Walkiria,Stauffenberg

Claus von Stauffenberg

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Claus Philipp Maria Graf Schenk von Stauffenberg
15 de noviembre de 190721 de julio de 1944

Busto de Claus von Stauffenberg, realizado por Viktor Frank (seudónimo de Frank Mehnert) en 1929. Se encuentra en Berlín (Centro conmemorativo de la Resistencia contra el Nazismo)
Lugar de nacimiento Jettingen, Baviera, Alemania Bandera de Alemania
Lugar de defunción Berlín, Alemania Bandera de Alemania
Lealtad Reichswehr hasta 1935, luego Wehrmacht
Años de servicio 19261944
Rango Oberst i.G. (Coronel del Estado Mayor)
Batallas/guerras Segunda Guerra Mundial:
Premios -Cruz de Hierro de Primera Clase, Condecoración al herido en oro.

Claus von Stauffenberg (nacido Claus Philipp Maria Graf Schenk von Stauffenberg, Jettingen, 15 de noviembre de 1907Berlín, 21 de julio de 1944) fue un militar alemán. Celebre coronel del Estado Mayor (Oberst im Generalstab) de la Wehrmacht conocido por planificar un fallido intento de asesinato a Hitler, en lo que se denomina complot del 20 de julio de 1944 contra Hitler. Luego del mismo, fue implicado como conspirador ejecutivo del atentado, causa por la que fue fusilado en 1944.

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Alcurnia de Stauffenberg [editar]

Nacido el 15 de noviembre de 1907 en el castillo de su tío el conde Berthold von Stauffenberg en Jettingen (Baviera, Alemania), hijo del matrimonio compuesto por el conde Alfred Schenk von Stauffenberg y Caroline, de soltera condesa von Üxküll-Gyllenbrand, tercer y último hijo (sus hermanos eran los gemelos Berthold y Alexander). Los von Stauffenberg son una antigua familia aristocratica, católica y suaba, que poseía (y sigue poseyendo) varios castillos en Alemania del Sur; entre otros, uno en Lautlingen (Baden-Württemberg/Alemania) (hoy museo) donde Claus y sus hermanos pasaban sus vacaciones. La familia von Stauffenberg entró en la historia en el año 1260 con el noble Werner Schenk von Neuenzell. Claus, como todos los Stauffenberg que viven hoy, era de la rama Stauffenberg-Amerdingen. Entre los ancestros de Claus por parte de su madre se contaba el conde August Neidhardt von Gneisenau, prócer del ejército prusiano, cuyo apellido ostentaba uno de los barcos de guerra más grandes de Alemania durante la primera guerra mundial y luego en la segunda guerra mundial, el DKM Gneisenau.

Claus von Stauffenberg era un caballero muy apuesto, de alta estatura para su generación (185 cm) y con un innegable don de gentes, lo que lo hacía muy popular entre sus compañeros[cita requerida]. Albert Speer, quien trató con Stauffenberg en 1944 como enlace de la oficina del Cuartel General de la Reserva, le describe como extremadamente amable y como una figura casi mística por su señorío y por su aspecto.

Vida privada [editar]

Educado en Stuttgart, muy inclinado a la literatura, el joven aristócrata se unió al ejército alemán, entonces llamado Reichswehr, en 1926 a la edad de 18 años. Pertenecía al círculo del poeta Stefan George y fue miembro de la guardia de honor en su funeral en diciembre de 1933 en Locarno, Suiza.

Si bien no se opuso en un principio al ascenso al poder de los nazis en marzo de 1933, su oposición nació en 1938 después de la llamada Noche de los cristales rotos al ver como los SS realizaban todo tipo de crímenes y vejaciones a judíos. De hecho, su cuñada, la famosa aviadora Melitta Gräfin Schenk von Stauffenberg era de ascendencia judía. Claus tenía amistad con intelectuales judíos.

En noviembre de 1933 contrajo matrimonio con la baronesa Nina von Lerchenfeld en Bamberg con la cual tuvo cinco hijos, la menor de los cuales nacería tras la muerte de von Stauffenberg.

Carrera militar [editar]

Ya integrado en una unidad de caballería de la Reichswehr en Bamberg en 1926, el año 1937 alcanzó a los once años de carrera el grado de capitán en la Wehrmacht, grado que normalmente sólo hubiera conseguido a los 16 años de carrera [cita requerida].

Para esa época su tío materno, el conde Nikolaus von Üexküll, había participado en un movimiento de la resistencia de militares prusianos contra el régimen de Adolf Hitler. El regimiento de caballería de von Stauffenberg fue integrado en la 6ª División Panzer y tomó parte en la ocupación de los Sudetes, hoy República Checa, y en las guerras contra Polonia en 1939 (Invasión de Polonia en 1939) y Francia (Batalla de Francia) en 1940. El 31 de mayo de 1940 fue condecorado con la Cruz de Hierro de Primera Clase.

A partir de junio de 1941 participó en la guerra contra la Unión Soviética (Operación Barbarroja) y quedó horrorizado por las sistemáticas matanzas por parte de los SD ("Sicherheitsdienst" o servicios de seguridad) alemanes, los infames escuadrones de la muerte de las SS en la retaguardia, sobre todo contra los judíos.

A raíz de eso llegó a la convicción de que estaba obligado a entrar en la resistencia activa contra el régimen nazi. Ya antes de la derrota alemana en la batalla de Stalingrado (diciembre de 1942/enero de 1943) Stauffenberg dudaba de las dotes de Hitler como comandante supremo. Para esa época, los aliados encabezados por Winston Churchill determinaron no negociar la paz con Hitler ni ninguno de la alta cúpula nazi, dejando abierto de este modo, el camino para una conspiración.

En enero de 1943 fue ascendido a teniente coronel y transferido a la campaña del Norte de África, siendo oficial de una unidad especial de tanquetas del general Rommel dedicada al reconocimiento del terreno y a la observación de la fuerza, la posición y los movimientos del enemigo; estaba adscrita a la 10ª División Panzer. Durante una incursión de reconocimiento en la batalla del paso de Kasserine en Túnez en febrero de 1943, su vehículo fue sorprendido y atacado por un avión británico quedando gravemente herido al recibir el impacto de metralla; perdió su ojo izquierdo, su mano derecha y los dedos meñique y anular de la mano izquierda. Le trasladaron a Munich en donde fue salvado por el famoso cirujano Ernst Ferdinand Sauerbruch.

El plan Valkiria [editar]

A partir de 1938, sobre todo por su rechazo de los crueles eventos contra los judíos en la "Reichskristallnacht" en Alemania, von Stauffenberg se fue distanciando primero paulatinamente y al final abiertamente del nacionalsocialismo. La ideología y práctica hitleriana del exterminio sistemático de ciertas minorías, sobre todo la de los judíos, le convirtió en enemigo acérrimo de Hitler. A finales de 1942 alguien le preguntó qué hacer con Hitler. El contestó: "¡Matarle!".[1] Como militar profesional también sabía ya en 1941 que las estrategias militares aplicadas por Hitler como comandante en jefe en Rusia tenían que terminar catastróficamente. Sin suficientes medios ni tropas, Hitler decidió mantener un frente de miles de kilómetros en la Unión Sovietica desde el Mar Negro en el Sur hasta el Mar Báltico en el Norte, aún en contra de la opinión de sus generales, que le recomendaron concentrar sus tropas sobre todo en la conquista de Moscú, donde Stalin se vería obligado a luchar contra las tropas alemanas entonces aún superiores. Además Hitler pensaba terminar su campaña al estilo "Blitzkrieg" (similar al que condujo en Francia) antes del comienzo del invierno de 1941 y no tenía a sus tropas equipadas con ropa y el material adecuado para las temperaturas extremas de un invierno ruso. La estrategia hitleriana permitiría a los soviéticos atacar con fuerzas superiores en donde más les convenía. La primera y más conocida consecuencia fue la por los alemanes desastrosa batalla de Stalingrado en el sur del frente a finales de 1942.

En septiembre de 1943, una vez recuperado de sus gravísimas heridas, con ayuda de su amigo y también conspirador teniente general Henning von Tresckow volvió al servicio activo en Berlín bajo el mando del general Friedrich Olbricht en el OKW (Oberkommando der Wehrmacht) en la calle Bendler (hoy Stauffenbergstrasse) en Berlin. Olbricht era miembro del comité de resistencia que estaba perfilando un plan para dar muerte a Hitler. El 1 de julio de 1944 von Stauffenberg fue asignado a la jefatura del estado mayor del general Fromm, a cargo de la reserva de la Wehrmacht, también situada en la Bendlerstrasse de Berlín.

