Elmer Gantry


En una de las primeras escenas de "Elmer Gantry"(1.960), película de Richard Brooks basada en una novela del Premio Nobel de Literatura de 1.930 Sinclair Lewis (que recibió el título de "El fuego y la palabra"), vemos a su protagonista, Elmer Gantry (Burt Lancaster), buscándose la vida como viajante de comercio en los años de la Gran Depresión. La casualidad le lleva hasta una misa gospel de un barrio negro, y ante la atónita mirada de los congregados, se une a cantar con ellos el espiritual "I´m on my way to Canaan's land". Por cómo le mira la niña que está junto a él adivinamos el especial magnetismo de Elmer Gantry.
Como ya he adelantado, Gantry es un charlatán desarrapado que vaga de un lugar a otro colándose en trenes de carga, intentando vender electrodomésticos de poca calidad a tenderos. Su labia y encendida oratoria siempres es alabada por todos, así que hace tiempo que tiene en mente dedicarse a predicar el Evangelio. La oportunidad surge en cuando conoce a la hermana Sharon Falconer (interpretada por Jean Simmons, recién estrenada esposa de Richard Brooks por aquel entonces), una predicadora que pronto caerá bajo el encanto de Grantry. Juntos formarán una comunidad de intereses (un tanto dudosos), que arrastra masas de pecadores dispuestos a pagar cualquier precio porque les rediman de sus pecados. Junto a ellos viaja, de pueblo en pueblo, un periodista bastante crítico con todo el fenómeno de los predicadores (alter ego de Sinclair Lewis), que tiene muchas dudas acerca de estos "salvadores de almas". Considera que en su gran mayoría se aprovechan de las necesidades de los demás, y que, no estando controlada su formación teológica por ninguna Iglesia, son un instrumento peligroso que puede dar lugar a importantes dramas personales, como se verá al final de la película. Este filme fue muy criticado en su época de estreno en EEUU ya que arremete firmemente contra el fenómeno popular de los predicadores (que ahora más bien son "telepredicadores"), que tanto abunda allí.
El personaje de Sharon Falconer estaba basado en la predicadora evangelista Aimmee Semple McPherson , fundadora de la "Iglesia del Evangelio Cuadrangular", muy conocida en los años 30 y 40.

Por esta interpretación, Burt Lancaster ganó el Oscar a Mejor Actor Principal en 1.960 (ganando a Jack Lemmon por su interpretación de "El apartamento" y a Laurence Olvier y Spencer Tracy, nada menos). Es curioso que Lancaster interprete a un predicador, ya que era conocido en Hollywood por su férrea defensa del ateísmo, hasta el punto que se negó a interpretar el papel de Juda Ben-Hur cuando le fue ofrecido, ya que consideraba que la película era una propaganda clara del Cristianismo. Quizás lo que le atrajo de este personaje de Elmer Gantry precisamente fue la dudosa moralidad de sus actos, si bien Lancaster le supo dar unos matices muy interesantes, no nos encontramos ante un timador puro y duro sino más bien ante alguien que pretende salvarse a si mismo a expensas de la salvación de los demás.





Sacado de http://desconvencida.blogspot.com/2009/11/elmer-gantry.html

Esta película de Richard Brooks es "una visión del sueño americano despiadada y mordaz", "una virulenta crítica al fundamentalismo religioso" y "la radiografía más cáustica jamás vista en una pantalla del fundamentalista religioso y del "bribón", para acabar definiéndola como "el film más desencantado, nihilista de Brooks".
Tras verla, sólo me caben dos hipótesis: o los autores del libro escribieron de memoria y se confundieron al entrar en wikipèdia y leyeron la reseña de la novela de Sinclair Lewis en vez de la que corresponde a la película, o (la hipótesis más probable) lo que antecede corresponde a los prejuicios de los autores y no a lo que se ve en la pantalla, si bien hay una explicación intermedia, y es que el encargado de escribir sobre Elmer Gantry se leyó el libro, al parecer bastante agresivo, y la impresión contaminó la recepción del film.
Porque la mirada de Brooks sobre el mundo evangelista es bastante limpia y honesta, si bien está claro que le parecen marcianos (de hecho, esa mirada está inscrita en el tejido del film mediante el personaje del periodista Lefferts, el clásico intelectual agnóstico que mira atónito y fascinado el espectáculo de la troupe evangelista, pero que siente una sincera simpatía -y compasión- por ellos). Y es que la vida que nos muestra la película está lejos de ser sencilla; si bien es cierto que los espectáculos bíblicos que vemos son bastante cirquenses, hay que recordar que la vida del circo no es sencilla, y menos debía serlo en los entornos rurales norteamericanos en los años previos a la gran depresión.
Brooks no esconde la avidez económica de los evangelistas, pero nos la muestra como una necesidad de supervivencia más que como una estafa. Por otro lado, si la predicación y el espectáculo se mezclaban, probablemente se debía a que esas obscenas sesiones tenían que cubrir todas las necesidades de unas comunidades aisladas y analfabetas: los evangelistas les proporcionaban chistes, diversión, espectáculo, y también palabras bellas y terribles.

Y lo mismo cabría decir del protagonista, Elmer Gantry, un viajante embaucador y tramposillo que a la vez es bastanta ingenuo (o irresponsable), el típico sinvergüenza que cae simpático, a lo que ayuda, sin duda, la elección como intérprete de un volcánico Burt Lancaster, un actor que parece incapaz de transmitir un sustrato obsceno. El caso es que si Elmer se une a la pandilla de sinceros evangelistas se debe a la muy loable y comprensible intención de ligarse a una luminosa Jean Simmons, la Falconer carismática que se mueve como pez en el agua en territorio rural pero que se muestra aterrada cuando tiene que enfrentarse al babilónico público urbano, ejemplo de gran guión, en cualquier caso.

La trayectoria de Elmer Gantry es la de alguien que acaba descubriendo que la máscara que adopta es más "verdadera" que cualquier discurso "interior" que se cuente a sí mismo, lo que le permite acometer, finalmente, un improbable y verdadero gesto heroico y alcanzar la estatura de un héroe cristiano con su particular calvario (Brooks se toma la molestia de mostrar un plano detalle de un látigo para que la referencia quede clara).

Boris.