Con el corazón en tinieblas
por Eleanor Coppola
Una experiencia sobre la realidad y la ficción de la muerte, una improvisación genial, la búsqueda de Conrad llevada a Vietnam, al sobrepeso de Marlon Brando y a la ebriedad mística de Martin Sheen: la química del cine, en fin, en estado puro. Eso es y eso fue Apocalypse Now, la película que Francis Ford Coppola estrenó en 1979. A punto de estrenarse ahora en España la “versión del director”, Emecé publica a finales de mayo Con el corazón en tinieblas, las notas en forma de diario que Eleanor Coppola, su mujer, escribió durante la preparación del making of, uno de los más jugosos, controvertidos y fascinantes de la historia del cine.
4 de agosto, Pagsanján
[...] Ayer Francis rodó la escena de la habitación del hotel. Dejó que Marty [Martin Sheen] se pusiera un poco borracho, tal como se supone que en realidad debe estar el personaje. Tanto él como Marty sabían a lo que se arriesgaban. El primer lado del personaje que Marty interpretó había sido el místico, el santo, la versión Jesucristo de Willard. Francis le provocó con unas cuantas palabras y se transformó en el intérprete teatral, en el Willard actor shakesperiano. Francis lo empujó de nuevo y se convirtió en un matón callejero, un enérgico combatiente que ha estado en el infierno pero que es listo, sabe judo, está acostumbrado a las riñas. En este punto, Francis le pidió que se acercara al espejo y admirara su bonito pelo, su boca. Marty puso en marcha una escena increíble. Golpeó el espejo con el puño (quizá no era su intención, quizá se había pasado al ejercitar una llave de judo) y empezó a sangrarle la mano. Francis dijo que su impulso había sido cortar la escena y llamar a la enfermera, pero que Marty estaba bordando la escena. Había alcanzado el punto en que una parte de él y Willard se habían encontrado. Francis tuvo un momento en el que no quería sentirse como un vampiro, chupando la sangre de Marty con la cámara, pero tampoco quería cortar cuando Marty era Willard. La dejó rodando. Fue hablándole a Marty a través de toda la escena. Había dos cámaras rodando.
[...] Más tarde hablamos sobre si la escena tendría tanta fuerza en la pantalla como la había tenido para los que estaban en el set durante el rodaje. El ambiente se había cargado con la posibilidad de que Marty pudiera golpear la cámara o incluso atacar a Francis. Había la electricidad emocional de cuando cualquier cosa es posible. Estaban dentro de una persona, en su territorio personal, con un hombre solo en su momento más privado.
4 de septiembre, Pagsanján
Estuve hablando con Jerry. Me dijo que al parecer todos los que participan en la producción están sufriendo algún tipo de transición personal, algún “viaje” en su vida. Todos los que han venido a Filipinas parecen estar pasando por algo que les afecta profundamente, cambiando su perspectiva del mundo o de ellos mismos, mientras que supuestamente lo mismo le está sucediendo a Willard en la película. Definitivamente, algo nos está ocurriendo a mí y a Francis.
5 de septiembre, Pagsanján
A última hora de la tarde estaba en las escaleras principales del templo, con Francis y Marlon [Brando]. Ellos hablaban sobre Kurtz. Francis le había pedido que volviera a leer El corazón de las tinieblas. Ahora Marlon le decía que su personaje debía parecerse más al Kurtz del libro. Francis le dijo: “Sí, eso es lo que he estado tratando de decirte. ¿No te acuerdas, la primavera pasada, antes de que cogieras el papel, cuando leíste El corazón de las tinieblas y estuvimos hablando?”
Marlon le contestó: “Te mentí. No lo había leído”.
17 de octubre, Pagsanján
He grabado una entrevista con Dennis Hopper. Una de las cosas que dijo que más me interesaron es que pensaba que la industria del cine está en la misma etapa de desarrollo que estaba el arte durante la época en que se construyeron las catedrales góticas. Cuando construían esas grandes catedrales en Europa, empleaban a trabajadores de las canteras, ingenieros, pintores de frescos, etcétera, que creaban la obra mediante la combinación de los talentos de muchos. Hacia el siglo XIX el arte ya había evolucionado hasta el punto de que las obras más importantes de esa época las realizaban artistas individuales con la ayuda de un mero caballete. Dennis quería decir que, actualmente, la realización cinematográfica comporta la unión de talentos de muchos departamentos, pero que quizá con el tiempo las películas acabarán hechas por una persona con una cámara multiuso.
