El nombre Sirtáki viene de la palabra griega syrtos, nombre dado a un grupo de danzas griegas tradicionales del estilo "fricción supuesta" o de "mezcla" (en comparación con pidikhtos, que es estilo de saltar).
Sin embargo, el Sirtaki incorpora syrtos (en su parte más lenta) y elementos de los pidikhtós (en su parte más rápida).
El Sirtaki es una de las atracciones culturales de Grecia y de las tabernas de estilo griego de todo el mundo.