Stauffenberg, ahora nombrado coronel i.G. ( "im Generalstab" ) con 36 años de edad, bajo el nuevo cargo de jefe de las reservas de la Wehrmacht (Ersatzheer), tenía acceso directo a las reuniones del comité de planificación de las operaciones que el mismo Hitler encabezaba. Este hecho le permitía reunirse con regularidad con el "Führer".

El plan de Olbricht era adaptar el llamado Plan Valkiria para los fines de la resistencia y tenía entrelazados a entre 200 y 500 implicados en diferentes estratos de la sociedad alemana, militares de la Wehrmacht e incluso de la sección de inteligencia y contraespionaje liderada por el almirante Wilhelm Canaris.

El plan Walkiria había sido ideado inicialmente por el SS Reinhard Heydrich para mantener el control del Reich en manos del Führer, en caso de que la seguridad y estabilidad del régimen se viera comprometida por un levantamiento; paradójicamente este mismo plan Olbricht quería utilizarlo para eliminar el régimen nazi.

Paralelamente, sobre todo entre miembros de la aristocracia prusiana, la mayoría luteranos practicantes se había constituido un círculo secreto llamado Círculo de Kreisau; consideraban que Hitler estaba llevando a Alemania a la ruina moral y material, por lo que debía ser eliminado (pero no matado). Este círculo era la parte civil de la conspiración y estaba liderado por el conde Helmuth von Moltke, Peter Yorck von Wartenburg, Adam von Trott zu Solz, Hans Bernd von Haeften, Fabian von Schlabrendorff, el alcalde conservador de Leipzig Carl Goerdeler y el hermano de Claus, Berthold von Stauffenberg, entre otros.

La parte militar estaba al principio a partir de 1942 encabezada por el coronel von Tresckow y a partir del 1 de septiembre de 1943 por von Stauffenberg. Stauffenberg tenía el apoyo del mariscal retirado Erwin von Witzleben, del general Ludwig Beck y la ayuda activa del general Olbricht. El general Fromm no había dado explícitamente su apoyo incondicional al movimiento, pero había participado en la confección del listado de un nuevo gobierno y sabía en detalle de las actividades de von Stauffenberg. La actitud de Fromm de cara a los conspiradores fue ambivalente desde el principio hasta el final.

El plan consistía en eliminar en el mismo atentado a Hitler, Hermann Göring y Heinrich Himmler. Luego, en Berlín, Fromm debía neutralizar a las SS con el ejército de reserva y Stauffenberg ganar y organizar el apoyo activo de la Wehrmacht en toda Europa. En Francia, el General Stülpnagel debía neutralizar a los Gauleiter y SD y cortar las comunicaciones con Berlín.

El Comandante Szokoll y el Coronel Heinrich Cordé debían neutralizar los edificios de la Gestapo (Geheime Staatspolizei = policía secreta) y de la policía en Viena. Posteriormente se instalaría un gobierno provisional que intentaría firmar la paz con los aliados y poner fin a la guerra.

Según parece, una minoria de los implicados estaban próximos al plan de restauración monárquica en Alemania con el retorno de la casa de Hohenzollern[cita requerida]. La futura forma del estado aleman se dejaba abierta.

En total participaban unos 200 implicados directos y unos 300 indirectamente.

Motivos del plan Walkiria [editar]

En la actualidad von Strauffenberg, es considerado como un heroé de la resistencia anti nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Lo que muchos historiadores debaten es si la decisión de llevar a cabo el asesinato se debio a los errores estrategicos de Hitler en el modo de llevar la guerra o si se debio por el horror de von Strauffenberg al entererarse del los crimenes y limpieza racial llevados por Hitler y las SS. Si bien, casi todos coinciden que el plan fue fruto de un intento para frenar la guerra, se cree que tambien la politica agresiva sobre la población de judíos, gitanos, etc; en los paises ocupados por Alemania, llevo a von Strauffenberg a realizar el atentado y acabar con Hitler.

Intentos anteriores al 20 de julio de 1944 [editar]

Después de varios intentos de atentados frustrados a partir de marzo 1943, ideados primero por el Teniente General Tresckow y a partir del primero de septiembre de 1943 por von Stauffenberg, éste en diciembre de 1943 se ofreció para ejecutar personalmente un atentado suicida. Sus compañeros de conspiración le convencieron de no actuar por la necesidad de su presencia en Berlín después de la muerte de Hitler y por su presunta incapacidad física para activar la bomba. Es esa misma condición de inválido la que le ayudaría el veinte de julio de 1944 a llegar con la bomba hasta la mesa de Hitler.

Pero muchos meses antes, en marzo de 1943 el Teniente General Tresckow y el teniente Schlabrendorff consiguieron meter una bomba en el avión de Hitler. La bomba no explotó. Dos semanas más tarde von Gersdorff intentó matar a Hitler con una bomba en una exposición de armas conquistadas sovieticas en Berlín. En noviembre de 1943, ya organizado por von Stauffenberg, el joven capitán Axel von dem Bussche hizo un primer intento frustrado de atentado suicida en la Wolfsschanze. Von Stauffenberg preveía un segundo intento de von dem Bussche para febrero de 1944, pero el 29 de enero de ese año von dem Bussche fue herido gravemente. El Teniente von Kleist intentó ejecutar el plan de von dem Bussche el 11 de febrero de 1944, pero tampoco llegó cerca de Hitler. El capitán von Breitenbuch quiso matar a Hitler en mayo de 1944 con su pistola en el refugio de Hitler en los Alpes llamado Berghof cerca de Berchtesgaden, pero la SS no dejó ese día pasar ayudantes a la sala de la reunión.

El 1 de julio de 1944 von Stauffenberg, como miembro del Estado Mayor del Ejército, obtuvo una nueva misión que le permitía asistir a las reuniones con Hitler casi cada semana. Al arrepentirse el General Stieff de detonar una bomba contra Hitler en el palacio de Klessheim cerca de Salzburgo, el 7 de julio de 1944, von Stauffenberg y von Tresckow decidieron que fuera el mismo von Stauffenberg quien pusiese la bomba y no delegar el cometido en nadie más. Debido a su imprescindible presencia en Berlín para organizar el levantamiento del ejército posteriormente a la muerte de Hitler, von Stauffenberg tenía que sobrevivir al atentado y presentarse lo antes posible en el "Bendlerblock " ( hoy en la Stauffenbergstrasse ) de Berlín. A partir de entonces Stauffenberg tuvo siempre el maletín con la bomba consigo en las reuniones que mantuvo en varias ocasiones con Hitler. Pero nunca encontró la ocasión en que Hitler, Himmler y Göring estuviesen juntos. Su intención era matar los tres simultaneamente para evitar así la posibilidad de una continuación legítima del régimen nazi. El 15 de julio de 1944 se decidió a eliminar a Hitler de cualquier forma en la próxima ocasión que se le presentara.

20 de julio de 1944 [editar]

Por fin, aprovechando que el 20 de julio 1944 se iba a celebrar una reunión del alto mando en el cuartel general de Hitler, llamado "Wolfsschanze" y situado cerca de Rastenburg en el este de Prusia (hoy, Ketrzyn-Polonia), von Stauffenberg y su ayudante, el teniente von Haeften, llegaron desde Berlin-Rangsdorf a las 10 de la mañana al cuartel general de la Wolfsschanze en un avión tipo Junkers Ju 52.

Von Stauffenberg portaba un maletín, con un explosivo especial inglés de un kilogramo que se activaba mediante un detonador químico absolutamente silencioso. Von Haeften llevaba otra bomba idéntica. Hitler adelantó la reunión 30 minutos, ya que sobre la una y media debía recibir al Duce Mussolini.

Antes de entrar en la sala de la reunión, von Stauffenberg, con la excusa de cambiarse la camisa, se fue con von Haeften a una habitación cercana para activar lo más rápidamente posible las dos bombas. Con mucha dificultad debido a su única mano, además la izquierda y con solo tres dedos, rompió la cápsula de vidrio del detonador químico de su bomba con un alicate especial diseñado para sus tres dedos y activó el primer explosivo en su maletín. No tuvo tiempo de activar el segundo explosivo, en posesión de von Haeften, debido a la entrada de un suboficial a la habitación donde supuestamente solo se estaba cambiando de camisa, apremiándole a volver a entrar de inmediato en la reunión. Von Haeften llevó la segunda bomba no activada en su maletín a un bunker antiaéreo cercano. El dispositivo químico haría detonar la primera bomba en el maletín de von Stauffenberg en aproximadamente diez minutos.