3 de noviembre, Pagsanján
Francis ha llegado a casa a primera hora de la mañana. Me dio un abrazo y un beso y me dijo que todo iba bien. Que se había aclarado. Me explicó que, desde que era pequeño, siempre quiso tener talento y triunfar en la vida, ganarse la aprobación de su familia y de sus amigos y de las mujeres. Quería, por encima de todo, tener mucho talento, pero siempre lo había puesto en duda, así que toda la aprobación que recibía le hacía sentir desgraciado porque le parecía que era falsa. Y, en fin, me dijo que se ha dado cuenta de que sí tiene talento, pero no de la manera que él esperaba, no el talento que creía tener, no como en sus fantasías de la infancia. No el talento tradicional. Dice que cree que su talento real está en el área de la conceptualización, de saber ver una cosa, saber cómo algo se podría hacer, adaptar las ideas a nuevas formas, innovar, en vez de construir de la nada. Me ha dicho que pensaba que su tipo de capacidad no se ajusta exactamente al concepto tradicional de la industria cinematográfica, y que quizá por eso se marchó de Los ángeles de manera intuitiva. Quizá nunca sería capaz de hacer despegar sus planes para unos estudios de cine porque ser jefe de un estudio significa, más que nada, una idea preconcebida de lo que haces si tienes éxtito en la industria cinematográfica. Dice que quizá la razón por la que esta película le está resultando tan difícil, y por la que se ha sentido tan desgraciado, es porque las formas tradicionales con que pensaba que debería trabajar no estaban funcionando, por eso estaba tan enojado y aterrorizado. Cuando, en realidad, su mejor logro en la película era conceptual e innovador y no se hubiera podido llevar a cabo de la manera tradicional. Me decía que, normalmente, el guión está terminado y se da por definitivo antes de empezar el rodaje, pero ahora se daba cuenta de que sus improvisaciones y retoques han dado como resultado las mejores escenas de lo rodado hasta el momento.
Se suponía que Marlon tenía que estar delgado y robusto para interpretar el papel del oficial boina verde, pero cuando apareció con su irremediable sobrepeso, él tuvo que renunciar a sus ideas preconcebidas sobre el personaje y buscar una solución que empujara la película mucho más en la dirección del mito, lo cual resultó mejor que su concepto original. Dice que empezó a darse cuenta de que puede que un buen director no sea el que está totalmente preparado, sino el capaz de tomar las situaciones que ocurren y usarlas en su provecho, en vez de interrumpir la producción hasta que todo cuadre con sus planes originales. Ha dicho que él siempre tenía nuevas ideas y soluciones; que cuando llegó el tifón, no había detenido el rodaje inmediatamente, sino que cambió la escena para que incluyera una tormenta. Y añadió que siempre está furioso consigo mismo por lo lento que avanza el rodaje, y gran parte del motivo es la distinta manera de trabajar que tienen el equipo italiano y Vittorio [Storaro]. él pensaba que era su culpa por no saber mantener un ritmo adecuado, pero ahora ha comprendido que Vittorio y su estilo de rodar son conceptos clave para esta película. Con su elección de un director de fotografía no tradicional estaba haciendo una película mejor. Piensa que, en realidad, está haciendo bien la película, utilizando sus talentos reales, y no haciéndola simplemente de la manera que creería que un buen director debía hacerla. Estaba ilusionado ante la posiblidad de explorar su talento donde siente que está realmente, de ver su vida tal como es y de despojarse de sus ideas preconcebidas.
26 de marzo, Hidden Valley
últimamente han pasado cosas raras. Hace varias noches Francis estaba rodando en el set principal del reducto de Kurtz y la última toma de la noche era un interior del templo. Por alguna razón, decidió no hacerla y aplazarla para el día siguiente, una decisión que no era del todo lógica porque la cámara ya estaba lista y en posición. Al cabo de diez minutos se hundió toda una parte del techo de piedra del templo, aplastando el frontal de la cámara. Si hubiera habido alguien allí trabajando, le hubiera matado.
Hace varias semanas, cuando Marty Sheen sufrió el infarto, parecía que la producción iba a detenerse, pero Francis la mantuvo en marcha para que no se hundieran los ánimos. Se puso a rodar otras escenas, con la fe ciega de que Marty era joven y fuerte y se recuperaría y podría acabar la película. La cosa funcionó durante unos días, pero luego el propio Francis se hundió. Fue justo cuando yo llegué. Ahora parece que Marty se está recuperando con rapidez. Ya ha salido del hospital y se encuentra bien. Espera poder trabajar unas pocas horas al día a partir de mediados de abril. De alguna manera, el guión trata sobre el enfrentamiento con la muerte y la superación del mismo. Marty se ha enfrentado a ella en la vida real. Imagina lo que eso puede hacer por su interpretación de las escenas finales de la película.
