Warhol 3


Fragmentos Publicados en VOGUE.
Esta versión completa: Artes e Historia-México.

En nuestra memoria se ha mantenido una idea que al parecer es común al pasado del hombre: la de que existe en todas las personas un cierto combustible de fuerzas enormes, que al ser canalizados incide positivamente en el desarrollo del cuerpo y de la mente. En antiguos tratados que hablan de pócimas milagrosas se dice que esta energía, por ejemplo, en las mujeres se materializa en la leche materna y en el líquido de su boca durante el coito. Para las primeras sectas naturistas era simplemente el agua, que es la leche de la naturaleza. En los siglos XVI y XVII, los alquimistas europeos identificaban esta fuerza primigenia con el semen original, reflejo de la historia de Moisés, quien mientras guiaba el peregrinaje del pueblo hebreo, exigió que los guerreros casados se abstuvieran de eyacular para preservar su fuerza. Hacia nuestra época, personalidades como los escritores George Bernard Shaw y Ralph Waldo Emerson buscaron desarrollar esta sustancia en su cuerpo a través de técnicas de continencia sexual, siendo ellos personas de muy buen humor, como se refleja en sus escritos. Hoy, muchas personalidades aceptan interesarse por este conocimiento antiguo; como el músico Mick Jagger, líder del grupo Rolling Stones, famoso también en el chismorreo internacional por sus dotados atributos viriles, quien afirma que "practicar la continencia sexual en ciertas épocas me ha evitado muchos problemas, canalizando esa energía a mi trabajo".
En el otoño de 1985, en una discoteca “kitsh” de la zona rosa de la Ciudad de México, el “9", sin que nos presentaran, en el tumulto quedé ubicado junto a una persona impasible de compleja apariencia, usaba lentes de cristales muy gruesos y llevaba una peluca color platino, espectacular, y sin embargo se veía perdido entre la multitud que allí estaba y nadie, pero nadie, hubiera pensado que se trataba de un artista que en USA era tan famoso como la Coca-Cola; en un momento, a punto de caer sus lentes por alguien que lo pasó a llevar me obligan a protegerlo naturalmente hasta que llegó su séquito a custodiarlo: todos personajes indescifrables pero lo más divertidos que se pueda encontrar uno. Yo estaba con varios amigos: Leticia Fritzche, una de las mejores diseñadoras que ha dado México, según pienso, que fascinó a Warhol, y el actor de Puerto Rico Frank Moro, que se devolvió a la distancia y que fue un hermano que me encontré en México, muy famoso entonces y rodeado siempre por su propio séquito de admiradoras y admiradores, vaya esta línea en su recuerdo; también estaba conmigo la legendaria cantante chilena Monna Bell, a quien Warhol había visto en Nueva York y admiraba su voz, y ya el artista norteamericano no se separó de nosotros. Yo me sentí especialmente halagado porque él se mostró muy agradecido luego de mi fortuita intervención para protegerlo, ocupándose de atenderme y que me conocieran sus amigos, de quienes no guardé recuerdo alguno. En un párrafo en VOGUE anoté: “Andy Warhol se mostró toda la noche siempre cordial, muy caballeroso y atento con sus amistades y las mías, muy amable como suelen mostrarse las estrellas. Cuando se salta uno el disfraz y se le mira a los ojos, se ve a uno de los forjadores del Pop Art, a quien elevó los modestos anuncios publicitarios a obras de arte. Truman Capote lo llamaba "una esfinge sin secretos". Fue el padrino del primer grupo rock-punk (los Velvet Underground); rodeó de flores al movimiento Hippie e inventó las pinturas acrílicas sobre telas de seda con los rostros de Marilyn Monroe, Elyzabeth Taylor y Elvis Presley, dando su propio espacio a la estética kitsh. Retratista oficial del ex-presidente de su país Jimmy Carter, influyó burlonamente en el cine con sus experimentos "underground", en que buscaba aburrir al público con interminables e inmóviles tomas de ocho horas sobre el Empire State Building, o como su filme "Un hombre durmiendo", que duras seis horas y sólo muestra a un hombre... durmiendo”.
Hoy se dice que Warhol se limitó a ser un espejo de su época: erigió al hombre mismo como un producto de consumo. Anoté entonces: “Impresiona encontrarse con él, sin embargo, luego que su imagen extravagante deja de impactar, él mismo se ve un hombre recatado, ciertamente muy tímido. Esta noche mexicana, como es usual cuando llega un artista plástico al “9", se le pidió un testimonio y alguien le proveyó una caja con tizas finas y lápices con pintura acrílica de colores, con lo que se puso a dibujar en una espacio pequeño acondicionado previamente con pintura opaca blanca en una de las paredes laterales que, finalmente, habían logrado despejarle para que trabajara. Mientras lo hacía, dijo que hacer un diseño improvisado en un bar le resultaba "mucho más excitante que mantener relaciones sexuales con quien sea". Sus amigos, entre bromas, aseguran que jamás se involucra, sólo mira.
-El sexo sólo es nostalgia de sexo -dice Warhol.
