El teatro en Valparaíso está a la expectativa de lo que pueda surgir de las nuevas escuelas que se han afincado en la región y que junto a los grupos independientes que han logrado sobrevivir, podrían dar renovada vida a la escena porteña, que por mucho tiempo parecía estar casi en estado agónico, con estrenos esporádicos e irregulares montajes.
Los nuevos creadores deben lidiar cada día con la falta casi endémica de recursos, de salas en donde poder ensayar y estrenar sus obras. Este, sin embargo ha sido el panorama que casi siempre ha acompañado a la gente de teatro, la que aprendió que con trabajo mancomunado y a pulso se puede sobrevivir en el medio.
Una coyuntura parecida vivieron los forjadores de
Para comprender el proceso recurrimos a la actriz Elena Prieto, quien de incursionar en la radio pasó a ser parte de los fundadores de la agrupación, y Arnaldo Berríos uno de los actores con más experiencia dentro del medio teatral chileno, quien ha participado además en proyectos cinematográficos como "Ya no basta con rezar" de Aldo Francia.
Los Orígenes.
Hacia fines de la década del 30 el teatro chileno atravesaba una difícil situación, motivada por el desarrollo de
En este contexto, en 1941 se funda el Teatro Experimental de
La universidad, como una manera de complementar el proyecto, decide crear el Instituto de Teatro, organismo que formó varias generaciones de actores. Dos años le tomaría a
Emprendimientos como estos serían la base para la propagación de las escuelas de Antofagasta, Concepción y Valparaíso, ciudad en donde también había gente que quería desarrollar sus propuestas, las que no tardarían en concretarse.
A comienzos de los años 50 la escena teatral porteña se nutría con el trabajo de compañías foráneas (Santiago y Europa) y en el ámbito local, según recuerda Elena Prieto "un señor de apellido Paniagua hacía teatro itinerante en carpa, por los cerros, pero no eran obras de muy buen nivel: teatro realista sainetes, melodramas, comedias la selección de de las obras tampoco era de las mejores y vendrían siendo el equivalente a las actuales telenovelas".
Efectivamente, el radioteatro, con una alta sintonía en esos tiempos, era el espacio que usaban los actores para desarrollar un melodrama que salía al aire hasta el penúltimo capítulo. El final se representaba en un teatro o carpa. Estos espectáculos eran muy populares y mantenían de alguna manera, parte del circuito teatral, a lo que se sumaban otras compañías que representaban obras de cuello y corbata de autores ingleses sin mayor relevancia.
Una organización que se hacía llamar Movimiento Artístico Independiente MOAI, cuyos responsables eran Luis Melo, Carlos Fernández y Marcos Portnoy, reunió a otras compañías, entre ellas a la de Elsa Croxatto , Margarita Fleming y un grupo de gente de Literatura que estudiaba en el Pedagógico de Valparaíso. Entre ellos decidieron aunar esfuerzos y asumir de manera seria las nuevas tendencias que se estaban produciendo en el teatro contemporáneo.
Como recuerda Arnaldo Berríos, "lo que se hacía hasta ese momento estaba quedando obsoleto, el teatro de la concha acústica, de un consueta o apuntador, eso no, había que aventurarse en la muestra de una nueva dramaturgia que llegaba con mucha fuerza desde Inglaterra, Francia y Estados Unidos".
Fruto de esas inquietudes nace
Entre sus profesores se encontraban Oscar Stuardo, Juan Barattini, Luis Melo, Ruth Gonzáles, Francisco Barrera, además de académicos invitados como Vittorio de Girólamo y el maestro Pedro de
¿Cómo era la modalidad de trabajo en ATEVA?
Elena Prieto: "Trabajábamos con los egresados de
Existía una fuerte corriente en el teatro de la época en que los directores tenían mucho influjo dentro de la obra ¿Qué ocurrió en la compañía?
Arnaldo Berríos: "Sí, en ciertos teatros pero no en ATEVA. Había compañías, especialmente de Santiago, donde el director ejercía una gran influencia y manejaba a los actores. Ahora todo depende de la capacidad de la gente que tengas sobre el escenario, porque si un actor tiene la fuerza para desarrollar un personaje, éste va a fluir solo, de manera que el director no va a tener necesidad de hacer indicaciones demasiado minuciosas para que el actor dé con la clave del personaje. En la compañía se conjugaron ambas cosas".
