El ocio


La ocupación más propia del hombre civilizado es la de no hacer nada. (Teófilo Gautier)

La felicidad está en el ocio. (Aristóteles)

Los ratos de ocio son la mejor de todas las adquisiciones. (Sócrates)

No hacer absolutamente nada es la cosa más difícil e intelectual del mundo. (Oscar Wilde)

Rico o pobre, potente o débil, todo ciudadano ocioso es un bribón. (Jean-Jacques Rousseau)

Un monstruo hay en el mundo: el ocioso. (Thomas Carlyle)

Estamos rodeados de artilugios destinados a ahorrar trabajo y, sin embargo, disponemos de muy escaso ocio auténtico. (Laurence Johnston Peter)

Entre todos nuestros defectos, el que con más facilidad disculpamos es la ociosidad. (François de La Rochefoucauld)

Un hombre instruido es un hombre ocioso que mata el tiempo estudiando. (George Bernard Shaw)

No existe pasión más poderosa que la pasión por el ocio. (Samuel Beckett)

No recuerdo alguna vez que me haya cansado trabajando, pero el ocio me deja completamente exhausto. (Sherlock Holmes)

Una persona ociosa tienta al diablo para que la tiente. (Richard Kingston)

Hay mucha gente que no sabe perder su tiempo sola; es el azote de las personas ocupadas. (Louis de Bonald)

El ocio es la madre de la filosofía. (Thomas Hobbes)

Ser capaz de llenar el ocio de una manera inteligente es el último resultado de la civilización. (Bertrand Russell)

El tedio es una enfermedad del entendimiento que sólo les acontece a los ociosos. (Concepción Arenal)

El ocio representa el problema más acuciante de todos, pues es muy dudoso que un hombre se aguante a sí mismo. (Friedrich Dürrenmatt)

Nada torna a la gente más desnaturalizada e insubordinada que una larga y constante ociosidad. (Stefan Zweig)

El sacerdocio es el ocio consagrado a los dioses. (Oswald de Andrade)

El hombre atareado solamente es tentado por un demonio; el ocioso, por una legión. (Thomas Fuller)

Estar en ocio muy prolongado no es reposo, sino pereza. (Ovidio)

Los únicos que disfrutan del ocio son los que se consagran a la sabiduría. (Séneca)

No es el trabajo lo que envilece, sino la ociocidad. (Hesíodo)

De nada hemos de precavernos tanto como del ocio, pues absorbe más tiempo que cualquiera otra ocupación y nos impide ser dueños de nosotros. (Edmund Burke)

Marcela 09 01 08