Cuando terminó su dibujo, un caracol perfecto pintado de todos los colores que encontró, con tonos sobrepuestos, cruzando tierra dorada y enfrentado a la atmósfera envuelta en niebla plateada; en un costado quería escribir algo en español, y me explicó el concepto del caracol que es macho y hembra a la vez y también es ninguno porque contiene ambos sexos a la vez: Warhol dijo que era en este estado original, sin ser hombre ni mujer, cuando era más el mismo: “Un estado en que se es todo a la vez lo que en verdad me hace feliz”. La frase final que decidió escribir fue "Uno y lo Otro". Luego, dijo:
-“Me identifico con el caracol porque yo mismo, cuando me abstengo sexualmente es cuando soy más yo mismo, soy uno y otro. El caracol ha nacido protegido de esas diferencias de sexo, para un caracol ser macho o hembra le es indiferente, por eso puede abstenerse de ambos si quiere. Un caracol pasa largas épocas o siempre sin acercamiento sexual. Yo creo que la continencia sexual es una práctica higiénica. Dicen que soy "mirón" pero no es verdad. Soy abstencionista, y no todo el tiempo, sólo parte de mi tiempo, pero, pienso que debo ser continente a tiempo completo porque con esa plaga horrible que se ha esparcido, el HIV-Sida, los save-sex no son seguros, y como no soy casado no puedo practicar la monogamia. La continencia para mí es la única solución para no exponerme a las enfermedades que se transmiten por vía sexual, y es una solución para todos. Es la razón de lo popular que es cada vez más en USA”.
Le insinué que históricamente se consideraba la abstención sexual como altamente represiva, particularmente cuando era ordenada por leyes o decisiones religiosas, así fuera programada a intervalos por diversas causas, a lo que Warhol respondió:
-“Se dice que es pre-revolucionaria y así es. Pero debes analizarla mejor porque la memoria histórica no conserva todos los recuerdos, hay cosas como dormidas en nosotros, que en algunos se despiertan pero no en todos. La abstención sexual es como un árbol con profundas raíces y que da buenos frutos. Hoy la gente cuida cada vez más su cuerpo, pues en realidad es lo único que tenemos además de nuestra imaginación. La gente está despertando a esta realidad física, y cada vez más las personas se divertirán con menos cosas que dañen el cuerpo. La práctica de la continencia sexual será usual en la vida íntima de las generaciones futuras. Piensa que si tomamos a los judíos más universales, son todos abstencionistas: Einstein, Weber, Kafka, Freud, quien, por lo mismo, decía que el sexo le da un sentido a la vida, pues, en verdad, para ser continente hay que ser muy sexual, como los judíos o como otros pueblos de Oriente, que saben algo de estas cosas, porque no se trata de abstenerse de tener relaciones sexuales, sólo se trata de no eyacular” -termina Warhol.

Es cierto que muchas personas en el mundo, desde la antigüedad hasta ahora, perciben que existe una fuerza universal no individualizada que se identifica en las personas con la energía sexual como parte esencial de esta fuerza más vasta llamada vida. A partir del siglo XX la ciencia explica esta fuerza no individualizada en el hombre como un concepto de conjunto, no como discreta entidad, por ser el único medio válido pues revestiría un significado funcional. Los científicos formulan esta hipótesis afirmando que la materia y la energía son inseparables, o sea, explican la existencia del Universo descansando en un accionar sobre la base de una natural interconexión. Como es el famoso Yin y Yang de los antiguos habitantes de China, donde el crecimiento de la conciencia y la mutación de la energía sexual la entienden relacionada entre sí; que Carl G. Jung y otros en el siglo XX explican refiriéndose a una sexualidad concebida como un medio de expresar corporal y espiritualmente la fuerza de la vida. Antes, poco al respecto se sabía o pertenecía al conocimiento oculto, por ejemplo, los alquimistas siempre predicaron que la fuerza de la vida en su estado más puro está transmutada en el semen original. Jung, que a su manera también fue un alquimista, dice en Tertium Organum: "es una excepcional energía a través de la cual se expresa toda la naturaleza y que las personas pueden aprovechar en su evolución y felicidad".
Así, la sexualidad se puede encauzar por dos caminos: el de la procreación y el del crecimiento de la conciencia. En los países del antiguo Oriente (aunque ahora hablar de Oriente y Occidente resulta obsoleto), su búsqueda para inflamar la conciencia a través de la sexualidad tiene miles de años de estudio, que sólo ahora conocemos como una corriente de cultura expresada con muy particulares técnicas. Entre ellas, la meditación y el yoga cruzaron decididamente a esta parte del mundo a partir del siglo XIX y a través de la Escuela Tántrica, a pesar que solo se hicieron populares luego de la Segunda Guerra Mundial. Estas técnicas utilizadas para despertar la energía de que hablamos provocan cambios fisiológicos e internos. En la transformación hay bifurcaciones de caminos: uno de ellos llevó al glorioso movimiento Hippie de la década de 1960, en que las flores y el amor libre despertaron un aspecto muy delicado del hombre. Andy Warhol lo retrata en su obra. Se dice que los hippies liberados de entonces son los abstencionistas de hoy día, quienes predican que más allá del sexo aún hay algo: algo en que creo. Aún no se tiene claro si es la expansión de la conciencia la que precede a la transformación de la sexualidad o si es la nueva experiencia de orden en la práctica sexual la que provoca el crecimiento de la conciencia; muchos creen que ambas expresiones de la energía son tan inseparables que virtualmente son como una sola. En China antigua la denominan Tao, para explicar con una voz esta energía. Tao se ha traducido como camino, sendero, cruce, puente.