Los directores tenían un gran conocimiento del medio teatral y entre ellos estaba Juan Barattini, Rubén Unda, Oscar Stuardo y Víctor Carlson pero el más prolífico fue Portnoy. Arnaldo Berríos junto a Carlos Genovese serían los encargados de continuar con el proyecto teatral.
A fines de los 50 se sucederían dos grandes hitos que le darían a esta agrupación renombre a nivel nacional. Con el montaje de "Réquiem para un girasol" de Jorge Díaz recibieron el Premio Festival de Teatro Independiente (1957), organizado por el Teatro Experimental de
Esta compleja pieza del teatro del absurdo es obra del irlandés dramaturgo Samuel Beckett ,quien junto a Eugene Ionesco y Harold Pinter era parte de una naciente vanguardia teatral post guerra, inserta en una crisis que intentaba reflejar las vivencias de personajes que padecían el dolor, el sinsentido y la soledad. Berríos reconoce que por la complejidad y duración de la obra (3 horas en la versión de ATEVA) existía un "temor de que la gente no la entendiera, sin embargo el montaje logró tener gran aceptación."
El grupo comenzó a consolidarse, se sucedían estrenos como "Esquina Peligrosa" de J.Priestley "
La época de las uniones, teatro universitario y la crisis post golpe.
A mediados de los sesenta se habían convertido en uno de los grupos más reconocidos de la zona y a partir de 1967 ATEVA junto al Teatro Pedagógico (TIP) de
Fue así como se creó
Sin embargo, el golpe militar provocó que muchos de los forjadores y maestros del teatro chileno tuvieran que partir al exilio, fueran sumariados y perseguidos. "Estábamos sometidos a un constante control de espionaje para ver si hacíamos algún tipo de actividad política (la escuela cargaba con ese estigma).
Así, cuando nos juntábamos a ensayar, en la vicerrectoría se recibían llamados anónimos denunciando una reunión de tipo político, entonces se dejaba caer gente comisionada por la rectoría para verificar lo que hacíamos y se encontraban obviamente con un ensayo de rutina. Bueno a eso llega la maledicencia de la gente. Afortunadamente nuestro trabajo fue limpio, ahí lo que se hizo solamente fue teatro, siempre teatro".
En 1974 se cierra la matrícula para nuevos estudiantes y al año siguiente Arnaldo Berríos dirige el estreno de "El Último de los Amantes Ardientes" de Neil Simon.
¿Cómo afrontó su labor como director?
Arnaldo Berríos: "Yo comencé a dirigir desde que entré a hacer clases en el Teatro de
¿Cuáles son las herramientas que debe manejar un actor profesional?
Arnaldo Berríos: "Yo no soy de los que desprecian a
Con mucho esfuerzo y en un marco de inestabilidad generalizado, logró recibirse la primera generación de actores formados en el ámbito académico. Era la primera vez que una universidad asumía al teatro como una carrera de formación profesional, hecho significativo en la historia nacional de esta disciplina.
Ya con posterioridad al cierre de la escuela, ATEVA queda diseminado, pero logran sacar adelante algunas obras, entre ellas el estreno en Buenos Aires de "Nadie es Profeta en su Espejo", de Jorge Díaz. En esta etapa se suma en la dirección Carlos Genovese y Gloria Barrera en la actuación ( "García Lorca en un espejo roto", "Padre nuestro que estás en la cama" )
No sería hasta fines de los 80 que el grupo estrenaría una obra y por una razón muy particular: "una de nuestras antiguas compañeras de elenco volvía del exilio. Ella había sido detenida y torturada, así es que como una manera de recibirla y tratar, aunque fuera en una mínima forma de mitigar su traumática experiencia, decidimos juntarnos y montar una obra para que ella se integrara al trabajo que más le gustaba de hacer", rememora Berríos. La obra elegida para la ocasión fue "No hay que llorar" de Roberto Cossa. Ésta es la demostración de la grandeza espiritual y humana de un grupo que está dedicado a hacer teatro y sólo teatro.
La Mancha
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