Dirección: Just Jaeckin
Guión adaptado: Louis Richard-Jean
Basado en: Emanuelle (novela), de Emmanuelle Arsan
Protagonistas: Sylvia Kristel, Marika Green, Daniel Sarky
Argumento : La historia de la joven esposa de un diplomático francés destinado en Bangkok, poco afecta al sexo, que es introducida por una hermosa adolescente en un auténtico despertar erótico y sexual, tras lo cual entra en una jornada de excesos de todo tipo guiada por un hombre maduro.
El film -opera prima del director Just Jaeckin, adaptando una novela de Emmanuelle Arsan originalmente prohibida por el gobierno de De Gaulle, pero finalmente autorizada- introdujo en Europa el sexo explícito y permaneció en cartelera durante trece años en un cine de París.
Emmanuelle no es abiertamente una película pornográfica, sino una soft-porno donde las escenas de sexo existen pero están sutilmente fotografiadas como para atenuar el impacto.
Luego tuvo más de veinte secuelas protagonizadas por quince actrices diferentes y mucho más explícitas. La primera tiene como protagonista a Sylvia Kristel, lanzada a la fama como actriz erótica tras este papel.
Si hablamos de cine erótico, no podemos dejar de mencionar a la película Emmanuelle, un ícono de este género, y que ha marcado un antes y después en lo que son las películas soft-porno.
Basada en la novela Emmanuelle de Emanuelle Arsan, escrita en el año 1.959, la versión francesa de la película que salió a la luz en el año 1.974, dirigida por Just Jaeckin, es la que ha conseguido llevarse todos los laureles.
Un gran éxito comercial no sólo del film en sí mismo, ya que la banda sonora de la película, también ha tenido una enorme aceptación.
Como muchos de los éxitos de taquilla, los productores de este interesante film, no han podido resistirse a la tentación de realizar secuelas de Emmanuelle y así surgieron hasta siete partes.
Si aún no la has visto, me gustaría dar una rápida pasada por lo que es su argumento, sin darte demasiados detalles, para que tú mismo la veas y juzgues, ¿me acompañas?
La película, cuenta la historia de una joven, recientemente casada con un diplomático francés en Bangkok, un tanto inexperta en materia de sexo.
Pero su vida cambia radicalmente cuando conoce a otra hermosa joven y a un hombre maduro, los cuales la inician en nuevas experiencias sexuales y la ayudan a concretar sus fantasías sexuales. Todo esto bajo la atenta mirada de su esposo, quien aprueba en todo momento esta situación.
La trama, logra ponerse muy interesante y cautivar al espectador, cuando Emmanuelle, comienza a transitar por toda una serie de excesos en el plano sexual.
El marco exótico que le da Tailandia como escenario, sumado a la pegadiza banda sonora, hacen de las escenas eróticas sean más sugerentes y excitantes.
Ventiladores de techo, intentando apagar un poco el calor de las escenas más que subidas de tono, escenas de lesbianismo, violación y masturbación, son algunos de los ingredientes que en esta película podrás encontrar.
Sylvia Kristel: La fama también trae tristeza
Sylvia Kristel cumple a la perfección el mito de la afamada infeliz. En 1974, a los 22 años, conoció el éxito protagonizando la perturbadora película Emmanuelle, hito del porno soft occidental que permaneció 13 años en cartel en un cine de París y sobre el que hasta llegaron a escribirse tesis universitarias. Políticos como Giscard d'Estaing y Mitterrand se la disputaron, fue amante de Warren Beatty y Gérard Depardieu. Hoy a los 58 años, enferma de cáncer de pulmón y de garganta, instalada en un departamento alquilado de Amsterdam, acaba de publicar en Francia una autobiografía bajo el sugerente título Nue, desnuda.
En el libro, además de renegar hasta el cansancio del personaje que la convirtiera de la noche a la mañana en la actriz más cotizada de Europa, Sylvia describe su vida como un doloroso camino de drogas y autodestrucción. Y como si esto no fuera suficiente recurre a otro golpe de efecto: la mujer fatal, "demonizada" en los 70 por sectores ultra conservadores, rebela que en realidad nunca tuvo una buena relación con su cuerpo y que sus partenaires amorosos le han reprochado su pasividad y falta de imaginación en la cama. Todo debido a una cuidada educación religiosa y una traumática experiencia de abuso sexual sufrida a los 9 años.
