Emilio Fernández


Emilio Fernández (1904-1986), actor y director mexicano de cine, también conocido como el Indio Fernández. Fue uno de los cineastas mexicanos más prolíficos y carismáticos de la década de 1940. En sus películas reflejó los problemas y contradicciones de la sociedad mexicana, sobre todo el desamparo y la fatalidad de las clases humildes, y en especial de los grupos indígenas. Su obra no está exenta de cierto sentimentalismo y gusto por el melodrama popular.
Hijo de padre español y madre indígena, nació cerca de Hondo, Coahuila. Abandonó sus estudios para unirse a la Revolución Mexicana cuando tenía 12 años. Capturado por las tropas gubernamentales, fue condenado a veinte años de prisión. Transcurridos tres años de su condena, escapó de la cárcel y huyó a Estados Unidos, donde permaneció varios años trabajando en Hollywood. A comienzos de la década de 1930 regresó a México para trabajar como actor de cine, oficio que alternaría con el de director. Realizó su primera película, La isla de la pasión, en 1941, pero será Flor silvestre (1943) la primera obra importante de su larga carrera como director. En ella recurrió a los actores Dolores del Río y Pedro Armendáriz, al guionista Mauricio Magdaleno y al director de fotografía Gabriel Figueroa, equipo con el que trabajaría en varias películas más.
Influido por el director soviético Serguéi Eisenstein, que rueda en su país ¡Que viva México! en 1931, y por el estadounidense John Ford, Fernández muestra en sus mejores obras la lucha de unos personajes que no pueden evitar el destino trágico que les aguarda. Por ejemplo, en María Candelaria (1943), premiada en Cannes, una pareja es rechazada por la comunidad rural en la que viven por pertenecer a diferentes grupos étnicos. María (Dolores del Río) contrae la malaria, pero se logra salvar gracias a la quinina que Lorenzo (Pedro Armendáriz) le consigue. Finalmente es lapidada por sus paisanos. En El impostor (1956), un profesor universitario pierde su trabajo por razones de honor y decide regresar al campo. Allí adopta la identidad de su primo muerto e intenta ganarse la vida como político hasta que descubre que eso le convierte en blanco para el asesinato. El mensaje del Indio Fernández es claro y pesimista: la vida es una sucesión de puertas que se le cierran al ser humano, al tiempo que resulta difícil evitar las trampas que esconde.
La carrera de Emilio Fernández fue larga e ilustre. Dirigió 41 películas y obtuvo varios premios internacionales. En su opinión, el prestigio del que disfrutaban sus películas en México se debía fundamentalmente a que eran “fragmentos de la vida mexicana”; su obra en conjunto es una profunda exploración en el corazón de la identidad de su patria. De su filmografía, además de las ya citadas, habría que destacar Las abandonadas (La sombra enamorada) y Bugambilia, en 1944; La perla (1945), con guión de John Steinbeck; Enamorada (1946); Río Escondido (1947); y Maclovia (Belleza maldita, 1948), en la que María Félix sustituyó a Dolores del Río. Amigo de Sam Peckinpah, participó como actor en tres películas suyas: Grupo salvaje (1969), Pat Garret y Billy the Kid (1973) y ¡Quiero la cabeza de Alfredo García! (1974).
Marcelo 01 Oct.2008

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