Como el lugar del atentado estaba inicialmente previsto en el búnker subterráneo de Hitler, pero miembros de la Organización Todt estaban trabajando allí y se decidió realizar la reunión en el galpón en la superficie de Albert Speer, una casa principalmente de madera, que contaba con varios ventanales y una gran y pesada mesa de roble.

A la reunión asistieron veintitrés personas, además de Hitler y von Stauffenberg. El ambiente era caluroso, por lo que se ordenó abrir las ventanas. Empieza la reunión.

Von Stauffenberg llega con algo de retraso, se excusa con un gesto y se sitúa tan cerca de Hitler como le es posible, supuestamente esperando su turno para exponer la situación en el Frente Oriental. Hitler ocupa la parte central de la mesa mirando hacia el exterior, Stauffenberg se sitúa a su derecha, apenas a metro y medio de Hitler.

Después de pocos minutos Stauffenberg coloca el maletín con la bomba debajo de la mesa muy cerca del lugar donde se encuentra Hitler y se retira discretamente pretextando una llamada telefónica urgente desde Berlín. Tiene apenas tres minutos antes de explotar.

Después de abandonar von Stauffenberg la sala uno de los asistentes chocó con el pie accidentalmente el maletín y lo apartó, colocándolo junto a una de las patas gruesas de la mesa en el lado más alejado de Hitler. La reunión continuó.

Dos minutos y medio después, a las 12.14 horas, el artefacto explotó. Hitler, que estaba agachado sobre un mapa del frente ruso colocado encima la gruesa mesa, ve de súbito que ésta sube y le golpea en el rostro. La explosión es violenta y deja a cuatro muertos y a otras personas malheridas. Como la habitación estaba con las ventanas abiertas, la fuerza de la explosión se dispersó. Especialistas en explosivos aseguran que si la reunión hubiera tenido lugar en el sótano, cuyas paredes habrían retenido la onda expansiva, todos los presentes habrían muerto; y si von Stauffenberg hubiese metido la segunda bomba que llevaba von Haeften en su maletín, aún sin manipular, nadie en el barracón hubiese sobrevivido.

Von Stauffenberg y von Haeften presenciaron de lejos la explosión y creyeron, sin posibilidad de comprobar los resultados, que ni Hitler ni nadie podía haber sobrevivido. Partieron apresuradamente al aeródromo, y von Haeften se deshizo de la segunda bomba arrojándola por la ventana del coche. Consiguieron con sangre fría pasar los puestos de guardia y se hicieron llevar con su avión a Berlín. El conspirador General Fellgiebel en la Wolfschanze comunicaba la palabra "Walkiria" a Berlin, como señal de que el atentado había tenido éxito, para que otros implicados en Berlín tomasen las decisiones acordadas para asumir el control del Estado.

Hitler salvó la vida al recibir la explosión indirectamente pues había quedado protegido por la gruesa pata y la sólida tabla de la mesa de encina, que se deshizo en astillas que quedaron clavadas en una pierna, sufriendo sólo magulladuras ligeras en su brazo y en el lado izquierdo de su rostro.

Se pensó en un primer momento que el lugar había sido bombardeado, pero no había información de aviones enemigos sobrevolando el área; con el pasar de los minutos, la idea de un atentado fue tomando forma, la ausencia de Stauffenberg levantó sospechas. Al borde del camino hacia el aeródromo se encontró el maletín con la segunda bomba, que fue reconocido como igual al que portaba la explosionada.

Von Stauffenberg, en pleno vuelo a Berlín, daba por hecho la muerte de Hitler sin sospechar lo realmente ocurrido. Al llegar a la Bendlerstrasse, alrededor de las 16.30 horas, se dio cuenta de que el plan de toma de poder no se había iniciado apenas. El ejército de reserva no había salido de los cuarteles.

Mientras tanto, Martin Bormann es el primero en explicarse exactamente lo ocurrido e informa a Hitler de que el secretario de guardia había visto salir a Stauffenberg después de la explosión y alejarse apresuradamente del lugar.

De este modo Stauffenberg se convirtió en el sospechoso principal de Himmler y de Kaltenbrunner, que ya se acercaba desde Berlin.

Fracaso del golpe y muerte de Stauffenberg [editar]

Una vez llegado von Stauffenberg, los implicados se movilizaron para efectuar el golpe. Alrededor de las 18 horas las cosas no parecían ir mal para los conspiradores, cuando el General Fromm, comandante en jefe del Comando de Reemplazo, que conocía del plan y tenía por misión desmovilizar los SS, escuchó por una conversación telefónica con el cuartel general de la Wolfsschanze que Hitler se había salvado. Fromm, fríamente, a partir de este momento asumió el papel de leal seguidor de Hitler y se negó a continuar con el golpe. Von Stauffenberg y otros oficiales lo arrestaron. Mientras tanto Goebbels hizo que el Mayor Remer, que iba a detenerle en su despacho, escuchase la voz de Hitler por teléfono, quien le ordenó desmovilizar a los reservistas y telefónicamente le dio el grado de Coronel. Más tarde el General Guderian acudió con sus tanques y tomó Berlín. El Golpe de Estado se desbarató.

Sobre las 11 de la noche, Fromm se liberó de su arresto y detuvo a los sorprendidos von Stauffenberg y los demás conspiradores. Él mismo condenó a muerte al Coronel Claus von Stauffenberg, al Teniente Heinrich von Haeften, al General Olbricht y al Coronel Albrecht Mertz von Quirnheim, los cabecillas de la operación. Al General Beck, Fromm le dio ocasión de suicidarse.

Fromm avisó a Himmler escuetamente por teléfono y colgó. Luego sacó a los cuatro condenados al patio de estacionamiento y mandó que fuesen ejecutados unos minutos después de la medianoche del 20 de julio. Lo hizo antes de que llegaran las SS, sumariamente y sin tribunal. Esta decisión la tomó Fromm para que los conspiradores no declararan en su contra y así poder salvarse.

En primer lugar fusilaron al General Olbricht. Como segundo le tocaba el turno a Stauffenberg, pero, cuando estaban a punto de disparar, el Teniente von Haeften se lanzó delante de Stauffenberg recibiendo las balas destinadas a su jefe. Las últimas palabras gritadas por Stauffenberg segundos antes de morir como tercero fueron: Larga vida para la Sagrada Alemania (Es Lebe die heiliges Deustchland!). Mertz von Quirnheim murió en último lugar.

Consecuencias [editar]

Himmler llegó algunas horas más tarde y, al dar cuenta Fromm de lo acontecido, le respondió exponiéndole lo (sospechosamente) apurado que estaba por ejecutarlos. Esto lo implicaría.

Por instrucciones de Fromm, Stauffenberg y los demás fusilados fueron enterrados honorablemente con todas sus medallas poco tiempo después del fusilamento en un cementerio cercano. Pero Hitler, sediento de venganza, descubrió más tarde la implicación de Fromm y le hizo ejecutar en abril de 1945. También hizo desenterrar los cadáveres de Stauffenberg y los conspiradores quitándoles las medallas y haciéndoles incinerar. Se registró Bendlerstrasse y en una caja de seguridad de Fromm se encontró una lista de los conspiradores, con los papeles que asumirían en el gobierno provisional. La cacería de culpables empezó esa misma noche. El destino de éstos iba a ser terrible.

Los otros implicados, como Berthold Graf Schenk von Stauffenberg, figura central del complot, fueron sentenciados por un tribunal especial llamado "Tribunal del Pueblo" (Volksgerichtshof) a cargo del juez Freisler y ejecutados en la Prisión de Plötzensee por estrangulamiento lento con cuerdas de piano; junto con Berthold von Stauffenberg fueron ejecutados otros ocho implicados; además se detuvo al General von Kluge, a Albrecht Haushofer, al Almirante Canaris y a otros militares de relevancia. Los ahorcamientos fueron filmados y fotografiados para ser presentados a Hitler. (Hitler se negó a ver el film, este aún existe y está considerado como inaceptable para ser divulgado por los horrores que allí se exhiben).