Se cree que algunas expresiones sexuales como la continencia y el control de la eyaculación rescatan esta idea, afirmando que si no se descarga la energía sexual en el acto (si no se eyacula hacia fuera), el semen se puede dirigir hacia dentro, transmutándolo en un nivel más alto de percepción. Científicos inmersos en la nueva sexología afirman que las células se revitalizan a través de esta alta frecuencia de energía que solo genera el cuerpo humano. Es la realización física del espíritu por integración del plano que sentimos y aquel que permanece oculto a nuestros ojos, pero que nos hace sentir inmortales un instante fugaz. Se ha insistido en la posibilidad de que todos esos atributos mágicos que se atribuyen a ciertos personajes de la historia, están relacionados con manifestaciones externas de un elevado nivel de voluntad, o sea, la proyección del dominio interior.
Sabemos que la humanidad ha evolucionado desde una vida animal primitiva a una vida cada vez más avanzada, y lo hemos hecho como hemos podido, intuyendo resultados. Sin embargo, en casi todas las culturas conocidas, lo usual es el aplazamiento temporal de la sexualidad en la niñez como norma socialmente organizada. Pues se intuye que si bien el desarrollo fisiológico incentivado con esta energía es importante especialmente en un niño, el despertar temprano de ella no es necesario, porque todo tiene su tiempo. También la energía sexual parece estar asociada con la capacidad creadora, lo que involucraría a las personas intemporalmente.
Se ha discutido durante siglos si la castidad es o no favorable para la conciencia, aún cuando la historia está plagada de símbolos (como el de las nueve musas que se las concibe vírgenes) y hechos que han quedado ciertamente escritos. La heroína mexicana Citlalmina y su compañero Tlacaélel, el azteca entre los aztecas, dicen las esteras escritas, se amaban como aman los inmortales y juntos iluminaban la gran Teotihuacán. Citlalmina fue virgen y murió anciana: no solo enseñó a las mujeres a tejer las redes, sino que congregó a su alrededor a los artistas del Imperio azteca y más allá aún. De su Escuela salió la piedra del Sol, en que está tallada la cosmogonía de nuestro Sistema Solar. Se dice que hoy Citlalmina reposa en la forma del volcán de la mujer dormida, que presagia un mundo creciente eternamente dando a luz enfrentada con el cielo. El nombre de Tlacaélel los mexicanos suelen repetirlo solamente en voz baja, como se dicen las voces sagradas. Bajo el gobierno de Tlacaélel, que se extendía en todas las direcciones a partir del templo Mayor, llegó a estar unificada toda Mesoamérica. Tlacaélel practicaba la continencia a través del control de la eyaculación, que fue práctica común a los soberanos del México antiguo, entre los que sobresalió el rey poeta Netzahualcóyotl. Entiéndase, “retenían su semen todos los reyes antiguos de México, lo que no significaba que se abstenían de mantener relaciones sexuales, solamente era que eyaculaban hacia sí mismos”, nos dice el científico mexicano Octavio Barona, que en su amplia bibliografía tiene algunos estudios alusivos.
A comienzos del siglo XX, otro investigador, Arthur Gould (en "La ciencia del sexo regenerativo", 1911), señala que "todos nuestros grandes pensadores han hecho hincapié en los beneficios físicos, mentales y espirituales que se derivan de la castidad". El escritor francés Honoré de Balzac lo expresó con crudeza diciendo: "Si te acuestas para hacer el amor, con tu último gemido dejas la novela en el lecho", sin embargo, él mismo reconoce que no es fácil superar el transcurso del primer período de continencia pues lógicamente la tensión sexual aumenta y, si no se conduce, es autorepresiva al inhibir el deseo natural. Otro escritor, León Tolstoi, exclamaba: "¡Oh, si pudiera librarme del deseo durante tres horas... cuántas otras cosas podría crear!". Por su parte, Jorge Luis Borges solía repetir: "Solo escribo para distraerme del amor". Así, buscando conocimientos que acabaran con esa sensación de vivir quizás reprimido en un aspecto fundamental, deseando hacer siempre sin posibilidad alguna de lograrlo, es que nacieron hacia nuestra época escuelas y movimientos centrados en la órbita de la continencia sexual y el control de la eyaculación.
En el siglo XIX surgen los Shakers (Sacudidores), un movimiento fundado en las cercanías de Albany, Nueva York. Siguen siendo una secta cerrada de hombres y mujeres que en su propósito intentan "sacudirse" el orgullo y el egoísmo, la vergüenza y todo aquello que no permita la humildad, considerada como valor supremo del ser humano. Los Shakers conducen una vida sexual de continencia absoluta, todos se levantan con la primera luz del día y duermen cuando llega la noche, comen juntos y subsisten aportando con su oficio al sitio comunitario; no se permiten estimulantes como el café, el té, alcohol o tabaco, ni productos químicos. Creen en un Dios con características masculinas y femeninas al mismo tiempo, y no consideran la unión entre dos personas sino la unión dentro de la persona, o sea, para los Shakers observar la continencia es un medio de acercarse a Dios. Sus esfuerzos como sociedad han sido muy fructíferos, por ejemplo, científicos de su comunidad han aportado tiempo y esfuerzo para investigar la clonación humana, y fueron pioneros en considerar la posibilidad de crear un ser a partir de una célula. También la fabricación de muebles para el hogar ha sido una labor conocida de la actividad de los Shakers, produciendo algunas piezas muy cotizadas en el mercado internacional. Entre ellos se muestran cordiales y afectuosos, a pesar de que su férrea disciplina no autoriza a que los hombres y mujeres compartan en privado. Al practicar todos el abstencionismo sexual, incluso las parejas casadas que se incorporan al grupo, no nacen nuevos miembros en la comunidad, que se mantiene sólo por adhesión de nuevos sectarios. Esta es la razón de que si en 1860 había más de 6000 miembros, en 1900 habían disminuido a 1000, cifra que subió en la década de 1960, cuando algunos seguidores de la contracultura se acercaron a ellos, que hoy no sobrepasan las 2000 personas, pero se mantienen fuertes en sus pequeñas comunidades.
