Abel Ferrara

Abel Ferrara hace un exorcismo en el Chelsea Hotel

El director mezcla dramatización y documental para crear una película rodada en el más famoso hotel donde vivieron y murieron músicos bohemios

Los actores recrean la vida de vida de Sid Vicious (Jamie Burke) y Nancy Spungen (Bijou Phillips) en la habitación número 100 del Chelsea Hotel.

Los actores recrean la vida de vida de Sid Vicious (Jamie Burke) y Nancy Spungen (Bijou Phillips) en la habitación número 100 del Chelsea Hotel.

Derjeen Fil

El 11 de octubre de 1978 el mundo supo que el tío más punk del planeta, Sid Vicious, bajista de Sex Pistols, fue arrestado por apuñalar a su novia, Nancy Spungen (la Yoko Ono de los Beatles), en la habitación número 100 del Chelsea Hotel. El cuerpo de Nancy Laura fue encontrado en un baño, envuelto en sangre y vestido de raída lencería negra.

La historia del punk ya venía escribiéndose, años atrás, en las paredes del Chelsea. Los Stooges de Iggy Pop se reunían allí para intentar grabar su primer disco. Encerrados en una habitación y en menos de dos horas, Iggy y el guitarrista Ron Asheton salieron de allí con tres canciones, según se cuenta en Grit, noise, & revolution: the birth of Detroit rock'n'roll de David Carson.

Incluso antes del punk, en 1966, Andy Warhol no quiso permitir que aquella época muriera, y lo registró y mitificó para generaciones posteriores en su película Chelsea girls, donde aperecía Nico, quien tituló Chelsea girl su primer disco, un año después.

El Chelsea de Manhattan se convirtió en una meca para artistas yonquis y chicas lánguidas. Allí vivieron la poeta y músico Patti Smith siendo pareja del fotógrafo Robert Mapplethorpe y todos sus amigos se dejaban caer para ir recogerles antes de acudir al Max's, mítico local de conciertos a finales de los 70. Patti invitaba allí a desayunar a sus amigos, café, donuts de chocolate y una copa de helado italiano de chocolate.

Abel Ferrara ha vuelto a este escenario mítico, histórico, para rodar su última película, Chelsea on the rocks. Allí vivió durante tres meses, grabó cuarenta horas e interrogó, cámara en mano, a los residentes. Ha presentado su película en Sitges, donde ha declarado que el edificio "es un sitio bastante duro para vivir" y ha confesado que se alegró cuando terminó el rodaje. "Todo el mundo esperaba que llegáramos, hacíamos una pregunta y te daban una respuesta de una hora", dice.

Ferrara rodó en la habitación sucia y desordenada de "alguien que fue mi camello hace muchos años" y ha reconstruido la vida allí de Sid y Nancy, una historia que era muy importante contar, "pero no sabía hacerlo si no era mediante la ficción".

¡Sálvese quien pueda!

El director realizó su trabajo en el momento en el que se estaba produciendo un cambio de dirección en el hotel. Durante setenta años había sido regentado por Stanley Bard, protector de los artistas y los desamparados, a quien la nueva empresa ha jubilado. Además, se ha empezado a desahuciar a todos los que no pagaban, "es la lucha del emprendedor contra las grandes corporaciones". Escaquear la cuenta, vivir con lo mínimo, fue siempre un clásico del Chelsea. Lo era entonces, y lo es ahora. Según Ferrara "el estado financiero de mi país hoy no está muy bien, es un sálvese quien pueda y ya tienes suerte si puedes seguir hablando con tu madre".

Ya que no pueden hacerlo clientes que murieron, como Sid Vicious o la vecina de la 411, Janis Joplin, por la cámara del director de Adicción desfilan Ethan Hawke (que ha vivido en el lugar en varias épocas de su vida y que retornó al mismo al separarse de Uma Thurman hace unos pocos años), Dennis Hopper o el cineasta Milos Forman, que no se corta en explicar las fiestas que allí se organizaban, informa EFE.

Este edificio, donde Arthur C. Clarke escribió 2001, una odisea en el espacio, fue construido en 1883 y a partir de 1905 se convirtió en hotel y residencia, con 250 habitaciones cuyas paredes vivieron muertes y suicidios, como el del poeta Dylan Thomas, que cayó en coma etílico tras ingerir 18 güisquis en la habitación 205.

Bob Dylan, quien por cierto cambió su apellido Zimmerman en homenaje al poeta maldito, también quiso probar los aromas del Chelsea, donde solía ocupar la habitación 2011. Otro trovador, Leonard Cohen, ha elegido diferentes habitaciones, aunque sobre todo la 424 en los años sesenta. Fueron noches que inspiraron su canción Chelsea Hotel: "te recuerdo bien en el Chelsea Hotel, hablabas tan valiente y tan dulce, masturbándome sobre la cama sin hacer, mientras las limusinas esperan en la calle".


Mancha 15 02 09