Su antiguo superior en Africa, el Mariscal de campo Rommel, quien sabía del complot pero no participó, fue inducido al suicidio. En las dos semanas siguientes del 20 de Julio de 1944 murieron unas 200 personas directamente implicadas. Más de 5.648 personas fueron ejecutadas los meses siguientes por las SS. En un listado encontrada en la caja de seguridad del General Fromm en su oficina de la calle Bendlerstrasse, se encontró el nombre de Speer, con la indicación en manuscrito al lado de su nombre de: "¿Si fuese posible?" Esta simple anotación salvó a Speer.

De todos los intentos de atentados contra Hitler, el del 20 de Julio de 1944 es el que estuvo más cerca de lograr su objetivo.

Pero no solamente la familia de Claus von Stauffenberg, su esposa y sus hijos, sino todos los miembros del clan Stauffenberg, unas cincuenta personas fueron arrestados por las SS y metidos en diferentes cárceles y campos de concentración. Ordenada su ejecución sumaria, sin embargo, estando al final del sitio de Berlín en mayo de 1945, los SS no ejecutaron la orden y algunos de los Stauffenberg se entregaron a un comando británico en el Norte de Italia.

Claus von Stauffenberg estaba casado desde 1933 con la Baronessa Nina (Freiin) von Lerchenfeld. Tenían cinco hijos: Berthold, Heimeran, Franz-Ludwig, Valerie y Konstanze.

El mayor de ellos, Berthold, llegó a mayor general en 1994, después de 38 años de servicio en la Bundeswehr alemán. Berthold von Stauffenberg declaró en 2007, respecto de su padre:

-"Tenía 10 años cuando perdí a mi padre, por tanto lo conocí muy poco. Mi madre estaba encinta de su quinto hijo al momento de ser detenida por la Gestapo. Ella admiraba mucho a mi padre..."[2]
Berthold von Stauffenberg
-"Fui a dar a un orfanato, hasta junio de 1945 y entonces me reencontré con mi madre en la cárcel de Ravensbruck."[3]
Berthold von Stauffenberg
-"Mi padre hizo algo muy valiente y positivo...porque no todos los alemanes eran nazis".[4]
Berthold von Stauffenberg

Inicialmente, es decir después de la segunda guerra mundial y en consonancia con la propaganda nazi la acción de Claus von Stauffenberg fue considerada un acto de traición por la mayoría de la población alemana, pero con el correr del tiempo y el intento de atentado colocado en su contexto en la historia, se le ha dado categoría de héroe en la lucha por la liberación del criminal régimen nazi, llevando actualmente su apellido la antigua calle "Bendler" de Berlín.

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Cuando en la noche del 20 de julio de 1944 Claus von Stauffenberg fue fusilado en el patio del cuartel berlinés de Bendleerstrasse, Alemania perdió su última oportunidad de eliminar a Hitler y de propiciar una rendición pactada con el mando aliado. En los casi cinco años desde el inicio de la II Guerra Mundial, Alemania había sufrido 2,8 millones de muertos, y en los restantes 10 meses de contienda, hasta mayo de 1945, los muertos alemanes fueron 4,8 millones. Stauffenberg estuvo muy cerca de lograr evitar el sufrimiento de millones de personas. Su fallida gesta podría haber cambiado el destino de Europa en los 45 años siguientes, hasta la caída del Muro. El propósito de estas líneas es rendir tributo a este hombre honesto y valiente que, junto con otros destacados miembros de la Resistencia, entregó su vida con inteligencia y con generosidad excepcional.

Claus von Stauffenberg nació en 1907 en el seno de una familia aristócrata cuya historia se remonta al siglo XIII. Claus fue el tercero de cuatro hermanos, de los que sobrevivieron tres.Su formación fue la clásica de la época en una familia noble, con un importante énfasis en la cultura y tradición alemanas desde Goethe a Rilke y al contemporáneo poeta Stefan George, que ejerció gran influencia sobre los hermanos. Durante su niñez, Stauffenberg fue testigo del colapso del viejo orden y del nacimiento de la República de Weimar. Tuvo una educación liberal que acentuó su interés por el humanismo y la cultura. A pesar de los problemas de salud que le aquejaron durante su infancia y adolescencia, y a pesar también de sus inclinaciones por estudiar arquitectura, optó por una formación militar, iniciada en 1926. A la llegada del régimen nazi en 1933, Stauffenberg era ya oficial, aunque no era miembro del partido.

En 1941, prestó sus servicios en Rusia, donde las atrocidades de las que fue testigo le generaron fuertes dudas respecto de la sanidad del régimen nazi, así como un enorme conflicto interno entre deber y conciencia. La sustitución del general Halder como jefe del Estado Mayor en septiembre de 1942 en beneficio del general Zeitzler, y la total subordinación de éste a las órdenes de Hitler, actuaron también como catalizadores en la concienciación de Stauffenberg de que la tradición militar alemana estaba siendo prostituida por el poder omnímodo de Hitler. Por ello, en la Conferencia de Vinnitsa de octubre de 1942, Stauffenberg afirmó que el odio que Alemania estaba sembrando en el Este haría que «nuestros hijos recogieran los frutos algún día». Sorprendentemente, la audacia de sus comentarios no llegó más allá.

En la primavera de 1943, con el rango de teniente-coronel, Stauffenberg fue transferido al Afrika Korps en Túnez, en plena desbandada del Eje bajo el peso de la Operación aliada Torch. Al poco, en abril de 1943, resultó gravemente herido cuando su jeep fue ametrallado por cazas ingleses. Perdió dos dedos de la mano izquierda, la mano derecha completa y el ojo izquierdo. Su recuperación tuvo lugar en Cartago y en Múnich, donde fue operado repetidamente del oído y de la rodilla. Con su habitual y férrea disciplina, Stauffenberg aprendió a manejarse sólo con su mutilada mano izquierda, reincorporándose a la vida activa.

Se unió a la Resistencia en el otoño de 1943, convencido ya de la maldad intrínseca del régimen y apremiado por su tío, el conde Nikolaus von Üxküll. Contaba con la capacidad de liderazgo de la que la Resistencia había carecido hasta entonces, y con un gran carisma entre aquellos que le conocían. La combinación de un fuerte intelecto con una visión política realista y las cualidades del hombre de acción, hacían de Stauffenberg el hombre ideal.Reunía, en palabras de un contemporáneo, «las cualidades del mayor idealismo con el más absoluto realismo». En octubre de 1943, ya dado de alta, fue asignado a un puesto en Berlín bajo las órdenes de Olbricht (otro mártir de la Resistencia), desde donde se convirtió en uno de los principales ideólogos del plan de eliminar físicamente a Hitler, del mecanismo que habría de ponerse en marcha una vez asesinado el dictador (Plan Valkyrie), y de la formación de un Gobierno que pudiera negociar la paz.Entre finales de 1943 y principios de 1944 fueron previstos cuatro planes para asesinar a Hitler, todos los cuales fueron cancelados por cambios de última hora en su horario. En este periodo, la tensión de los conspiradores era ya extrema, tras las ejecuciones el año anterior de Sophie Scholl y de otros miembros del descubierto movimiento clandestino de la Rosa Blanca. De hecho, en junio de 1944 Julius Leber, que habría encabezado el Gobierno post-atentado, fue detenido por la Gestapo: el cerco se estrechaba y los conspiradores lo sabían. Era preciso actuar sin dilación.

El 1 de julio de 1944, Stauffenberg fue nombrado jefe de Gabinete del General Fromm, máximo mando de la Reserva en Berlín. Ello le permitió asistir a algunas reuniones con Hitler en Rastenburg (la célebre Guarida del Lobo), y estar en contacto con los efectivos de la Reserva, que tenían asignados un papel importante en Valkyrie.Stauffenberg había llegado a la conclusión de que la única persona que podría llevar a cabo el atentado contra Hitler era él, y ello a pesar de sus minusvalías físicas. El 15 de julio de 1944 fue convocado a Rastenburg junto con Fromm a una conferencia con Hitler, y el Plan Valkyrie fue preactivado. Sin embargo, un cambio en el horario de Hitler le disuadió de conectar la bomba que llevaba en su maletín (cuyo mecanismo había sido preparado para ser puesto en marcha con sólo tres dedos de la mano izquierda).De vuelta a Berlín, los próximos a Stauffenberg le recordaron exhausto y tenso, pero también decidido a intentarlo de nuevo en una nueva conferencia con Hitler, prevista para el 20 de julio.El 16 de julio se reunió con su esposa Nina, embarazada entonces de tres meses, y sus cuatro niños. Fue la última vez que se vieron.