Están de acuerdo los investigadores en que la práctica de continencia sexual requiere gran disciplina física; los mismos Shakers, por ejemplo, practican una serie de ejercicios que conforman cierta gimnasia ritual, que repiten cada día al amanecer y al anochecer. Parte del programa es una especie de danza giratoria (similares a las que se danzan en las comunidades Sufis de medio oriente), baile utilizado para neutralizar el deseo del coito. Se ha comprobado que cuando uno da vueltas constantemente, gira sobre sí mismo, cualquier punto de referencia exterior tiende a desaparecer, motivo por el que esta técnica factiblemente libera también la tensión sexual. Esta danza de las vueltas a medida que se sacude el cuerpo (de aquí su nombre de shake o sacudón), es en verdad un baile profundamente simbólico, que en su concepción inmediata es una sencilla forma de ser muchos sin dejar de ser uno, libre de las restricciones estáticas anuladas girando y girando. Muchos han intentado acercárseles, pero no pudieron seguirlos en su disciplina, por lo que debieron conformarse copiando algunos de sus ejercicios gimnásticos, como un baile que fue popular en la segunda década del siglo XX llamado shake en honor de este grupo.
Hubo otras comunidades célibes en el siglo XIX, pero menos rígidas o encaminadas por otras motivaciones. Los Rappitas de Indiana, más tarde establecidos en Pennsylvania, estaba conformado por unos mil miembros de ambos sexos y fue fundada por un economista alemán por motivos económicos: su productividad fue enorme y de alta calidad. Con objeto de conservar este desarrollo, las parejas estaban autorizadas a vivir juntas un año de cada siete para procrear. Se disolvió a medida que pasaron a formar parte de la comunidad personas que deseaban liberarse de problemas económicos, y desapareció a la muerte de su fundador.
Otro grupo que alcanzó cierta relevancia en esa época fue la Sociedad Memnonia, que floreció en Yellow Springs (Ohio), en que la continencia la practicaban los primeros noventa días, previo pago de la cuota de incorporación. A la manera de un centro de vacaciones dirigido, la primera época de castidad pretendía crear el clima, que unido al estudio de ciertas técnicas amorosas orientales, junto con el vegetarianismo y la abstinencia de agua, estaban dirigidos a un mejor experimento del sexo.
Estas sectas duraron poco tiempo: hasta que se supo que el refinamiento de la energía sexual, como el de la conciencia, tienen que ser naturales. Los sexólogos y otros estudiosos cuidan de advertir en contra de intentos rebuscados para desarrollarnos, señalando que el crecimiento fisiológico y espiritual del individuo tiene que ser coherente y equilibrado; es la razón de que nadie se abstiene de eyacular, en ciertas épocas o siempre, sin comprometer su conciencia. Porque se sabe que es aconsejable la familiarización con nuestra propia sexualidad tanto como se requiera, más para aquellas personas temerosas de negarse a algo que les pueda reportar placer, y si prescindir del sexo es un sacrificio, ¿por qué hacerlo?, no tiene sentido. Además, hoy se cree, al alba de este siglo XXI se piensa que a medida que se desarrolla la conciencia, naturalmente la actividad sexual se atenúa porque otras experiencias también reportan placer. Es obvio que quienes practicaron la continencia a través de la historia conocida, no hubiesen adoptado la abstinencia sexual si ésta les hubiera proporcionado alegría menos efímera. Al fin, todo parece aspirar a lo eterno, y siendo la vida misma sólo un instante... ahora entiendo la obra de Andy Warhol: él rescata ese instante de inmortalidad que nos dan ciertas cosas creadas por nosotros mismos, cosas simples de la vida nuestra de cada día, la imagen de una bebida favorita, la sopa del día, un cantante, nuestra estrella de cine, nuestras pequeñas cosas que nos alientan.

