Francisco Varela


En los últimos años de mi carrera de Licenciatura en Artes, un poco aburrido de los talleres, decidí emigrar con cursos electivos a la Facultad de Filosofía. En un curso muy iluminado de Nietzsche y Heidegger tuve mi primer contacto contundente con la teoría de Francisco Varela. El profesor del ramo, que era un filósofo muy sensible al arte, decía ante el asombro de todos, que la teoría del poder de Nietzsche que tanto nos ocupaba ese semestre ya estaba siendo develada desde la neurobiología por Varela y su tarea de acercar la ciencia a la tradición budista.

Este hecho sorprendente me guió por uno de los caminos más fascinantes emprendidos por un hombre dentro de la ciencia. Francisco Varela, chileno y Biólogo de la Universidad de Chile, fue una de las figuras más significativas de la ciencia moderna, acercando el fenómeno de la vida(que era su interés esencial) y la experiencia del hombre al laboratorio.

Acá en chile se le conoce más por sus primeros trabajos en conjunto con Humberto Maturana, los libros De Máquinas y Seres Vivos y El Arbol del Conocimiento, que corresponden a un desarrollo temprano de sus aportes al conocimiento. El camino propio lo emprende luego y se dirige por diversos senderos particulares, sin dejar de lado los aportes de científico de laboratorio- por ejemplo descubrió la fórmula matemática para predecir un ataque epiléptico con exactitud o demostró que la visión de los insectos no es distinta a la de un vertebrado.

El fenómeno de la vida y de cómo esta se adapta en un entorno también vivo, fue su verdadera tarea- descubriendo que la tradición budista ha pensado sobre ello desde milenios- trabajando sobre la premisa de que los seres vivientes no siguen ciegamente las presiones adaptativas, impuestas por una dura realidad externa. Tanto para la célula, el cerebro humano o para la historia de la evolución entera, rige más bien el que una vez cumplidas las exigencias básicas de la vida, los sistemas vivientes gozan de plena libertad de crearse su propio mundo.

En su segunda etapa, la más importante, definió su labor dentro de disciplinas congnitivas, con importantes aportes dentro de la Inteligencia Artificial (AI), advirtiendo sobre la equivocación del modelo que estaba en uso desde los 50 en que consideraba a la mente como software y el cuerpo como hardware; “Puede que esto les parezca obvio, pero en el mundo de la investigación han prevalecido otras ideas, especialmente la metáfora computacional a la que antes me referí. Es necesario romper con esa tradición ya que hay toda una serie de argumentos para afirmar que la mente no es un programa, un software, una manipulación de símbolos basada en determinadas reglas. Para resumir brevemente, aquí va mi primer lema: La mente no está en la cabeza. Esta idea surge como consecuencia del redescubrimiento de la importancia del estar encarnado.

No podemos captar al objeto como si simplemente estuviera “ahí afuera” en forma independiente. El objeto surge como fruto de nuestra actividad, por lo tanto, tanto el objeto como la persona están co-emergiendo, co-surgiendo(La mente no está en la cabeza, Francisco Varela). En resumidas cuentas estas advertencias están hoy aplicándose, ya que la disciplina de la Inteligencia Artificial cambió radicalmente su método de producir experiencias cibernéticas.

La variedad y amplitud de sus investigaciones hacen difícil sintetizar sus aportes pero les recomiendo que partan por leer un libro muy significativo y esclarecedor; Un puente para Dos miradas. que trata de una experiencia ocurrida en 1987 donde Varela conduce a un grupo selecto de científicos de las más diversas disciplinas (Psicología, Inteligencia Artificial, etc) y hacen un viaje al norte de la India para entrevistarse con el Dalai Lama y otros Lamas especializados en filosofía budista. Para sorpresa de todo los presentes la conversación se desarrolla dentro de puntos confluyentes en donde las nuevas miradas científicas llegan a acercarse a la tradición budista. Desde ese momento Varela se convirtió en un asesor del Dalai Lama y los científicos presentes lo visitaron con frecuencia. Lo lamentable es que este libro que debería estar en todas la biblioteca públicas del país, es difícil de encontrar. Un librero amigo me dijo que debido al poco interés y reconocimiento en Chile, la viuda de varela habría quitado los derechos de publicación en el país.

Luego Varela siguió desarrollando sus teorías de acercamiento a la tradición budista, en libros espectaculares como Soñar, Dormir y Morir y El Fenómeno del Vivir, fundó la escuela Mind and Life Institute con el Dalai Lama y dirigió y fue profesor por largo tiempo de la Escuela Politécnica de París de las cátedras de Ciencias Cognitivas y Epistemología. A parte siempre se dio el tiempo de radicarse temporalmente en chile y dictar cursos con Humberto Maturana en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile.En suma más que digno para un Hall of fame. FranciscoVarela murió el 2001.

Jorge Barrera sacado de www.inconcientecolectivo.cl


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