Francis ha dicho que él es el personaje de Willard y que, cuando Marty estaba cerca de la muerte, él también se hundió. Dijo que había sido su experiencia más próxima a la muerte. Y que pudo ver la realidad retrocediendo por un túnel oscuro, y que tuvo muchísimo miedo de no poder regresar.
pancha 12 02 09
por Eleanor Coppola
Una experiencia sobre la realidad y la ficción de la muerte, una improvisación genial, la búsqueda de Conrad llevada a Vietnam, al sobrepeso de Marlon Brando y a la ebriedad mística de Martin Sheen: la química del cine, en fin, en estado puro. Eso es y eso fue Apocalypse Now, la película que Francis Ford Coppola estrenó en 1979. A punto de estrenarse ahora en España la “versión del director”, Emecé publica a finales de mayo Con el corazón en tinieblas, las notas en forma de diario que Eleanor Coppola, su mujer, escribió durante la preparación del making of, uno de los más jugosos, controvertidos y fascinantes de la historia del cine.
4 de agosto, Pagsanján
[...] Ayer Francis rodó la escena de la habitación del hotel. Dejó que Marty [Martin Sheen] se pusiera un poco borracho, tal como se supone que en realidad debe estar el personaje. Tanto él como Marty sabían a lo que se arriesgaban. El primer lado del personaje que Marty interpretó había sido el místico, el santo, la versión Jesucristo de Willard. Francis le provocó con unas cuantas palabras y se transformó en el intérprete teatral, en el Willard actor shakesperiano. Francis lo empujó de nuevo y se convirtió en un matón callejero, un enérgico combatiente que ha estado en el infierno pero que es listo, sabe judo, está acostumbrado a las riñas. En este punto, Francis le pidió que se acercara al espejo y admirara su bonito pelo, su boca. Marty puso en marcha una escena increíble. Golpeó el espejo con el puño (quizá no era su intención, quizá se había pasado al ejercitar una llave de judo) y empezó a sangrarle la mano. Francis dijo que su impulso había sido cortar la escena y llamar a la enfermera, pero que Marty estaba bordando la escena. Había alcanzado el punto en que una parte de él y Willard se habían encontrado. Francis tuvo un momento en el que no quería sentirse como un vampiro, chupando la sangre de Marty con la cámara, pero tampoco quería cortar cuando Marty era Willard. La dejó rodando. Fue hablándole a Marty a través de toda la escena. Había dos cámaras rodando.
[...] Más tarde hablamos sobre si la escena tendría tanta fuerza en la pantalla como la había tenido para los que estaban en el set durante el rodaje. El ambiente se había cargado con la posibilidad de que Marty pudiera golpear la cámara o incluso atacar a Francis. Había la electricidad emocional de cuando cualquier cosa es posible. Estaban dentro de una persona, en su territorio personal, con un hombre solo en su momento más privado.
4 de septiembre, Pagsanján
Estuve hablando con Jerry. Me dijo que al parecer todos los que participan en la producción están sufriendo algún tipo de transición personal, algún “viaje” en su vida. Todos los que han venido a Filipinas parecen estar pasando por algo que les afecta profundamente, cambiando su perspectiva del mundo o de ellos mismos, mientras que supuestamente lo mismo le está sucediendo a Willard en la película. Definitivamente, algo nos está ocurriendo a mí y a Francis.
5 de septiembre, Pagsanján
A última hora de la tarde estaba en las escaleras principales del templo, con Francis y Marlon [Brando]. Ellos hablaban sobre Kurtz. Francis le había pedido que volviera a leer El corazón de las tinieblas. Ahora Marlon le decía que su personaje debía parecerse más al Kurtz del libro. Francis le dijo: “Sí, eso es lo que he estado tratando de decirte. ¿No te acuerdas, la primavera pasada, antes de que cogieras el papel, cuando leíste El corazón de las tinieblas y estuvimos hablando?”
Marlon le contestó: “Te mentí. No lo había leído”.
17 de octubre, Pagsanján
He grabado una entrevista con Dennis Hopper. Una de las cosas que dijo que más me interesaron es que pensaba que la industria del cine está en la misma etapa de desarrollo que estaba el arte durante la época en que se construyeron las catedrales góticas. Cuando construían esas grandes catedrales en Europa, empleaban a trabajadores de las canteras, ingenieros, pintores de frescos, etcétera, que creaban la obra mediante la combinación de los talentos de muchos. Hacia el siglo XIX el arte ya había evolucionado hasta el punto de que las obras más importantes de esa época las realizaban artistas individuales con la ayuda de un mero caballete. Dennis quería decir que, actualmente, la realización cinematográfica comporta la unión de talentos de muchos departamentos, pero que quizá con el tiempo las películas acabarán hechas por una persona con una cámara multiuso.