El 20 de julio de 1944, Stauffenberg abandonó su apartamento berlinés a las 6.00 a.m. A las 8.00 despegó en compañía de su ayudante, Haeften en un Junkers JU 52 con destino a Rastenburg, a cuyo aeródromo llegó a las 10.15 a.m. Haeften portaba el maletín con los dos paquetes de explosivos de dos kilos cada uno, disimulados bajo una camisa de refresco. A las 11.30 se reunió con el general Keitel, que le informó del adelanto de la reunión prevista con Hitler a las 12.30 p.m. (el motivo: la recepción a Mussolini tras su audaz rescate días atrás por el coronel Skorzeny).

En lugar de en el búnker habitual, la conferencia tendría lugar en unas barracas de madera, con lo que Stauffenberg fue consciente de que el efecto de la onda explosiva sería menor. Además, debido al súbito adelanto de la conferencia, apenas tuvo tiempo para activar una de las dos bombas: aún así decidió seguir con el plan. La conferencia convocó un total de 24 hombres. Al poco de iniciarse, Stauffenberg se ausentó, bajo el pretexto de una llamada telefónica, dejando el maletín muy próximo a Hitler.Alguien cambió el maletín de lugar, alejándolo del dictador.El estallido se produjo a las 12.42 p.m., momento en que Stauffenberg y Haeften partían en coche hacia el aeródromo. Les dio tiempo a observar la gran humareda y la retirada de uno de los muertos.Al llegar al límite de Rastenburg, con enorme sangre fría, Stauffenberg persuadió a los centinelas para que le permitieran abandonar el recinto. Cuando subió al avión de regreso a Berlín, creía que Hitler había muerto.

Alas las 3.30, Stauffenberg llegó a Berlín, donde, para su sorpresa, el Plan Valkyrie no había sido activado. En la capital prevalecía la duda respecto de la suerte de Hitler y los potenciales sublevados esperaban instrucciones: se habían perdido así tres horas preciosas en las que la rebelión podría haber prendido, con Hitler vivo o muerto. A las 4.00 p.m., Fromm habló con Keitel, quien le confirmó que Hitler estaba salvo. En respuesta, Fromm dictó el arresto de Stauffenberg y su entorno, pero éstos, rebelándose, hicieron prisionero a Fromm. Aquella tarde del 20 de julio fue testigo de la progresiva renuncia uno tras otro de los responsables de ejecutar Valkyrie. A las 7.00 p.m. no cabía ninguna esperanza.La rebelión había fracasado. En juicio sumarísimo ordenado por un liberado Fromm, Stauffenberg, Olbritch, Quirnhem, Beck y Haeften fueron condenados a muerte. El general Beck, jefe del Estado Mayor alemán entre 1935 y 1938, y una de las figuras clave de la Resistencia, prefirió el suicidio (hubo de ser rematado al fallar sus dos intentos). Los demás fueron fusilados esa noche.El propio Fromm fue fusilado al poco tiempo, bajo acusación de cobardía. Una brutal represión había comenzado en el último año del régimen nazi.

Stauffenberg y muchos de los conspiradores nos dejan un extraordinario legado moral, un gran ejemplo de dignidad, sobriedad y sacrificio que puede inspirarnos en nuestro pensar y hacer diarios. El alma nobilísima de Stauffenberg le llevó a asumir la responsabilidad última, aquella que está reservada a los grandes hombres que intuyen la idea del servicio. Cuando comprendió que el cerco de la Gestapo se estrechaba y que la urgencia era grande, concluyó que el magnicida no podría ser otro sino él, a pesar de la enorme dificultad que su condición física le imponía. Como ha señalado Peter Hoffman en su excelente Stauffenberg, «el autosacrificio de los conspiradores presenta un continuado reto existencial tanto para los contemporáneos como para sus sucesores. He aquí el significado histórico de la rebelión».

Al pensar en este hombre siempre me han venido a la cabeza las palabras que Borges reservó para su personaje Funes el memorioso: «Monumental como el bronce», y es que la valentía e inteligencia de Stauffenberg le hacen monumental. Quisiera que estas líneas sirvieran para recordarnos su austeridad y nobleza, y la de otros hombres y mujeres que visualizaron un mundo mejor pero que no pudieron alcanzarlo. Hoy, pasados 64 años de su gesta, me parece justo que le recordemos, y que al referirnos a él, nos vengan también las palabras del Maestro: «El corcel se estremece bajo el flagelo del látigo / Purusha tiembla ante la injusticia /Benditos sean los valientes y los justos /El único juez es tu espíritu, allí reside Dios».

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Cada 20 de julio, Alemania conmemora el fallido atentado de 1944 contra Hitler. DW-WORLD entrevistó al hijo de Claus von Stauffenberg, el hombre que intentó matar al tirano y cuya figura da pie ahora al film Valkyrie.

Berthold María Schenk Graf von Stauffenberg

DW-WOLRD: Tenía 10 años cuando su padre murió. ¿Sabía usted o el resto de su familia algo de su participación en el movimiento de la resistencia alemana?

Berthold María Schenk Graf von Stauffenberg: Por supuesto que no. Todo eso tenía que ser un secreto. Si nosotros, los niños, nos hubiéramos enterado, hubiesen corrido el riesgo de que habláramos de más. Mi madre sí sabía algo y lo consintió. Pero nosotros no nos dimos cuenta de nada.

DW-WOLRD: ¿Y cuándo lo descubrió su madre?

Se dio cuenta de que algo pasaba bastante pronto y mi padre se lo dijo. No sé cuánta información le proporcionó. Mi madre sabía que tenía un plan entre manos. Pero lo que ella sí que no sabía era que mi padre iba a ser quien colocase la bomba.

DW-WOLRD: ¿Cómo y cuándo se enteró del atentado? ¿Qué pensó y qué sintió?

Oí en la radio que había ocurrido un atentado. Al día siguiente nuestra madre nos dijo a uno de mis hermanos y a mí que había sido nuestro padre, cosa que no pudimos comprender. Nos conmocionó mucho. Aquella misma noche se llevaron a mi madre. No la volvimos a ver hasta junio del 45.

DW-WOLRD: Ha hablado de conmoción, ¿fue porque se enteró de que su padre había muerto o porque estaba involucrado en el movimiento de resistencia?

Claus von Stauffenberg junto a sus hijos

Por ambos motivos. Hoy en día cuesta creerlo, pero en aquel entonces la muerte no era nada fuera de lo normal. Casi la tercera parte de mis compañeros de clase habían perdido a sus padres; era algo con lo que había que contar; la muerte podía llegar de muchas maneras, por bombardeos desde el aire por ejemplo. Pero también fue por las circunstancias de su muerte, porque se enfrentó al jefe de Estado. Eso era inimaginable para nosotros. Nos preguntamos cómo pudo hacer algo así contra el Führer. Nuestra madre nos contestó que lo tuvo que hacer por Alemania. Entonces no alcancé a comprenderlo del todo. Me llevó tiempo hasta que lo entendí.

DW-WOLRD: ¿Fue usted educado de acuerdo a los preceptos de la época?

Sí, pero no como nazis verdaderos. Pero es que el entorno era así. Como ya he dicho, mis padres tuvieron que andarse con cuidado. Delante de nosotros no criticaban el sistema, aunque tampoco lo alababan. Sin embargo, en la escuela recibí una educación nazi.

DW-WOLRD: ¿Qué ocurrió después de que se llevasen a su madre?

Mi familia se desintegró. La mayor parte de los adultos de mi familia fueron llevados a campos de concentración, incluso aquellos que visiblemente no estaban involucrados. Entonces se aplicaba la llamada “corresponsabilidad familiar”, es decir, que toda la familia pagaba por las acciones del padre. Mi madre y mi tía pasaron mucho tiempo en prisión preventiva, porque querían descubrir si ocultaban información. Pero no consiguieron nada. A nosotros nos llevaron a un orfanato especialmente habilitado para los hijos de los involucrados en el atentado del 20 de julio y los del General Seydlitz, que hizo propaganda contra Hitler. Permanecimos allí hasta la llegada de los norteamericanos.

DW-WOLRD: ¿Marcó el atentado el camino que tomó después en su vida? Siguió la carrera militar…

Quizá “marcar el camino” sea decir mucho, pero sí que tuvo una influencia sobre mí. Si tu nombre es conocido, y el nuestro lo era, no puedes llevar la misma vida que si fueras un personaje anónimo. Por lo general, todos los trabajos son difíciles, pero cuando sigues los pasos de tu padre, lo es aún más. Me hice militar porque pensé que me gustaría. No lo hice ni para seguir la tradición, ni por mi padre, sino pese a él.

