Pasolini 3



El decamerón de Bocaccio es una de las obras clave de la literatura medieval italiana. Se trata de una recopilación de historias populares que, supuestamente, diez supervivientes de una epidemia de peste se cuentan unos a otros durante diez noches. Su importancia radica en su modernidad; la obra es precursora del Renacimiento por centrarse, en pleno siglo XIV, en asuntos totalmente paganos sin pizca de idealismo ni misticismo.

Naturalmente, el que Pasolini decidiera adaptar El decamerón al cine no se debe solamente a su interés filológico por el libro ni a la casualidad. El tiempo convierte a las obras más incendiarias en clásicos universalmente aceptados, por lo que la coartada de adaptar un libro de referencia de la literatura italiana le venía muy bien como vehículo para llevar a cabo un film que es toda una celebración de la vida y el erotismo, con un tono además beligerantemente anticlerical (y aún siendo una adaptación literaria de prestigio, la película tuvo serios problemas con la censura). Tal vez al espectador actual le cuesta hacerse a la idea de hasta que punto era transgresor en la Italia de ese momento presentar en la gran pantalla unas historias en las que los representantes de la iglesia que aparecen son curas y monjas lascivos, cuando no tontorrones. Por si eso fuera poco, la moral sexual cristiana se ve ridiculizada en prácticamente todos los relatos: la pluma de Bocaccio y la cámara de Pasolini se ponen más del lado de la mujer adúltera que del marido cornudo, y el episodio en la que los padres de una doncella desflorada por su novio la casan para evitar el escándalo (contentos porque además emparentan así con una buena familia) da también una visión harto cínica del matrimonio.

Además de ser todo un alegato contra las “buenas costumbres” y el pensamiento conservador, El decamerón se acerca a la sexualidad de una forma enormemente natural: de hecho, como en otras de sus películas, Pasolini, gran amante de la etnografía, no recurrió a actores profesionales sino a gente de los pueblos cuyas caras le gustaban o llamaban la atención. Además, la desinhibición y falta de sentido de culpa, típicas de la liberación sexual de esos años, que rezuman las historias se echan de menos incluso en la actualidad. Por poner un ejemplo, la violación sistemática de un discapacitado que llevan a cabo las monjas de un convento en una de las historias se vería, bajo el pensamiento políticamente correcto dominante hoy en día, como algo condenable, mientras que en el film el supuesto sordomudo y deficiente, que no lo es en realidad, no lo vive como ningún trauma, y lo mismo se puede decir de la mujer engañada y manoseada por un cura, que supuestamente pretende convertirla en animal de carga por petición de su marido, en otro episodio. No en vano, la película es la primera parte de la llamada Trilogía de la vida de su director, y su mensaje es, evidentemente, que hay que disfrutar de ésta y de los placeres que nos ofrece.

Escenas destacadas:

  • Una de las monjas del convento se decide a aprovecharse del sordomudo y supuestamente tonto jardinero para probar placeres carnales. Su cara de satisfacción durante y después del acto es tal, que todas sus compañeras quieren probar también.
  • La adúltera que ha escondido a su amante en la tinaja le hace creer a su marido que el hombre quiere comprarla, por lo que le conviene introducirse en ella para limpiarla a fondo. Mientras el marido se dedica a las labores de limpieza dentro de la tinaja, fuera de ella los amantes gozan prácticamente delante de sus narices.
  • Un cura hace creer a un campesino que puede transformar a su mujer en burra. Para llevar a cabo el encantamiento, la desnuda y le introduce “la cola” delante del poco avispado marido.

Anécdotas:

  • La polémica despertada fue tal que muchos ciudadanos particulares y varios procuradores de la República (cargo político semejante al de Gobernador Civil) lo denunciaron, provocando el secuestro de la película en varias provincias italianas.
  • El proyecto inicial de Pasolini era llevar a cabo una visión mucho más completa del libro de Bocaccio, incluyendo más historias, con un metraje de al menos tres horas.
  • Uno de los puntos del film más destacados por la crítica italiana, imperceptible fuera de su país, es la adaptación lingüística que el director, filólogo además de cineasta, llevó a cabo, al parecer con gran acierto, al emplear dialectos napolitanos en lugar de toscanos en la versión original (no obstante la película, como es habitual en el cine italiano, carece de sonido directo y fue íntegramente doblada en estudio).
  • Obtuvo el Oso de Plata (segundo premio) en el festival de cine de Berlín de 1971.

Sobre el director:

Pier Paolo Pasolini (Bolonia 1922 – Roma 1975) fue no sólo uno de los principales directores de cine italianos, sino un importante poeta, filólogo y personaje de la vida cultural de su país. Comienza su carrera en el cine con títulos influenciados por el neorrealismo, como AccatoneMamma Roma (1962), para luego pasar a obras donde la denuncia social y la reivindicación marxista se llevan a cabo de forma más elaborada y más abstracta, como Pajaritos y pajarracos (1966) o Teorema (1968), películas que alterna con la adaptación de clásicos literarios, incluyendo el mismísimo Evangelio según San Mateo (1964), su obra más célebre. Gran polemista, la franqueza con la que hablaba tanto de sus ideas de izquierdas como de su homosexualidad lo convirtió en enemigo público número uno para los grupos conservadores italianos, hasta el punto de que se especula con la posibilidad de que alguna mano negra estuviera detrás de su asesinato, que conmocionó a la ya de por sí convulsionada Italia de los 70. El sexo se expone de forma naturalista, con gran vitalidad no exenta de cierta tosquedad, en su famosa trilogía de la vida, formada por el film que ahora nos ocupa, Los cuentos de Canterbury (1972) y Las mil y una noches (1974).

La mancha 06-Junio-2007

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