3 de noviembre, Pagsanján
Francis ha llegado a casa a primera hora de la mañana. Me dio un abrazo y un beso y me dijo que todo iba bien. Que se había aclarado. Me explicó que, desde que era pequeño, siempre quiso tener talento y triunfar en la vida, ganarse la aprobación de su familia y de sus amigos y de las mujeres. Quería, por encima de todo, tener mucho talento, pero siempre lo había puesto en duda, así que toda la aprobación que recibía le hacía sentir desgraciado porque le parecía que era falsa. Y, en fin, me dijo que se ha dado cuenta de que sí tiene talento, pero no de la manera que él esperaba, no el talento que creía tener, no como en sus fantasías de la infancia. No el talento tradicional. Dice que cree que su talento real está en el área de la conceptualización, de saber ver una cosa, saber cómo algo se podría hacer, adaptar las ideas a nuevas formas, innovar, en vez de construir de la nada. Me ha dicho que pensaba que su tipo de capacidad no se ajusta exactamente al concepto tradicional de la industria cinematográfica, y que quizá por eso se marchó de Los ángeles de manera intuitiva. Quizá nunca sería capaz de hacer despegar sus planes para unos estudios de cine porque ser jefe de un estudio significa, más que nada, una idea preconcebida de lo que haces si tienes éxtito en la industria cinematográfica. Dice que quizá la razón por la que esta película le está resultando tan difícil, y por la que se ha sentido tan desgraciado, es porque las formas tradicionales con que pensaba que debería trabajar no estaban funcionando, por eso estaba tan enojado y aterrorizado. Cuando, en realidad, su mejor logro en la película era conceptual e innovador y no se hubiera podido llevar a cabo de la manera tradicional. Me decía que, normalmente, el guión está terminado y se da por definitivo antes de empezar el rodaje, pero ahora se daba cuenta de que sus improvisaciones y retoques han dado como resultado las mejores escenas de lo rodado hasta el momento.
Se suponía que Marlon tenía que estar delgado y robusto para interpretar el papel del oficial boina verde, pero cuando apareció con su irremediable sobrepeso, él tuvo que renunciar a sus ideas preconcebidas sobre el personaje y buscar una solución que empujara la película mucho más en la dirección del mito, lo cual resultó mejor que su concepto original. Dice que empezó a darse cuenta de que puede que un buen director no sea el que está totalmente preparado, sino el capaz de tomar las situaciones que ocurren y usarlas en su provecho, en vez de interrumpir la producción hasta que todo cuadre con sus planes originales. Ha dicho que él siempre tenía nuevas ideas y soluciones; que cuando llegó el tifón, no había detenido el rodaje inmediatamente, sino que cambió la escena para que incluyera una tormenta. Y añadió que siempre está furioso consigo mismo por lo lento que avanza el rodaje, y gran parte del motivo es la distinta manera de trabajar que tienen el equipo italiano y Vittorio [Storaro]. él pensaba que era su culpa por no saber mantener un ritmo adecuado, pero ahora ha comprendido que Vittorio y su estilo de rodar son conceptos clave para esta película. Con su elección de un director de fotografía no tradicional estaba haciendo una película mejor. Piensa que, en realidad, está haciendo bien la película, utilizando sus talentos reales, y no haciéndola simplemente de la manera que creería que un buen director debía hacerla. Estaba ilusionado ante la posiblidad de explorar su talento donde siente que está realmente, de ver su vida tal como es y de despojarse de sus ideas preconcebidas.
26 de marzo, Hidden Valley
últimamente han pasado cosas raras. Hace varias noches Francis estaba rodando en el set principal del reducto de Kurtz y la última toma de la noche era un interior del templo. Por alguna razón, decidió no hacerla y aplazarla para el día siguiente, una decisión que no era del todo lógica porque la cámara ya estaba lista y en posición. Al cabo de diez minutos se hundió toda una parte del techo de piedra del templo, aplastando el frontal de la cámara. Si hubiera habido alguien allí trabajando, le hubiera matado.
Hace varias semanas, cuando Marty Sheen sufrió el infarto, parecía que la producción iba a detenerse, pero Francis la mantuvo en marcha para que no se hundieran los ánimos. Se puso a rodar otras escenas, con la fe ciega de que Marty era joven y fuerte y se recuperaría y podría acabar la película. La cosa funcionó durante unos días, pero luego el propio Francis se hundió. Fue justo cuando yo llegué. Ahora parece que Marty se está recuperando con rapidez. Ya ha salido del hospital y se encuentra bien. Espera poder trabajar unas pocas horas al día a partir de mediados de abril. De alguna manera, el guión trata sobre el enfrentamiento con la muerte y la superación del mismo. Marty se ha enfrentado a ella en la vida real. Imagina lo que eso puede hacer por su interpretación de las escenas finales de la película.
Francis ha dicho que él es el personaje de Willard y que, cuando Marty estaba cerca de la muerte, él también se hundió. Dijo que había sido su experiencia más próxima a la muerte. Y que pudo ver la realidad retrocediendo por un túnel oscuro, y que tuvo muchísimo miedo de no poder regresar.
pancha 12 02 09