DW-WOLRD: ¿Existe alguna idea equivocada sobre su padre que a usted le enerve especialmente?

Bueno… Siempre se comenta que al principio era nazi y que luego cambió de parecer. Eso suena excelente, suena bien para aquellos que fueron nazis. Yo no tendría nada en contra, en caso de que esa fuese la verdad. Pero no es así. Al principio mi padre no era ni nazi, ni antinazi, sino que quería ver qué iba a pasar y juzgar imparcialmente. Por aquel entonces no sólo se mostró contrario a los partidarios del nazismo, sino también a los opositores declarados. La imparcialidad era algo a lo que él de le daba mucha importancia.

DW-WOLRD: ¿Qué pinceladas le faltan a la imagen que se tiene hoy de su padre?

Eso yo no lo puedo juzgar correctamente, porque no llegué a conocerlo tan bien. Él no era un “superhombre”, o “súper estrella” como se dice hoy, y tampoco era un hombre cualquiera. Yo creo que era una persona muy dotada.

DW-WOLRD: Se han rodado siete películas, entre ellas documentales, sobre su padre, y ahora Hollywood, junto con Tom Cruise, también quiere abordar el tema. ¿No tiene la sensación de que los medios se están apropiando de su historia personal?

Por supuesto que los medios se han apropiado de la historia de mi padre. En la literatura se pueden encontrar ejemplos tanto opuestos o refractarios como mezquinos, y eso sin mencionar las tan benevolentes películas que se han hecho sobre él.

DW-WOLRD: Y, sin embargo, su familia no se ha cerrado a los medios de comunicación…

No. Nosotros no creemos que el honrar o no honrar la acción de mi

Tom Cruise interpretará a von Stauffenberg en una nueva producción de Hollywood, Valkyrie

padre sea asunto de nuestra familia, sino que deberíamos mantenernos al margen de eso. Lo cual no significa que estemos en contra o que no apoyemos sus actividades. Pero no nos pronunciamos activamente.

DW-WOLRD: ¿Y toda esta historia con Tom Cruise? ¿Ha sido entrevistado por la prensa acerca del tema?

Es cier to, de eso quería hablar. Ningún miembro de la familia se ha pronunciado al respecto. El Süddeutsche Zeitung me invitó a una entrevista, en la que di mi opinión sobre el tema. Eso es posible en una democracia, el hecho de que uno diga lo que piensa, sin que con ello formule pretensiones. En ningún momento he dicho que no se ruede la película. Y en ningún momento he dicho que Tom Cruise no deba o no pueda ser actor. Sólo he comentado que no estoy de acuerdo, lo cuál también me parece legítimo.

DW-WOLRD: Con el paso de los años, la imagen de su padre como líder de la resistencia ha cambiado mucho. Primero se le denunció; luego se le idealizó, después llegó una mezcla de ambas opiniones... ¿Se aproximan las nuevas valoraciones a la realidad?

60 años son muchos años. Ya quedan muy pocas personas que hayan participado activamente en la guerra. Incluso sus hijos son ya ancianos. Obviamente su imagen ha ido cambiando. Ahora está dejando de pertenecer a la memoria activa y a formar parte de la Historia, en la que se van colando errores. Eso ha sido siempre así; la historia que conocemos seguro que está repleta de inexactitudes que ni conocemos ni se pueden detectar.

DW-WOLRD: ¿Qué significado cree que tienen los acontecimientos del 20 de julio de 1944 para Alemania? ¿Y en el marco internacional? ¿Y para usted?

No quiero aleccionar ni a los alemanes ni al resto del mundo, pero tal vez sí se pueda decir algo, y es que si uno siente una obligación moral, entonces hay que ser coherente con ella. No se trata de si lo que hizo mi padre fue políticamente bueno o no; no es una cuestión de política. Tampoco es cuestión de si uno es demócrata o no. Es una cuestión moral. ¿Puede uno tolerar, si se tiene la posibilidad de evitarlo, que un pueblo viva gobernado por criminales?



Semilla de maldad

Semilla de maldad

Escrito por Gustavo Arturo de Alba | 2 de Febrero de 2007 | Categorias: Cine Norteamericano, Cine de Siempre en DVD, Melodrama | Tiempo de Lectura: 7m 58s | Leido 706 veces.

Semilla de maldadPara este sábado 3 de febrero los cinéfilos tendremos oportunidad de poder volver a ver una cinta clásica de los años cincuenta: “Semilla de Maldad”, la cual pasará a las 19.00 horas, en TCM Classic Hollywood.

Tres son las películas distintivas que imponen el tema de la delincuencia juvenil, en el cine americano durante la década de los cincuenta. Conforme a su fecha de estreno ellas son “El salvaje” (The wild one, ‘54) de Lazlo Benedeck; “Semilla de maldad” (The blackboard jungle, ‘55) de Richard Brooks y “Rebelde sin causa” (Rebel without cause, ‘55) de Nicholas Ray. Por coincidencia, las tres marcaron a sus protagonistas principales: Marlon Brando fortaleció su imagen de rebelde; Glenn Ford la del americano mesurado, justo y de ideas liberales; y James Dean se tornó en mito, símbolo de una generación.

“Semilla de maldad” inició su rodaje formal el 15 de noviembre de 1954, a partir de la novela publicada en 1952 “Blackboard jungle” de Evan Hunter, cuyo verdadero nombre era el de Salvatore Albert Lombino, maestro de escuela secundaria, quién plasmó en su obra precisamente su experiencia en el EVANder Childs High School and HUNTER College, localizado en Nueva York y de donde obtuvo su seudónimo, el cual seguiría utilizando en su obra posterior, junto con el de Ed McBain, entre otros.

La MGM compró los derechos del libro que armó revuelo y puso el proyecto en manos del inquieto y liberal director Richard Brooks, el cual en “Hollywood : la casa encantada” de Paul Mayersberg nos subraya: “Aunque estaba ligado por un contrato de siete años con la MGM, cuando el argumento de “Blackboard jungle” (La Jungla del Pizarrón) llegó a mis manos, rehusé toda clase de compromiso con respecto al estilo de fotografía, montaje, reparto, etc., propios del estudio. Era la primera vez que se me presentaba la oportunidad de decir . Pero surgieron complicaciones. Intentaron no estrenarla porque la oficina de Nueva York opinó: . Me enviaron una nueva escena para añadir en la cual Glenn Ford, el maestro, va a la policía o al director y dice: . Entonces exploté: Y me contestaron: . ”. Efectivamente, la escena no se filmó.

Semilla de maldadThe wild onePor su parte David Manning White y Richard Averson en su libro “El arma del celuloide” comentan: “Si las numerosas informaciones periodísticas acerca de la tensión e incluso violencia reinantes en las escuelas de muchas ciudades norteamericanas no lograron que el público tuviera clara conciencia de esa grave situación, “Semilla de maldad”, dramatizó ese problema con un fuerte llamado de alarma. La escuela profesional donde se desarrolla la impresionante novela de Evan Hunter era un microcosmos de las convulsiones que desorganizabn las aulas de muchas grandes ciudades. Los indómitos muchachos de “Semilla de maldad” agregan su propia , rampage (vandalismo), a las tres tradicionales correspondientes a reading, riting y rithmetic (lectura, escritura y aritmética). (Incluso un Mr. Chips o una Miss Bishop, a pesar de ser grandes maestros, habrían levantado sus manos en señal de desesperación.) Su maestro, el señor Dadier –que pronto recibe el apodo de por sus acusaciones- nunca siguió un curso que le enseñase cómo rechazar a un alumno que lo ataca con una navaja abierta. En contraste con las experiencias reales de muchos docentes que fueron vejados y golpeados en las ruinosas escuelas municipales de los barrios bajos, Dadier logra establecer finalmente cierta armonía en las relaciones con sus alumnos. A causa de la imagen negativa que ofreció de una de las principales instituciones norteamericanas, la educación pública, “Semilla de maldad” suscitó críticas por parte de aquellos que se preocupaban por la imagen de Estados Unidos en el exterior. Edward R. Murrow, en ese entonces director de la Oficina de Información de Estados Unidos, y Norman Cousins del Saturday Review, entre otros, expresaron el temor de que los públicos del extranjero pudieran extraer falsas conclusiones acerca de la vida norteamericana sobre la base de películas que Hollywood exportaba a otros países. Clare Boothe Luce, en aquel tiempo embajadora de Estados Unidos en Italia, acusó a Semilla de maldad de no ser representativa de las escuela públicas norteamericanas”. (La embajadora Clare Boothe Luce intervino para que “Semilla de maldad” no fuera exhibida en el Festival de Venecia, en la sección oficial, a pesar de ya estar programada).