En Puerto Vallarta, donde fui a verle en su refugio de Las Caletas, conversé con el cineasta mayor John Huston (entrevista que publicamos en Vogue), en que se trataba de rescatar su "memoria" de Marilyn Monroe. Digamos que el viejo león de Hollywood estuvo inmerso durante su vida en un mundo en que el sexo era muy importante; ya sabemos que el componente erótico ha formado siempre parte de la imagen de las estrellas del séptimo arte; en ciertas épocas, incluso, a mayor atracción sexual, mayor taquilla. Huston se extrañó ciertamente de que, conversando de sus recuerdos sobre Marilyn Monroe, a quien él dirigió en su primera y su última película, llegáramos al tema de la abstinencia sexual, recuerdo que le pregunté si esta jugó algún papel en la época de oro de Hollywood; ahora rebobino la grabación:
-Sin duda, es un tema inexplotado por el cine -dijo Huston-. Muchas de mis películas han girado alrededor de la sexualidad humana. Mis protagonistas son seres abrumados por su sexualidad. Quizás si porque yo mismo he vivido así. Me he abstenido de sexo en ciertas épocas de mi vida, y han sido épocas en que trabajé más que nunca, para olvidarme de que estaba solo. Cuando trabajamos en "Freud" el libreto originalmente se lo confiamos a J. Paul Sartre, quien se trasladó desde Francia a mi casa en Irlanda, donde vivimos juntos durante unas semanas para trabajar en equipo. Recuerdo haber pensado lo raro que me resultaba que durante todos esos días Sartre estuviera solo, ya era su compañera Simone de Beauvoir... pero, llegó solo. Alguien me dijo que era abstencionista al igual que su mujer, y pensé que era la única respuesta posible para la enorme capacidad de trabajo de Sartre. Teníamos dos secretarias, yo mismo tomaba notas, y Sartre dictaba desde que se levantaba hasta que se acostaba, que era muy tarde en la noche. No había ninguna posibilidad de diálogo porque tenía una respuesta corta y precisa para cualquier pregunta y seguía con lo que estaba diciendo. Yo a veces salía y él ni siquiera se daba cuenta. Todos terminábamos agotados y fue siempre igual todo el tiempo que trabajamos... Hace poco me han enviado un largo cuestionario de una revista en que me piden que responda preguntas acerca de Marilyn Monroe: son preguntas indiscretas que no puedo responder. Contigo lo hablo porque si hay algo que me preguntas y no puedo responderte, lo digo y cambiamos el tema. Aunque estoy de acuerdo en que el paso por la vida de Marilyn es interesante para conocer más de la sexualidad humana, porque sin duda que ella despertaba todo el interés a su paso. Aunque, en lo personal, nunca me sacudió eróticamente como a otras personas del medio, y a los hombres que enamora desde la cámara, que la amaba. Ella era muy atrayente, quizás sin proponérselo. Pienso que Marilyn evolucionó de ser inconscientemente sexual a una alborada de conciencia que la encontró desprevenida. Al final de sus días carecía de una familia, de la vida emocional que implica la existencia de un ser amado, porque su matrimonio con Miller había fracasado... ella estaba sola. Y diría que a pesar de ser Marilyn un símbolo erótico, ella misma no tenía un particular interés por el sexo. En Hollywood todo se sabe, y los amantes de Marilyn son los que se conocen, muy pocos, se pueden contar con los dedos de una mano... para ser la más alta estrella es algo muy especial de ella. Por supuesto que tuvo que pasar largas épocas de su vida en abstinencia sexual, pero nunca pareció importarle, ella siempre buscó a un solo hombre por eso no anduvo con todos. Marilyn Monroe fue como un canal, que lleva agua para que otros beban, pero ella misma no necesitaba saciar su propia sed. Por eso se hizo símbolo de una época, porque no perteneciendo a nadie, podía ser de todos” -termina Huston.

La ciencia actual afirma, de acuerdo a investigaciones de los que estudian este fenómeno, que el más explosivo crecimiento de la conciencia se produce en la mitad de la vida de las personas, y es la parte más dolorosa del desarrollo humano, junto con la certeza de la muerte. En verdad, en nuestra época el despertar decidido de la conciencia es considerado el sentido de la vida. El sabio Julián Huxley (en "La dirección del ser"), al referirse a la felicidad como objetivo del ser, dice que "la satisfacción del individuo parece describir mejor que cualquier otra palabra aislada la faceta positiva del desarrollo y evolución del ser humano, la realización de las capacidades inherentes por parte del individuo y de nuevas posibilidades por parte de la raza; la satisfacción de necesidades tanto espirituales como materiales; la aparición de nuevas cualidades de experiencias susceptibles de ser disfrutadas". Plantea Huxley que para sentirnos satisfechos es necesario crear un entorno de armonía con nuestras "básicas necesidades interiores", que deben ser "lo mejor que se pueda imaginar", porque, dice él, "ningún hombre alcanza jamás su verdadero yo hasta no alcanzar su mejor yo".
Quizás haber despertado la satisfacción del desarrollo de nuestra conciencia es hoy más importante que nunca, por el amplio espectro de posibilidades que aporta el adelanto de la ciencia tecnológica; y uno de los más serios aciertos que heredan del glorioso siglo XX los tiempos que vendrán. Esta posición insinúa que la vida no es en vano; tenemos medios de perfeccionar el mismo amor con nuestra inusitada capacidad de imaginar que somos mejores, de intentarlo a partir del pensamiento para de ahí en verdad acrecentar la experiencia de vivir. El desarrollo de las fuerzas interiores del hombre del siglo XX no tiene paralelo antes. Y es el resultado e intención original de las más nobles religiones y doctrinas místicas. La psicología y otras ciencias humanistas, plantean este desarrollo íntimo de la conciencia como el fin de una parte de la búsqueda espiritual, que está en la mitad del camino y marca el comienzo de una nueva era en la vida del ser; cuando la persona tiene atisbos de su sexualidad y la madura. Por eso, muy preciso, Andy Warhol dijo en un momento de nuestro encuentro que "la historia del crecimiento de nuestra conciencia está escrita en la historia de nuestra sexualidad".
La investigadora June Singer (en "Andrógino"), dice que "esta conciencia evolutiva que anuncia la nueva era que viene es descubrir el extremo hasta el cual podemos dirigir nuestra sexualidad y de las ramificaciones de todos los medios que existen para condicionarla... La nueva era en la que estamos entrando exigirá un paso desde el punto de vista exclusivamente personal a otro que incluya lo trans personal, un paso desde una posición egocéntrica a una orientación universal. El nuevo modelo de conciencia sexual tendrá que estar dirigido hacia nuestro interior, porque para ser consciente de uno mismo como ser cósmico se necesita descubrir la naturaleza de nuestra propia esencia". Otro investigador, Herbert Richardson (en "Nun, Witch, Playmate...") ya había escrito en la década de 1970 que "imaginar siquiera la posibilidad de que se pueda renunciar al deseo sexual un tiempo, implica la presencia de una nueva clase de conocimiento".