"Decidí escribir mis memorias cuando me anunciaron que tenía cáncer de garganta y de pulmón. Creía que iba a morirme. Y no quería marcharme sin dejar en herencia mi versión de las cosas. Es un libro que he escrito para mi hijo. Una manera de pedirle perdón, de expiar mis excesos y de pagar mis extravagancias", declaró en una reciente entrevista del diario español El mundo, en la que puede vérsela con el pelo corto y los ojos clarísimos.
Sylvia nació en Utrecht, Holanda, en 1952. Hija de un matrimonio adinerado, dueños de un hotel. La leyenda cuenta que mientras trabajaba de secretaria en un negocio de maderas, fue a anotarse —alentada por su madre— en el concurso de Miss Holanda TV. Allí "la descubrió" Just Jaeckin y le propuso protagonizar Emmanuelle.
Basada en la novela homónima de Emmanuell Arsan (seudónimo de Maryat Andrienne, esposa de un funcionario de la UNESCO con sede en Bangkok) contaba justamente las aventuras eróticas de la esposa de un funcionario... La película, con escenas de sexo explícito (que los argentinos pudieron ver sólo en Uruguay), provocó todo tipo de reacciones.
Las feministas japonesas convirtieron a Kristel en su abanderada después de verla en una escena en la cual ella hacía el amor encima de su compañero. Un duro golpe para el machismo japonés.
Mientras que en Estados Unidos las feministas la acusaron de ser la cómplice de Hugh Heffner, el fundador de la revista Playboy, representando a la mujer como un objeto sexual.
"Yo no soy Emannuelle" solía repetir a cuanto periodista se le cruzara por el camino. "Que me desnude en público no significa que tenga más amantes que una secretaria bilingüe". Por entonces Sylvia ya tenía un hijo de dos años (Arthur) y estaba casada con un escritor belga Hugo Claus, 20 años mayor que ella.
A la primera Emmanuelle le siguieron Emmanuelle 2 y después Adiós Emmanuelle (1977). Pero, harta de la asociación con su personaje, Kristel intentó otro estilo de películas. Filmó La mujer fiel de Roger Vadim, Alicia o la última fuga de Claude Chabrol.
En los 80 su fama fue decreciendo. Incluso estudió comedia con el mítico Agente 86, Don Adams, al mismo tiempo que aseguraba que le encantaría ser "una especie de Lucille Ball de los años ochenta". Con Adams llegó a actuar en El disparatado Superagente 86, la versión cinematográfica de la serie de televisión. Por esa época Kristel ya tenía problemas con la droga, que no hicieron más que incrementarse con el tiempo. En los años 90 participaba sólo en películas clase B.
La posibilidad de quedarse sin casa fue lo que la hizo reaccionar. Y pasó de los excesos a una calma extrema: ahora se dedica a pintar, leer, pasear. Sueña con ser abuela y con que algún día la reconozcan como una actriz válida. Un sueño muy parecido al de Marylin Monroe.
"El alcohol y la cocaína han estado a punto de matarme —aseguró en la mencionada entrevista del diario español—. Han sido mi perdición y mi infierno. Pero Emmanuelle no ha matado a Sylvia Kristel. La mujer ha sido más fuerte que el personaje. Yo estoy viva. Emmanuelle es un fantasma de mi pasado".
A mediados de los años '70 una joven holandesa de 22 años se convertía en un verdadero mito de las peliculas del cine pornográfico en su vertiente más soft, lo que se conoce comúnmente como cine erótico.
Sylvia Kristel, cuya complexión física era más bien escuálida, contaba con un rostro de aires levemente infantiles, grandes ojos verdes y una mueca mezcla de languidez, erotismo y despreocupación.
Es gracias a estas “cualidades” de la protagonista -y tal vez de manera involuntaria- que se juega con la imagen andrógina de la Kristel, lo que daba cierto sabor perverso, y que son los que influyeron sin lugar a dudas para el encumbramiento de Sylvia Kristel como mito erótico del euro-porno soft.
Una característica del personaje era que mantenía relaciones ocasionales a mansalva con quien se presentara. Todas las escénas lésbicas que se aprecian en sus películas, son muy sensuales, apasionadas y se caracterizan por sugerir en vez de mostrar todo, lo que hace que Emmanuelle se convierta en sinónimo de película sofisticada y para nada vulgar. Es un verdadero hit, y "joyas" de colección, para guardar con mucho gusto en la videoteca.