“Durante una entrevista, un periodista preguntó a Richard Brooks, director del filme, si pensaba que tenía derecho a mostrar a Estados Unidos bajo una luz tan desfavorable. Brooks respondió: La MGM jugó con la idea de poner a Robert Taylor o Mickey Rooney, antes de decidirse por Glenn Ford, para el rol del excombatiente de Corea, Dick Dadier, quién al no encontrar trabajo al regresar de la guerra, acepta el de maestro de escuela en una high school de barrio bajo, con una serie de conflictos entre los mentores y los estudiantes, la mayoría de ellos pertenecientes a diversas minorías raciales, cuyo lazo en común es su marginalidad y ser prospectos de carne de presidio. Dadier busca ofrecerles, con susRock around the clock enseñanzas, una posibilidad de salida a su situación y aunque hay un relativo final feliz, en el fondo queda la sensación de la imposibilidad de romper con el círculo de miseria y falta de oportunidades, desde la sociedad misma, para su posible recuperación. Junto con Glenn Ford destaca en “Semilla de maldad” la labor de Sidney Poiter y Vic Morrow. Igualmente el uso de “Rock around the clock” (Al compás del reloj) interpretada por Billy Haley y sus cometas, en los créditos iniciales y al final, así como algunos compases durante el desarrollo, para contrastarlos con melodías de jazz suave, que sirven de yuxtaposición, marcando con intensidad la violencia, son otro de los aciertos del film. La inclusión del tema de Haley se debió a Meter Ford, el hijo de Glenn, quién en el verano del ’54 compró el album “Thirteen Women And Only One Man in Town”, haciéndoselo escuchar a su papá, gran aficionado a la música, al igual que su mamá Eleanor Powell, a quién también le gustó el estilo del roquero. Al reunirse el director Richard Brooks, con el actor en su casa, al discutir sobre la posible música, Peter puso el disco y Brooks terminó por convencerse y así la MGM compró los derechos de la pieza en 5,000 dólares, para ser utilizada, máximo, en tres ocasiones en la película. Si la productora hubiera pagado otros 2,500, se habría quedado con los derechos totales de una canción a la que seguramente no le vieron su potencial de éxito. Después del estreno de la película, Rebelde sin causael disco se mantuvo varias semanas en el primer lugar de ventas, hasta llegar a 25 millones de copias, sólo en los Estados Unidos.”

Al ser estrenada “Semilla de maldad” el 25 de marzo de 1955, “Rebelde sin causa” llevaba dos semanas de rodaje y al medir la Warner, el impacto del film de Glenn Ford, en su primer fin de semana, suspendió el rodaje en blanco y negro, pantalla plana, que estaba llevando a cabo, y lo que era un proyecto barato, se convirtió en algo prioritario, dándole instrucciones a Nicholas Ray, para utilizar el color y el cinemascope, ampliando, obviamente, el presupuesto de ese clásico del cine.

La diferencia básica, para mi gusto, entre “Semilla de maldad” y “Rebelde sin causa”, para que la primera tuviera mayores problemas de explotación y posterior exhibición, estriba en que “Semilla de maldad” hace un enfoque sobre las condiciones sociales que imperan en el entorno de esos seres marginales, para que no tengan escapatoria; mientras que “Rebelde sin causa”, lo reduce el conflicto a lo individual, siendo más optimista en cuanto a la posibilidad de salvación de sus personajes. Pero junto con “El salvaje” las tres, reitero, son importantes para entender el cine de delincuentes y marginales juveniles, durante los cincuenta.

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Boris 13-01-08

Michael Caine


" Hay pocas emociones que no haya experimentado en el cine"

Son más de ochenta películas las que Michael Caine cuenta en su haber al cumplir hoy, 14 de marzo, 70 años, pero su último trabajo como el periodista británico Thomas Fowler que protagoniza El americano impasible, película dirigida por Phillip Noyce, que se estrena hoy en España, lo vive como si se tratara del mejor regalo de cumpleaños. "Es un verdadero regalo para cualquier artista", insiste sobre esta nueva versión del clásico de Graham Greene que le ha valido su sexta candidatura al Oscar, en esta ocasión como mejor actor (fue galardonado como mejor secundario por Hannah y sus hermanas, de Woody Allen, en 1986, y por Las normas de la casa de la sidra, de Lase Hallstrom, en 1999). Como afirma este británico nacido en lo más humilde del Londres de la Depresión y ahora nombrado caballero, a estas alturas no necesita trabajo, ni dinero ni reconocimiento y, sin embargo, está recibiendo "los mejores guiones, los mejores papeles y más dinero" del que ha tenido nunca, además de "llevarse a la chica". "Parece que le gusto a alguien. Sólo hago las películas que de verdad no puedo rechazar", resume, con el mordaz sentido del humor que caracteriza a Maurice Micklewhite, su nombre real. "Me convertí en actor porque era extremadamente tímido, así que decidí superar mis demonios enfrentándome a ellos. Claro que cuando me subí a un escenario quería desaparecer, pero eso es lo que hace una buena actuación: la capacidad de desaparecer en tus papeles", admite Caine.

Pregunta. ¿Cuál de sus papeles se acerca más al verdadero Caine?

Respuesta. He interpretado a asesinos y ladrones; he hecho de tenorio, adúltero, homosexual o amante. También me he metido en la piel de gente muy cruel. Hay pocas emociones que no haya explorado en el cine, pero en la vida real soy alguien muy calmado, poco emocional y que ha encontrado en el cine su vía de escape.

P. Pese a este largo repaso de personajes, sigue insistiendo en su admiración por su último trabajo en la obra de Greene.

R. Se trata de un papel con un gran nivel de dificultad. Me basé en el Graham Greene que conocí cuando hice El cónsul honorario porque, como Fowler, Greene era periodista en Saigón en aquel entonces, tenía una amante, un problema con la bebida y fumaba marihuana. Además, durante el rodaje en Vietnam también conocí a docenas de Thomas Fowler, europeos de edad acompañados de jóvenes vietnamitas. Un personaje muy real lleno de diferentes facetas; de hecho, el sueño de un actor.

P. Una película que, aun así, estuvo a punto de no ser estrenada tras el 11 de septiembre.

R. Hicimos una película sobre un triángulo amoroso con un ligero tono político y el 10 de septiembre de 2001 tuvimos el primer pase. Al día siguiente, mientras estaba en mi oficina esperando noticias, puse la televisión y vi el avión estrellarse contra las Torres Gemelas y supe que nos tendríamos que olvidar del filme unos meses. Lo siguiente fue que Harvey Weinstein [el productor] quería estrenarla en enero, que es cuando se estrena toda la basura, y le llamé para que me diera una posibilidad, asegurándole que no era tan política como le habían dicho. Había una preocupación general por ese motivo, pero lo que yo pensaba es que precisamente se hizo la guerra de Vietnam en defensa de la libertad.

P. ¿Cuál es su visión de las nuevas tensiones bélicas que estamos viviendo?

R. No creo que los americanos vayan a perder la guerra con Irak, pero lo que pueden perder es la paz, y ésa sería la peor pérdida, porque nos traerá muchos problemas.

P. El americano impasible es posiblemente la mayor producción occidental en Vietnam tras la guerra. ¿Cómo ha visto el país?

R. Me he enamorado del Hanoi y el Saigón que ha filmado Phillip Noyce, ése que ya no existe. Phillip y el diseñador se encargaron de crear esa atmósfera. Las dos ciudades tienen como cuatro millones de motos en cada calle, pero el Gobierno nos permitió cerrar el área y recreamos con ordenador el hotel Continental de Saigón, con lo que fue posible recuperar esa atmósfera colonialista de otra época.

P. ¿Tuvo reparos con el hecho de que ya existía otra versión del clásico de Graham Greene?

R. La versión de Joe Mankiewicz fue un fracaso y, como suelo decir, si vas a hacer una nueva versión de algo, mejor que sea de un fracaso. Así sólo puede ser mejor. Además, parece que todo el mundo está rehaciendo mis películas, una moda a la que yo también me he apuntado con una nueva versión de La huella, donde yo me encargaría del papel de Laurence Olivier y Jude Law del mío. Creo que es una buena idea.