Hoy es natural que la medicina analice todos los aspectos de la intimidad humana, no simplemente cómo practicamos el coito, además si éste es apetecible o no, si la calidad de la práctica sexual está de acuerdo con la evolución que se produce en otras áreas de la vida. Un sector de investigadores sugiere que el acto íntimo que acaba en orgasmo, puede ser negativo para el desarrollo de la conciencia, debido a que en el instante orgásmico se pierde momentáneamente la conciencia; considerando que esta también se pierde por una enfermedad, un desmayo o en estado de coma, también cuando alguien se encuentra intoxicado se presenta una suspensión temporal de la razón y la libertad voluntaria de las personas. Sin embargo, otros investigadores indican que perder la conciencia en el coito para experimentarlo con plenitud es válido por tratarse de un acto voluntario, practicado naturalmente por todos los seres vivos.
A un paciente que acusaba cierto estado de insatisfacción sexual, el célebre investigador William Masters dice: "...su placer queda reducido en cierta medida porque usted no se pierde en la experiencia, desea vivirla pero está observándola, y en verdad no hace una ni otra cosa. No digo que no experimente usted placer en absoluto, sólo digo que una parte del mismo está bloqueado". Sin embargo, el mismo investigador plantea que hay quienes pueden mantener la plena conciencia durante la relación sexual e intensificar así el goce. Esto de acuerdo con el planteamiento de que uno solo puede apreciar realmente una cosa si esta no le domina, pues es inherente a la expresión de libertad de las personas la singularidad de poder experimentar algo y a la vez ser consciente de que lo está viviendo. O sea, cuando una persona se está divirtiendo, sabe que está divirtiéndose; y al contrario, si estamos haciendo algo que debiera ser agradable y no lo es, sabemos que la experiencia no es satisfactoria. Esto ocurre cuando se ha producido el cambio en la conciencia, y es la razón de que los deseos cambien a través de la vida. Pero, ¿cuál es la causa de que ciertas personas renuncien constante o transitoriamente al goce sexual? El doctor Rogelio Sansón, del Instituto de Comportamiento Humano, con sede en México, atribuye esto a la naturaleza misma del placer, pues "estamos biológicamente estructurados para experimentar el sexo como un placer, pero nuestra estructura biológica también está estructurada para practicar la continencia como un placer. O sea, nuestro cuerpo puede gozar no sólo una clase de placer, y eso forma parte de la experiencia de la vida". Converso con el doctor Sansón en su oficina del Instituto, y le pregunto si el placer sexual en sí cambia a medida que avanzamos en edad. El responde:
-Según las investigaciones que hemos realizado, nuestros resultados al respecto son similares a los que han llegado otros investigadores. Básicamente las respuestas sexuales son las mismas, no importando la edad de la persona, y también independientemente de la clase de contacto que se haya utilizado para alcanzarlo. En otras palabras, la reacción sexual es natural y el placer que provoca en sí mismo no difiere a medida que una persona va madurando; quizás sea esta una de las causas principales que incita a algunas personas a la práctica de la continencia, por la rutina del placer que no difiere sustancialmente en una pareja constituida.
-¿Puede diferir el goce en algún momento?
-Sin duda, en su intensidad y de acuerdo al incentivo de nuestra pareja, pero el instante supremo del clímax es uno solo. Todas las mujeres a los hombres nos hacen sentir que nuestra alma se nos va del cuerpo, pero también todos los orgasmos, al nivel de placer, ciertamente no difieren uno de otro. Es común que cuando se abren otros canales de conciencia también otros placeres tienden a reemplazar al de la reacción sexual, tales como las emociones y las ideas. Por ejemplo, la mujer durante el embarazo experimenta tales sentimientos de satisfacción que a menudo aplacan su deseo sexual. Al hombre, en cambio, la vista de su mujer preñada exalta su instinto sexual.
-¿Existe alguna definición precisa del placer?
-Es difícil responder sin acudir a términos médicos, pero te puedo decir que lo más aceptable es su definición usual como el sentimiento subjetivo que experimentamos cuando nuestras áreas límbicas están energéticamente activas. Dentro del comportamiento humano se considera que la búsqueda del placer es la única manera de comportamiento, considerando que la felicidad es la meta de la vida en un ser sano.
-¿A qué se atribuye que después del placer sexual sobrevenga una especie de laxitud generalizada?
-Es debido a que sobreviene el clímax y de inmediato los impulsos que genera el placer reducen la actividad eléctrica en las restantes áreas del cuerpo. Aunque esta especie de descarga de energía es más fuerte en el hombre que en la mujer, pues ella está capacitada por la naturaleza para sentir múltiples y seguidos orgasmos sin sufrir este cansancio agotador.
-¿Esto varía de acuerdo a la capacidad física?
-Sin dudas, pero, de acuerdo a estudios que hemos realizado, aún el hombre más fuerte está agotado luego del cuarto clímax. Por esto, a través de la historia se han intentado diversas técnicas para enfrentar esto, que en ciertos hombres crea incluso profundos desequilibrios.
-Entre estas técnicas, ¿cuál ha resultado más efectiva?
-Eso es relativo pues depende de muchos factores. Sin embargo, al parecer histórico de la sexología, una que se ha utilizado con éxito es la del control de la eyaculación, que no disminuye o corta el placer y permite satisfacer a la mujer cuantas veces ella quiera. Aunque las relaciones sexuales de larga duración no son satisfactorias cuando los participantes buscan sólo el aporte sensorial autónomo, porque el placer sexual no es siempre progresivo, no alcanza generalmente el desarrollo que se experimenta en otras formas de placer sensorial, como la ternura. O sea, para que una relación sexual prolongada sea satisfactoria, el placer debe estar respaldado por el sentimiento que desciende de regiones más elevadas. De una u otra forma, el uso de la electricidad del cuerpo que implica una relación sexual provoca desgaste de energía, que es lo normal. Para prevenir, justamente, este desgaste es que nacen técnicas como la del control de la eyaculación o francamente la continencia. Lo ideal en el sexo es que tenga su base respaldada por el sentimiento amoroso, lo que es inherente a lo mejor de las personas. Se ha observado que incluso los animales irracionales tienden por instinto a avanzar más allá de la pura satisfacción sensorial, a pesar de que solamente el ser humano puede alcanzar el placer con el pensamiento, lo que se ha establecido como la distinción más clara entre lo humano y lo subhumano.
-¿Por qué cuándo se piensa en pasarlo muy bien, se hace casi siempre una asociación con el placer sexual?
-Por costumbre, por ser lo que mejor conocemos como satisfactorio inmediato del placer. Un músico que está horas y días creando una canción puede resultar una inversión del tiempo sin objetivo para otros, se puede decir que un músico no es una persona que experimente placer, pero es exactamente lo que ocurre. En el placer la mente de una persona se encuentra constantemente estimulada, porque en modo alguno el estímulo debe ser siempre sexual” -termina.

La escritora chilena Gabriela Mistral, por ejemplo, sin desestimar el placer sexual (fue madre soltera y su correspondencia amorosa es soberbia) más de una vez se refirió también al placer que da la práctica del oficio por sobre cualquier otro placer humano; ella llega a ver el oficio como un pacto con Dios que hace feliz. Ella decía que basta que cada persona cumpla bien su oficio para que se acaben los problemas en el mundo, por esto fue muy importante en su labor extender el acceso a la educación, "para que cada uno tenga el placer de hacer bien su oficio". Este placer que se siente al desempeñar un oficio amado es exclusivamente humano, por eso se le relaciona con el orden superior al no requerir aporte sensorial alguno, que es inherente al placer de índole sexual. El amor constituye también una fuente no-sensorial en que el placer se manifiesta en toda su excelsa plenitud. De hecho, el cerebro humano es tan omnisciente que una persona puede entregar su vida por otra o por una idea. Este placer altruista ha quedado como modelo sicológico en el Principio de Antígona de Wolman, en que Antígona realiza el acto más significativo que puede hacer en su vida: muere para defender la dignidad de su hermano muerto. Este principio representa las experiencias posibles de realizar en que el amor provoca una respuesta superior a la vida misma. En la Biblia está rescatado por el apóstol Juan este principio cristiano: "Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros." Dentro del comportamiento humano, debemos anotar, los actos de humanidad hacia nuestros seres amados, en principio, nacen con el hombre mismo y son nuestros más comunes actos, es decir nacemos intrínsecamente buenos, dispuestos a ser felices, como intuyendo, quizás, que al final todos nos salvaremos.
No es tan rara, entonces, esta cualidad humana de renunciar a un placer inferior por un placer superior, en caso de haber desarrollado naturalmente el deseo. Lo que narra John Huston acerca de Marilyn Monroe tiene algo que ver con esto. Por designios secretos, quizás, algunas personas se ven socialmente inducidas a simbolizar un placer determinado y finalmente se les deja sin salida, pues cuando quieren experimentar lo común y corriente, todo les está impedido, y si no son lo suficientemente fuertes, se puede producir un quiebre como en el caso de la gran estrella del cine. Es la misma idea antigua de que un hombre es más hombre cuando tiene muchas mujeres; cuando, en verdad, se trata de tener una sola, pero satisfecha; como en la idea clásica de la calidad por sobre la cantidad, que, en la relación sexual es muy pero muy importante. Por cierto, esta es una de las explicaciones sicofisiológicas de la forma en que los seres humanos progresamos.
Entonces, al parecer el sentido del placer sexual, cuando se refina el placer sensorial, permite experimentar un más elevado plano de conciencia, y cuando los placeres superiores sustituyen a los inferiores, la función emocional generalmente pasa a ser más importante que la sexual. El desarrollo implica que lo sexual se haga más complejo, más mental, por eso no es extraño que la evolución de la conciencia pueda inducir a otra opción como la continencia, en que el sexo se sustituye eventualmente por otros placeres como el oficio.