P. ¿Qué cree que le mantiene en tan buena forma después de tantos años?

R. Supongo que es la diferencia entre ser una estrella de cine y ser un actor, que, cuando te haces mayor y, obviamente, pierdes tu atractivo, si era lo único que tenías, lo pierdes todo. Pero como yo nunca he hecho carrera de mi físico, porque nunca lo he tenido, pues todavía estoy aquí.

P. Sus comienzos en el cine estuvieron guiados por su gran amor a este medio.

R. Sí, era de los mayores aficionados al cine, como esos que están esperándote a la puerta para pedirte un autógrafo y que se saben todas tus películas. Pero mis actores favoritos eran los americanos, porque los ingleses nunca hacían películas sobre la clase trabajadora. Mis ídolos eran Humphrey Bogart y Spencer Tracy. Por eso, cuando John Huston me llamó para El hombre que pudo reinar, me sentí como si hubiera completado el círculo, porque ese papel estaba pensado para Bogart. De hecho, leí una crítica sobre El americano impasible que decía que le recordaba a Humphrey Bogart en Casablanca. No entendí la comparación, pero me gustó la idea.

Boris 12 01 08

Vincent Price









VINCENT PRICE: EL MAESTRO DE LO MACABRO

Vincent Price es, sin duda, uno de los nombres más importantes del cine de terror de todos los tiempos. Sólo Boris Karloff, Peter Cushing, Christopher Lee o Bela Lugosi pueden compararse a este gran actor que, sin embargo, también hizo dramas, films bélicos o thrillers. Era un artista todo?terreno, que lo mismo protagonizaba una película de misterio que presentaba un documental. Su físico y, sobre todo, esa mirada tan misteriosa que le caracterizaba, hicieron de él el actor idóneo para los papeles de villano.

Vincent Leonard Price nació el 27 de mayo de 1911 en St. Louis, Missouri, en una familia de posición acomodada. Muy buen estudiante y amante de la cultura, se licenció en Historia del Arte por la prestigiosa Universidad de Yale y posteriormente estudió en la Universidad de Londres. A mediados de los años 30 ocupó todos sus esfuerzos en convertirse en actor profesional de teatro, logrando debutar en Broadway a finales de la década, época en la que colaboró con Orson Welles. Con posterioridad fue contratado por la Universal y logró iniciar su carrera cinematográfica en 1938 con la comedia "Service de Luxe".

Su porte altivo e insinuante, su distinguida presencia y su sugestiva capacidad vocal, hacían de Vincent el villano ideal. Musicales, cine de aventuras, cine negro, comedias... nada se le resistía. En la década de los 40, firmó con la 20th Century Fox y apareció en películas como "El hombre invisible vuelve", el drama religioso "La canción de Bernadette", la mítica cinta policiaca "Laura", o el melodrama "Que el cielo la juzgue". A principios de los años 50, Vincent dejó de pertenecer a la Fox y su carrera cinematográfica se estancó, por lo que decidió regresar a las tablas de Broadway. Por esa época se impuso una efímera moda, las películas en tres dimensiones. Una de ellas fue "Los crímenes del museo de cera" (1953), un film de terror que contó con el protagonismo absoluto de Price como un artista especializado en figuras de cera que utiliza seres humanos como moldes. La película fue todo un éxito y Vincent alcanzó el estatus de estrella. A raíz de esta interpretación, quedaría encasillado para siempre en las películas de terror, aunque muchas de ellas narradas en tono humorístico. El humor fue, de hecho, la marca registrada de Price, subrayada en casi todos los villanos a los que dio vida. El tono de burla con que se aproximaba al terror era una manera de hacer un guiño al público y darles las gracias por todo lo que se estaba divirtiendo mientras los asustaba.

Price se convirtió en presencia ineludible en toda cinta de género que buscase un toque de calidad y distinción. Entre sus mayores éxitos en los años 50 pueden citarse "La mosca" y las dos películas que hizo para William Castle, "House on Haunted Hill" y "The Tingler". En 1960 firmó con el director y productor Roger Corman para protagonizar "La caída de la casa Usher", la primera de las siete adaptaciones de relatos de Edgar Allan Poe que hicieron juntos hasta 1965. Las otras son: "El péndulo de la muerte", "Historias de terror", "El cuervo", "The Haunted Palace", "La máscara de la muerte roja" y "La tumba de Ligeia". Además, apareció en "El regreso de la mosca", "La comedia de los horrores", "Historias extraordinarias" (de nuevo adaptando a Poe, en una co?producción franco?italiana), "Matar o no matar, este es el problema" y, cómo no, los dos films en los que encarnó al malvado Doctor Phibes: "El abominable Dr. Phibes" y "El regreso del Dr. Phibes".

Con el paso de los años, los buenos papeles comenzaron a escasear, y Price apareció en telefilms, en episodios de series de TV como "Batman", e incluso se autoparodió sin prejuicios en spots publicitarios. Cuando le preguntaban por qué se rebajaba a aparecer en películas horribles indignas de su talento, él se limitaba a explicar que era un actor y que su trabajo era actuar. Vincent también utilizaba el dinero que ganaba con sus films para financiar su amor por el arte, una pasión que le impulsaría a abrir una galería en Beverly Hills, a escribir una columna que se publicó en 80 periódicos y a ser nombrado presidente del Departamento de Artes Indígenas de EEUU. También fue consejero de la UCLA y jurado del Los Angeles County Museum of Art. Escribió varios libros sobre arte e invirtió una fortuna en adquirir sus piezas favoritas, llegando a ser contratado por Sears & Roebuck para comprar obras de arte que pudieran ser ofrecidas a través de un catálogo que se llamó "Vincent Price Collection". Otra de sus grandes pasiones era la gastronomía. Ávido gourmet, a mediados de los años 70 ejerció como presentador de programas televisivos de cocina y escribió un buen número de libros culinarios.

Convertido en una leyenda para los amantes del cine de terror de bajo presupuesto, Price siempre se prestó coquetamente a participar en cuantos homenajes le propusieron. Uno de sus mayores fans era el rey del shock?rock Alice Cooper, que educó su enferma mente adolescente tragándose todas sus películas clásicas en la TV. Alicia y Vincent colaboraron en tres ocasiones: en el especial televisivo "Alice Cooper: the Nightmare" (1975), donde el actor encarnaba al Espíritu de la Pesadilla; en el film "Welcome to My Nightmare", también del '75, en la que Price se limitaba a poner su voz a una inquietanta araña; y en el vídeo "The Strange Case of Alice Cooper" (1979), en la que ejercía como narrador.

Su indeleble identificación con lo macabro siguió rindiéndole beneficios en los últimos años de su carrera: en 1980, la cadena PSB le eligió como presentador de la serie "Mystery", y en 1982, el director John Landis le pidió que recitase un poema como parte del mítico vídeoclip de Michael Jackson "Thriller". Price también fue una gran influencia para un joven cineasta llamado Tim Burton, que en ese mismo año '82 rodó un oscuro corto de animación en stop?motion titulado "Vincent", sobre un niño obsesionado con la figura del actor. Price quedó tan entusiasmado con el proyecto, que aceptó ser el narrador de la historia. Ocho años más tarde, Burton cumplió uno de sus sueños personales al hacerle aparecer en una de sus películas, la deliciosa "Eduardo Manostijeras", que sería la última en la longeva carrera de Price. Aunque para entonces el actor ya estaba visiblemente enfermo, sacó fuerzas de donde casi no le quedaban y brindó a sus fans una última lección de profesionalidad. “Voy a actuar hasta que muera, me tendrán que enterrar antes de que me retire, y aún así, en mi lapida se leerá "Regresaré"”, decía de sí mismo.

Vincent Price murió el 25 de octubre de 1993 en su hogar de Hollywood Hills, Los Angeles, a consecuencia de un cáncer de pulmón. Tenía 82 años. Con su fallecimiento, llegó a su fin una larga y distinguida línea de actores que, quiéranlo o no, encontraron un lugar como monstruos y villanos en nuestras pesadillas cinematográficas: Lon Chaney, Bela Lugosi, Boris Kaloff, Peter Lorre... Todos maestros de la época dorada del cine de terror. Vincent Price fue uno de los mejores, y ante todo, inimitable.

Luz 11 01 08