En nuestros países de América y en Europa aún no está muy claro en qué manera la continencia favorece el desarrollo sicosexual, más que nada por los fenómenos de represión que se han esgrimido como consecuencia de la castidad, y que ha impedido un amplio espectro de la experiencia. Nosotros aceptamos que la idea de continencia se relaciona con las teorías evolutivas de la sexualidad. Para algunos investigadores como Teilhard de Chardin, la continencia es la culminación de la madurez sexual como fenómeno susceptible de vehículo para experimentar el amor. Puntos de vista como el de Chardin y otros, como Abraham Maslow, han desarrollado todo un concepto acerca de la satisfacción del propio potencial como máxima necesidad humana. Maslow lo nombra "auto-actualización", situándola después de las necesidades fisiológicas y de seguridad, y después de las necesidades de afecto, éxito y estima, y cuando elegimos la superior ante la inferior. Aunque no siempre es así, porque esta importante elección depende del sentido que de sí mismo tenga el hombre. En esta progresión de necesidades, las investigaciones que se han realizado en el Instituto de Comportamiento Humano de México, señalan que la abstinencia sexual tanto como el control eyaculatorio no resultan en modo alguno perjudiciales, ni psicológicamente o en el cuerpo físico, aunque sus estudios dejan en claro que es la propia actitud con respecto a la práctica lo que hace a ésta saludable o no. Afirma el doctor Sansón:
-Hay cada vez más personas que prefieren la continencia al sexo sin compromiso emocional, observando que, luego de los períodos de castidad, las parejas tienden a disfrutar con mayor intimidad su relación. Hemos observado que para algunas parejas es una especie de juego que forma parte de cierto erotismo, que tiende a aliviar las tensiones de otra índole, como las de espera de gratificación sexual común a muchas parejas, que al no recibir uno el comportamiento que espera de la otra persona, se desconcierta.
Nos dice el doctor Sansón que en una encuesta de septiembre de 1984, realizada por el Instituto de Comportamiento Humano, que formaba parte de un programa más amplio relacionado con el control eyaculatorio, realizada entre un espectro de 1000 jóvenes universitarios, con edades que fluctúan entre 18 y 25 años, entrega de inmediato un serio interés por dominar el control eyaculatorio, motivado por dos aspectos: satisfacer a la mujer, y prevenirse del contagio del Sida que asola el planeta, lo que es un hecho inédito. La encuesta revela también un interés inmediato por conocer más de esta cierta energía que moviliza el clímax sexual. Dice el doctor Sansón que la cierta tendencia actual de la sexología de plantear similitud entre lo que creía Freud y lo que plantea Maslow, hace de este un muy buen momento para saciar la curiosidad juvenil. Andy Warhol de plano considera que se le debe informar a toda la juventud acerca de la continencia, del control eyaculatorio, de la abstención sexual. Los jóvenes quieren saber más. Y sólo ahora la sexología tiene más armas para responder a las dudas de nuestras costumbres para hacerlas más perfectas. Hace muy poco tiempo hablar de sexo era pecaminoso. Hoy los jóvenes saben que el conocimiento de nuestra sexualidad es requisito para el progreso y el crecimiento. El desarrollo se asocia con una liberación del dominio sexual. Maslow afirma que toda la energía es una energía sexual sublimada que se expresa de diversas maneras síquicas. Por esto quedó Freud obsoleto, sin dejar de reconocer su aporte. Freud ubica al sexo como principal inductivo de la mente humana y su única fuente de energía, señalando que todos los placeres obedecen al área sexual, algo que comentó Andy Warhol y en su momento anoté así en Vogue:

-Como Adler, Jung y Fromm, creo que es una exageración de Freud afirmar que la sexualidad es lo principal de la mente humana -afirmó Warhol-. Yo creo que tiene que existir una fuente no necesariamente sexual en la vida. Esa energía más profunda es lo que se llama amor, cuando el sexo se hace secundario y hasta renuncia a él por el objeto de tu amor. Si has amado sabes de qué hablo. Yo creo que es esta fuerza y no el sexo lo que forma la base de la conducta humana”.
Es directo Warhol en su juicio. Antes, Freud explicaba el comportamiento humano como resultado de la sexualidad, así es como explicó la continencia, por ejemplo, como una desexualización de los impulsos, aún cuando se cuidó de observar que también es posible trascender la sexualidad en favor de una más alta experiencia amorosa, citando a personas como San Francisco de Asís. Los actuales defensores del sicoanálisis se apoyan en esto para no contrariar a los sectores de la población que practican la continencia, afirmando que lejos de ser represiva y por ende provocar su neurosis, a través de la sublimación del deseo sexual se pone de manifiesto una fuerza, que en primera instancia es positiva para quien la realiza y luego fortalece el entorno por la actitud calmada de quien la practica. Andy Warhol, sin embargo, está de acuerdo en que cada vez más los psicoanalistas freudianos aconsejan el control eyaculatorio y la continencia. Dijo:

-Es común que insinúen estas técnicas, más ahora cuando asolan nuestra civilización plagas demoledoras que se contagian sexualmente. Piensa en lo que sucedería si el destructivo HIV-Sida, por ejemplo, se extendiera de tal manera que no se pudiera detener; necesariamente deberíamos apelar a técnicas de continencia para resguardar a la población sin infectar. Lo más seguro es que no sucederá nada grave. Porque las autoridades de salud tienen como función esencial la de cuidar la continuidad de la vida y deben poner todos los recursos al servicio de ella, incluso deben cambiar con ella de acuerdo a sus necesidades. La idea de una sexualidad cambiante es y deberá seguir siendo válida, porque es lo que requiere la naturaleza misma para continuar. Freud sobrevaloró la primacía de la sexualidad, ubicándola como motor del crecimiento humano, porque lo que nos mueve como especie es algo más eterno, que además contiene la fuerza sexual, pero sólo como parte de esa energía más vasta, que sin duda impregna todo el universo. La misma energía que permite ser uno y lo otro a este caracol, que he terminado y quedó digno, ¿te parece?
-Sí Andy, muy digno”.

© Waldemar Verdugo Fuentes.

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Pancha 30 12 2008